La dinámica inflacionaria volvió a encender alertas en la economía. Aunque noviembre suele ser un mes de baja estacionalidad, las proyecciones disponibles coinciden en que el índice de precios se ubicará nuevamente por encima del 2%, consolidando un piso que parece difícil de perforar incluso en diciembre. El principal factor detrás de esta persistencia es el comportamiento del rubro alimentos, cuya aceleración presiona sobre el nivel general.

La tendencia ascendente se sostiene desde junio, cuando la inflación tocó su mínimo anual del 1,5%. Desde entonces, son cinco los meses de suba continua y todo indica que noviembre prolongará esa secuencia. De confirmarse, el bimestre noviembre-diciembre marcaría cuatro meses consecutivos con registros superiores al 2%, lo que corroería el proceso de desinflación buscado por el Gobierno.

La inflación núcleo, que excluye precios regulados y estacionales, se mantuvo en 2,2% en noviembre. Este indicador, seguido de cerca por el Banco Central, revela que la mayoría de los precios de la economía se mueven a una velocidad estable pero elevada, al margen de los sobresaltos puntuales de algunos productos. El panorama contrasta con el de 2024, cuando noviembre había marcado el dato más bajo del año, con 2,4%.

Los alimentos explican una parte significativa del repunte. Según la consultora Eco Go, el rubro aumentó 0,9% en cada una de las dos primeras semanas del mes, lo que proyecta un alza cercana al 2,5% para el total de noviembre. La carne, con fuerte ponderación en el índice, encabeza los incrementos, acompañada por subas en el transporte del AMBA, en combustibles y en tarifas de servicios públicos.

Este escenario obligó al Banco Central a moderar el plan de acumulación de reservas mediante emisión monetaria. El presidente de la entidad, Santiago Bausili, advirtió que no existe un ritmo predeterminado de compras de dólares, consciente de que una expansión de pesos en este contexto podría agravar la inercia inflacionaria. La estrategia, según admiten en la autoridad monetaria, quedaría supeditada a un momento de mayor holgura externa, posiblemente cuando ingresen los dólares de la cosecha gruesa en abril.

Entre los datos positivos, sobresale la marcada desaceleración de la inflación mayorista en octubre, que cayó de 3,7% a 1,1%. Para LCG, se trata de la primera vez desde mayo que el índice minorista supera al mayorista, señal de que las empresas comienzan a recomponer márgenes tras meses de absorber aumentos de costos. Pero esa recomposición futura, en un contexto de lenta recuperación económica, podría tensionar aún más el proceso de desinflación.

Con información de Ámbito.
Fuente:https://www.elsol.com.ar/el-pais/alimentos-y-tarifas-empujan-un-nuevo-repunte-inflacionario-en-noviembre/