El superávit comercial vino aparejado de un fuerte crecimiento de las exportaciones de Vaca Muerta y el buen desempeño del agro. Por el lado importador, la apertura comercial golpeó con fuerza al entramado industrial.
Al cierre del segundo año de la gestión de Javier Milei, el crecimiento sostenido del comercio exterior da cuenta del cambio que está generando sobre la matriz productiva. Por un lado, la desregulación arancelaria habilitó una apertura importadora que golpeó a la ya debilitada industria local, enfocada en el mercado interno. Por el otro, aparece el auge de las exportaciones de materias primas: un agro que renueva expectativas ante la posibilidad de nuevas bajas de retenciones y un sector energético que consolida el despliegue de Vaca Muerta y comienza a traducir su potencial en mayores ventas externas.
El cambio cualitativo en las importaciones
Sin embargo, el elemento que más atrajo la atención fue el sector de las importaciones. El economista del centro de investigación Fundar, Leonardo Park, explicó a Ámbito que el actual «es uno de los mayores procesos de apertura comercial» de los últimos años.
Explicó que tras esas desregulaciones «cambia mucho la composición de estas importaciones». Y ahondó: «Estamos incorporando más bienes de consumo y menos bienes intermedios. Y eso tiene que ver un poco con la facilidad que tienen los consumidores ahora de comprar cosas de afuera. Las empresas traen los productos afuera y esto beneficia al consumidor final».
Los bienes intermedios, piezas y accesorios para bienes de capital y bienes de capital representaron 32,2%, 20,2% y 19,7%, respectivamente, y concentraron el 72,1% de las importaciones. Representa una contracción respecto a los bienes intermedios importados en el mismo periodo de 2023 (38,5%) y un incremento en los bienes de capital, que representaban 15,1%. Por su parte, los bienes de consumo pasaron de 10,7% a 14,9%.
Se destacó la importación de vehículos automóviles, principalmente para el transporte de personas, con una participación del 6,3% sobre el total adquirido. Se trata de una situación en la que Park trazó un paralelismo con el gobierno de Cambiemos.
«Lo que estamos viendo este año es parecido a las dinámicas que veíamos en los registros del segundo año de Macri: hubo récord en las importaciones de bienes de capital y bienes de consumo, y también cerquita estaban los vehículos automotores de pasajeros», agregó.
El impacto sobre la producción local
El economista de Fundar reconoció que «a la vez que uno normaliza el comercio y empieza un proceso de apertura, hay que considerar que a qué velocidad uno lo hace y bajo qué condiciones». Sobre este punto, destacó el tipo de cambio real y «bajo qué contexto las empresas argentinas empiezan a competir con los productos importados».
De manera complementaria, Vaccarezza subrayó que «lo que está sucediendo es que está creciendo de manera muy fuerte la importación y la sustitución de bienes industriales que antes se fabricaban localmente». Como consecuencia, «eso está generando también toda una primarización económica muy fuerte que es expulsora de trabajo».
Y profundizó: «Los empresarios industriales están cerrando parte de sus instalaciones industriales para convertirlas en galpones para copiar mercadería que se importa. Las empresas se van a readaptar, los empresarios se van a readaptar, lo que no se va a readaptar es el empleo».
«Dado que el gobierno plantea que hay ciertas empresas que no son competitivas y deben cerrar, ¿cómo pensamos a reinserción laboral de los trabajadores que ya no están en más en sectores que antes estaban protegidos?«, se preguntó Park.
Los perdedores de la apertura comercial
El experto en desarrollo productivo Daniel Schteingart comentó a este medio que «normalmente en los procesos de apertura como estos les suele ir muy mal a las industrias protegidas, muy del mercado interno: textil, indumentaria, parte de la metalmecánica, calzado», mientras que «el otro gran perdedor es la industria automotriz, que está andando bastante mal».
A nivel provincial, algunas de las regiones «perdedoras» de esta modificación en la matriz productiva son Tierra del Fuego, «porque a la electrónica del régimen (de promoción) le viene mal», al igual que la provincia de Buenos Aires, con un «conurbano bonaerense muy golpeado en su zona industrial por las políticas de apertura».
Una situación similar a lo que pasa en San Luis, «probablemente golpeada por todo esto». De manera similar, se refirió al entramado fabril de Córdoba y Santa Fe: «Son dos provincias con corazones metalmecánicos fuertes que ya vienen golpeadas por la apertura».
Schteingart planteó que como consecuencia de la disparidad a nivel de generación de empleo entre los «ganadores» de este modelo económico, como la producción no convencional de hidrocarburos, la minería y el agro, y los «perdedores», como la industria, la construcción y el turismo, 2025 «es el primer año donde la economía va a crecer y se van a destruir empleos formales. No ocurría desde que se mide esto hace 30 años».
Por su parte, Vaccarezza planteó un panorama similar para el próximo año: «Esta va a ser una economía más calma, con una buena tasa de crecimiento, pero con un desempleo muy grande y con una capacidad adquisitiva de los trabajadores netamente erosionada. Ese es el modelo hacia el que vamos y justamente el comercio exterior lo que está reflejando es eso».
Fuente:https://www.ambito.com/economia/cierra-el-ano-la-apertura-importadora-y-el-boom-exportaciones-primarias-se-reconfigura-la-matriz-productiva-n6227328


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