No será sencillo. Los Pumas, que esta semana se encuentran en Londres realizando una concentración de tres días de cara a esta gira por Europa, están obligados a conseguir buenos resultados para mantenerse en el top 6. En tres domingos consecutivos enfrentan tres compromisos con un grado de dificultad ascendente: el 9 ante Gales en Cardiff, siete días más tarde contra Escocia en Edimburgo antes de cerrar el 23 visitando a Inglaterra en Twickenham, un duelo que se anticipa crucial.
La complejidad y dinámica del sistema de puntuación habilita múltiples alternativas. Los Wallabies abrieron la ventana el sábado con una ajustada victoria ante Japón en Tokio por 19-15, con lo que pasaron de 82,93 puntos a 83,30 y se acercaron a los Pumas, que acumulan 83,82. Su segundo partido será este sábado, un duelo clave ante Inglaterra en Twickenham. De ganar, los australianos superarán a la Argentina en el 6º lugar, y de hacerlo por más de 15 puntos saltarán hasta el quinto puesto, relegando también a los ingleses. Italia, Irlanda y Francia son sus siguientes rivales en un fixture muy exigente. Entre los duelos ante Australia y Argentina, Inglaterra debe medirse con Fiji y Nueva Zelanda.
Para Australia 2027, World Rugby atinadamente retrasó el sorteo 12 meses. Normalmente se realizaba con tres años de anticipación, lo que generaba distorsiones al momento de la disputa mundialista. Así, al momento de iniciarse Francia 2023 los cuatro mejores equipos quedaron repartidos en dos zonas, y para colmo se cruzaron en cuartos de final.
La relevancia del top 6
Otra modificación es que, después de 28 años, el Mundial pasará a jugarse con 24 equipos, cuatro más que entre 1999 y 2023. Estos se distribuirán en seis grupos de cuatro equipos. Los dos primeros de cada uno y los cuatro mejores terceros acceden a octavos de final (para los cuatro mejores seguirán siendo siete partidos). De allí que es fundamental terminar entre los primeros seis del ranking, que al momento del sorteo estarán en el mismo bolillero y no podrán enfrentarse entre sí en la etapa de grupos. El segundo bolillero estará integrado por los ubicados del 7 al 12, y así sucesivamente.
Para la Argentina, la ecuación es muy simple. Si logran el objetivo de terminar el año entre los primeros seis del ranking evitarán compartir el grupo con las máximas potencias del momento (Sudáfrica, Nueva Zelanda, Irlanda, Francia). Las posibilidades de caer en la misma zona con el séptimo y octavo del ranking (que podría estar entre Inglaterra, Australia y Escocia), equipos de jerarquía pero en otra esfera que los cuatro primeros, son exiguas y se reducen al 33,33%. Fiji, Italia, Georgia, Gales, Japón o España son los otros potenciales rivales de mayor jerarquía que podrían emparjarse en la misma zona (66,66% de posibilidades). En cambio, de retroceder hasta más allá del sexto puesto necesariamente deberán compartir la zona con una potencia.
Cualquiera sea la preclasificación de la Argentina, acceder a octavos de final no debería ser inconveniente. Sin embargo, ser cabeza de serie es crucial ya que terminar primero en la zona favorece un cruce más accesible. Las posibilidades de medirse en octavos con un equipo que finalizó tercero son del 66,66%, y 33,33% ante un segundo. En cambio, de terminar segundo en la zona hay mayores probabilidades que el rival sea otro segundo (66,66%), pero incluso podría ser un equipo que ganó su grupo (33,33%).
Además, se abre el camino en un potencial cruce de cuartos de final: suponiendo que en octavos se dé la lógica y se impongan los favoritos, de terminar primeros en la zona en cuartos hay un 50% de posibilidades de cruzarse con un segundo y 50% con otro primero, mientras que de terminar segundos el rival en cuartos será necesariamente un equipo que terminó primero.
Calculadora en mano
Determinar qué resultados necesitan los Pumas para llegar al 3 de diciembre entre los mejores seis y ser cabezas de serie resulta casi imposible. La dinámica del ranking, la cantidad de selecciones involucradas y la multiplicidad de combinaciones hace fútil cualquier predicción, incluso si se acude a la asistencia de la inteligencia artificial. Sí es posible, no obstante, simular escenarios que contemplen predicciones dentro de los parámetros de la lógica.

¿Qué debe pasar, por ejemplo, para que Australia supere a la Argentina? Si Australia gana cuatro de sus cinco partidos superará a los Pumas, aún cuando estos consigan tres victorias en sus tres encuentros. Si Australia termina con tres victorias y dos derrotas, los Pumas podrían evitar ser sobrepasados ganando sus tres partidos. En cambio, si Australia sólo consigue triunfos esperables (ante Japón e Italia) pero pierde los otros tres, una victoria argentina ante Gales sería suficiente para mantenerse arriba de los australianos. Claro que allí entraría en consideración la performance de Escocia, segundo rival de los Pumas, que tiene una gran chance de escalar si vence también a Nueva Zelanda el 8 de noviembre; Tonga y Estados Unidos son sus otros rivales, muy accesibles aunque otorgarán pocos puntos.
Para adelantar a Inglaterra, la Argentina necesita ganar el duelo entre sí. Incluso cayendo ante Escocia, los Pumas tendrían la posibilidad de terminar arriba si se imponen en Twickenham y los ingleses llegan a ese duelo con derrotas ante Wallabies y All Blacks. De imponerse los ingleses en uno de esos dos partidos, además de ante Fiji, los Pumas estarían obligados a ganar sus tres partidos para sobrepasarlos. Conjeturas.
Esta ventana encuentra a los Pumas en un gran momento histórico. Por segundo año consecutivo pelearon por el título del Rugby Championship hasta el final y vencer a las potencias dejó de ser un suceso extraordinario, más allá de no terminar de escaparle a la irregularidad. Esta gira europea es, en términos relativos, de dificultad media. Gales atraviesa una crisis profunda: con la victoria ante Japón en julio cortó una racha de 18 derrotas consecutivas, pero no vence a un equipo del Tier 1 desde que derrotó a Australia en el Mundial de Francia 2023. No debería ser un escollo para la Argentina. Escocia, en cambio, presenta un desafío mayor. En teoría es inferior, pero no deja de ser un equipo sólido y de local se hace fuerte: los Pumas no ganan en Murrayfield desde 2009 y acumulan cuatro derrotas consecutivas allí. Por último, Inglaterra no tiene la preponderancia de Francia o Irlanda, pero viene en ascenso y tiene un estilo efectista que a los argentinos les cuesta mucho desentrañar. Lo demostraron con dos victorias en el país en julio y el récord de 14 triunfos en los últimos 15 enfrentamientos entre sí. La última visita a Twickenham, no obstante, fue victoria albiceleste, en 2022.
A pesar de que la mayoría de los jugadores actúan en clubes del Viejo Continente y no representa un gran desgaste físico, históricamente la serie de fin de año fue adversa para los Pumas. Desde que comenzó a jugarse en 1998 y se estandarizó con tres test matches en 2006 (excepto en años mundialistas y en 2020), jamás ganaron los tres partidos de la ventana y sólo en cuatro oportunidades alcanzaron dos victorias: la última fue en 2014 (ante Italia y Francia) y las anteriores en 2006 (Inglaterra e Italia), 2005 (Italia y Escocia) y 2001 (Gales y Escocia).
A merced del azar
La experiencia también demuestra que una buena posición en el ranking no garantiza un sorteo favorable, pero no hay dudas que reduce los márgenes a que el diablo meta la cola. Esta incidencia se reduce aún más este año a causa de dos factores: primero, la ampliación de los cabezas de serie de cuatro a seis, y segundo, por la reducción de la brecha temporal entre la fecha del sorteo y el inicio del mundial.

Sí es cierto que la posición de los Pumas en el ranking no siempre fue determinante de la dificultad del grupo. Entre 2003 y 2023, el Mundial se jugó de 20 equipos, divididos en cuatro grupos de cinco, y el sorteo se realizó con casi tres años de anticipación. La premisa era llegar al sorteo ubicado entre los primeros ocho del ranking y así evitar cruzarse con dos equipos del Tier 1. Excepto en el último Mundial, quedar en el tercer bolillero significó caer en el ‘Grupo de la Muerte’. Lógico: con nueve equipos poderosos, ser noveno equivalía a enfrentarse a dos potencias. También ocurrió dos veces que, pese a estar bien posicionados, los Pumas fueron condenados a enfrentarse a dos poderosos.
Lo que ocurrió en el último Mundial de Francia 2023 puede considerarse la excepción a la regla. Los Pumas llegaron al sorteo, realizado en diciembre de 2020, en el 10º escalón, fuera de los ocho primeros. Sin embargo, tuvieron la fortuna de caer en la misma zona que Japón, que se había colado entre los primeros ocho, y pese a perder en el debut ante Inglaterra tuvieron un sencillo camino rumbo a cuartos (Samoa y Chile, los otros rivales). Escocia estaba 9º y tuvo la desgracia de compartir zona con Sudáfrica e Irlanda.
Distinta fortuna corrió la Argentina para el Mundial de Japón 2019. Llegó al sorteo realizado en Kioto en diciembre de 2016 en el 9º puesto, lo que la forzaba a enfrentarse a dos equipos del Tier 1. Cualesquiera fueran los rivales, sería el “Grupo de la Muerte”. Las derrotas ante Inglaterra y Francia, pese a que no atravesaba un buen momento, resultaron letales y los Pumas se quedaron afuera de los cuartos de final por única vez en los últimos 16 años. Tonga y Estados Unidos fueron los otros rivales.
Un try de Kurtley Beale en el epílogo del último partido de la ventana de noviembre de 2012 le dio el triunfo a Australia ante Gales y condenó a los perdedores al 9º lugar del ranking, impulsando a la Argentina dentro del top 8. Así, en el sorteo realizado dos días después del duelo en el Millennium el equipo de Daniel Hourcade fue bendecido con una zona accesible para Inglaterra 2015 (Georgia, Tonga y Namibia, además de Nueva Zelanda), lo que finalizó con los Pumas en semifinales.
Lo que ocurrió en el sorteo para Nueva Zelanda 2011 es la muestra más acabada de que el ranking no siempre es garantía. Tras la medalla de bronce conseguida en el Mundial anterior, los Pumas llegaron al sorteo realizado en 2008 en el 4º puesto, su mejor ubicación histórica. Escocia estaba 9º y era el cuco que todos querían evitar… y cayó en el grupo de los Pumas, junto a Inglaterra, Georgia y Rumania. La épica victoria ante los escoceses en Wellington con el try de Lucas González Amorosino valió el pase a cuartos.
De Francia 2007 lo más recordado es el legendario triunfo en el partido inaugural ante los locales en el Stade de France, pero igualmente importante fue el éxito ante Irlanda para asegurar el pase a cuartos (Georgia y Namibia volvieron a completar la zona). Otra vez el “Grupo de la Muerte”. Por entonces no se utilizaba el ranking para determinar los preclasificados en el sorteo sino la ubicación en el Mundial anterior. Como los Pumas habían sido eliminados en zona de grupos, quedaron fuera de los ocho primeros, debieron jugar eliminatorias y necesariamente debieron enfrentar a dos potencias en la zona. La desgracia, esta vez, fue para ellas.
El mismo sistema se había utilizado en Australia 2003. Los Pumas venían de ser cuartofinalistas por primera vez en su historia en 1999 y accedieron al segundo bombo, pero el sorteo realizado en 2001 los condenó a enfrentar al local en el partido inaugural y al primero de la eliminatoria de Europa, que lógicamente resultó Irlanda (Namibia y Rumania completaron el grupo). El ‘clásico’ fue para el Trébol por un punto (16-15), duelo que determinó mano a mano el segundo clasificado a cuartos de final. Única victoria irlandesa ante los Pumas en cuatro enfrentamientos mundialistas.
Para los Pumas, Australia 2027 empieza en 10 días.
Por Alejo Miranda
Fuente;https://www.lanacion.com.ar/deportes/rugby/los-pumas-ante-una-ventana-crucial-de-cara-al-objetivo-de-australia-2027-que-necesita-para-no-sufrir-nid30102025/







