El economista analiza, en diálogo con Infobae, las paradojas de la coyuntura previa a las elecciones legislativas: dudas sobre el rumbo macroeconómico, expectativas y el impacto de las señales del Gobierno en los mercados e inversores»
La política argentina ofrece solo escenarios binarios, de grandes y graves desórdenes en materia fiscal y monetaria o de disciplina macroeconómica forzada con corsés que en poco tiempo se vuelven insostenibles»
“El CV económico de Argentina revela que tenemos una tradición de incumplimiento de contratos”, advierte Juan Luis Bour, economista jefe y director de FIEL.
En conversación con Infobae, Bour analiza las contradicciones evidentes entre la realidad socioeconómica, la percepción de la sociedad y las señales que reciben los mercados en vísperas de las elecciones legislativas.
Desde el inicio de la gestión de Javier Milei, Bour observa particular complejidad: “Las condiciones iniciales eran particularmente difíciles. La rápida corrección fiscal y el encaminamiento de las políticas macroeconómicas, más el anuncio de reformas microeconómicas por venir, son elementos valiosos que apuntan a un cambio de régimen.
“En una democracia republicana se requiere capacidad de persuasión, no solo tener un buen diagnóstico”, advierte desde un comienzo”
La entrevista propone preguntas incómodas sobre el presente y futuro de la economía: la persistente tensión entre lo técnico y lo político, las oportunidades perdidas y las alertas para la etapa que viene.
– ¿Cuál es la verdadera economía argentina, la de las turbulencias cambiarias de agosto y la primera semana de septiembre, o la que recibió el respaldo pleno del Gobierno de los EE.UU.? ¿Hay en verdad una sola economía o conviven varias capas y percepciones que explican estas aparentes contradicciones?
– Los antecedentes pesan y tenemos una tradición de incumplimiento de contratos. Los últimos episodios de default de deuda tanto de la República como de algunas provincias están demasiado frescos como para esperar que los mercados -no solo los externos, sino los propios argentinos- puedan extender un cheque en blanco a una nueva Administración con minorías parlamentarias y escaso interés –hasta aquí- de conformar una coalición amplia de gobierno.
La política ofrece solo escenarios binarios, de grandes y graves desórdenes en materia fiscal y monetaria o de disciplina macroeconómica forzada con corsés que en poco tiempo se vuelven insostenibles.
Un escenario bipolar no tiene salida fácil, y requiere invertir mucho tiempo bajo estricta supervisión del mejor nivel técnico. En una democracia republicana se requiere capacidad de persuasión, no solo tener un buen diagnóstico.
– ¿Por qué el pasado argentino condiciona tanto el optimismo incluso en las buenas noticias?
– El pasado está siempre presente porque los errores y defaults anteriores siguen frescos. A pesar de las reformas, los discursos disruptivos reaparecen al primer tropiezo.
“Estamos acostumbrados a ver correcciones seguidas de nuevos desarreglos, porque no logramos consensos básicos ni acuerdos de largo plazo”
Estamos acostumbrados a ver correcciones seguidas de nuevos desarreglos, porque no logramos consensos básicos ni acuerdos de largo plazo.
– ¿Cuál es la verdadera economía argentina, la que pierde elecciones en la provincia de Buenos Aires porque “no llega a la gente”, o la que redujo la pobreza en más de 10% o 20% de la población? ¿A qué le atribuye esa desconexión entre los datos duros y la percepción social y política?
– Las mediciones de pobreza por ingresos son valiosas porque dan una dimensión cuantitativa y medible, que destaca los extremos que surgen a partir de altas tasas de inflación que encuentran desprotegidos a los que viven con los ingresos justos (a grandes rasgos, más de la mitad de la población).
La menor inflación sin duda baja los niveles de pobreza extrema, pero esto es solo una dimensión del problema, ya que quien vive de changas y trabajos ocasionales no necesariamente cambia de situación con cambios en la tasa de inflación sino que requiere poder entrar en relaciones contractuales menos efímeras, es decir más estables. Y ello no ocurre hoy en día, ni ha venido ocurriendo al menos en los últimos 25 años en que casi todo el crecimiento del empleo es precario en algún sentido: o son asalariados informales, o trabajadores independientes o empleados públicos.
Los datos de cuentas de generación del ingreso de Indec dicen que mirando los últimos 10 años, desde 2016 a la fecha, de los casi 3 millones de puestos de trabajo creados casi 47% fueron en la forma de trabajadores por cuenta propia (mayoría de ellos informales), otro 35% fueron como asalariados privados informales, casi 13% empleados públicos y menos del 6% fueron empleos formales asalariados en la actividad privada.

Nada de eso cambia hoy en día, a pesar de que la economía haya rebotado hasta comienzos de 2025 y vuelva a rebotar en algún momento de 2026. Esto asegura que con bajas adicionales de la inflación algunos más saldrán de la pobreza. Pero mientras la productividad caiga (porque los puestos son cada vez de menor calidad) todos terminarán teniendo menores ingresos reales.
– ¿La informalidad es solamente laboral?
Industria, rebotes y señales estructurales
– ¿Cuál es la verdadera economía argentina, la que acumuló tres meses de receso entre mayo y julio de 2025, o la que rebotó fuerte en agosto según el IGA de Ferreres? ¿Cree que son episodios transitorios o hay señales de cambio estructural detrás de estos vaivenes?
– En períodos de alta volatilidad como el que estamos atravesando no es conveniente entusiasmarse por un dato positivo aislado ni deprimirse por uno negativo. En el análisis del ciclo industrial que llevamos adelante en FIEL desde hace 60 años, y con un índice que es líder como el IPI desde hace 45 años, se aprende a mirar las series con cuidado y no apresurarse a sacar conclusiones que pueden alterarse cuando llegan datos definitivos o una muestra más amplia que la provisoria.
“Con un índice que es líder como el IPI desde hace 45 años, se aprende a mirar las series con cuidado y no apresurarse a sacar conclusiones que pueden alterarse cuando llegan datos definitivos o una muestra más amplia que la provisoria”
En lo que hace a la industria tenemos como candidato un ciclo negativo con punto de giro en febrero de este año. La mayoría de los indicadores “duros” del ciclo industrial (variación anual suavizada a 6 y 12 meses, tendencia ciclo) muestran un deterioro que se consolida, con los dos últimos meses de variación interanual negativa (Julio y Agosto).
Hay un rebote desestacionalizado en el índice general de agosto explicado por el retorno a operación de actividades puntuales que habían realizado paradas, pero se observa una marcada desaceleración en actividades que lideraban la recuperación industrial. No hay punto de giro visible aún hacia una fase de recuperación en la industria.
Ello también se observa en la construcción (privada y pública). Es de prever una desaceleración marcada en el crecimiento a partir de septiembre en el sector de Finanzas.
En el resto de sectores algunos siguen creciendo con mayor o menor fuerza (minería, agro, actividades inmobiliarias), el comercio tendrá dificultades en mejorar los niveles de la segunda mitad de 2024, y el resto –con excepción de Administración Pública, que sigue en contracción– solo puede aspirar en el segundo semestre a que sus números no sean negativos.
Idas y vueltas, discrecionalidad y confianza inversora
– ¿Cuál es la verdadera economía argentina, la que elimina el cepo cambiario casi plenamente o la que lo reinstala para evitar maniobras especulativas de unos pocos? ¿Cómo valora el impacto real de estas idas y vueltas en materia de confianza inversora y clima de negocios?
– Las idas y vueltas en políticas públicas (en política monetaria y cambiaria, en política de retenciones, etc.) pueden ser explicadas por impericia técnica, por shocks inesperados con los que se enfrenta el programa, o pueden revelar una preferencia por la discrecionalidad. No ha habido shocks negativos que compensen los shocks positivos que experimentamos en los últimos meses, así que no es la segunda razón.
Algo de la primera razón (impericia) puede ser ilustrada con la sucesión de fases del programa económico que al final se presentó como un todo integrado y bien pensado, pero que parece más bien reflejar cambios de frente porque se observan errores de diseño.
“La discrecionalidad de políticas es la mejor forma de maximizar la incertidumbre. En ese caso lo están logrando”
Me preocupa que haya alguien que piense en términos de la tercera alternativa, puesto que discrecionalidad de políticas es la mejor forma de maximizar la incertidumbre. En ese caso lo están logrando.
– ¿Cuál es la verdadera economía argentina, la que cuenta con presupuesto aprobado por el Congreso y no lo cumple, o la que sin tratamiento legislativo cumple con sus pautas de presupuesto de equilibrio fiscal? ¿El problema radica en la herramienta legal o en la capacidad de ejecución y credibilidad de la política económica?
– La discrecionalidad presupuestaria (por leyes que permiten cambios de partidas, por la aprobación de presupuestos con hipótesis manipuladas para tener márgenes de reasignación de partidas, por no aprobar presupuestos) es una característica de Argentina que explotaron al máximo los gobiernos kirchneristas desde la crisis del 2002 y que nos persigue todavía en el 2025. Todo es problemático e indicio de desmanejo de la cosa pública: no tener presupuesto o tener presupuestos no creíbles llevan al mismo problema.
– ¿Cuál es la verdadera economía argentina, la que registra un sostenido descenso del índice de riesgo país desde más de 2.000 puntos básicos a menos de 800, o la que regresa a los 1.000 pb, con picos de 1.500 pb? ¿Qué señales está mirando el mercado internacional cuando se producen estos cambios tan bruscos?
– Cuando Sergio Massa asumió como ministro de Economía en 2022 hizo trascender que tenía “arreglados” préstamos diversos que le darían combustible para llegar a fines del 2023. Recurrió al adelantamiento de recursos con los sojeros tres veces en su mandato porque los recursos no llegaron, y finalmente sus políticas terminaron desfondando al Banco Central.
En la actual administración también se recurrió varias veces al adelantamiento de recursos, a lo que se sumó un nuevo préstamo del Fondo y el instrumento de “tomar deuda cuando sea necesario para hacer rollover” con los vencimientos de deuda. En un país incumplidor estos comportamientos no ayudan a bajar el riesgo.
– ¿Qué economía espera hasta las elecciones de octubre? ¿Visualiza que el Gobierno logrará sostener la estabilidad macro y social hasta ese momento clave?
– Por supuesto que sí. Es parte de las vicisitudes que se enfrentan en un sistema democrático. Quienes siquiera piensan en desestabilizar probablemente prefieren sistemas antidemocráticos.
“Quienes siquiera piensan en desestabilizar probablemente prefieren sistemas antidemocráticos”
– ¿Qué escenario imagina si el Gobierno gana bancas en el Congreso, pero no las elecciones generales de medio término? ¿Qué impacto concreto podría tener en la gestión económica y en el rumbo de las reformas estructurales?
– Es un escenario probable. Y no muy distinto quizás, en materia de bancas en el Congreso y necesidad de ampliar coalición que el del acuerdo (virtual o no) que tenía con PRO al comienzo de su gestión. O sea un escenario en el que hay que trabajar mucho para mejorar la gestión política y económica. Ajo y agua.
– Una reflexión final sobre el momento económico argentino y los desafíos inmediatos que enfrenta el país en los próximos meses.
– Cualquiera que haya observado los últimos 50 o 60 años de Argentina conoce las encrucijadas que se enfrentaron reiteradamente. La principal pregunta que hicieron las empresas durante mucho tiempo fue: ¿dólar o tasa? Eso reflejaba la miseria de las alternativas que se enfrentaban (excepto para los arbitrajes financieros). Y hoy hemos vuelto a escuchar la misma pregunta -que tiene sentido como arbitraje de corto plazo, pero no como centro de nuestras vidas-, lo que revela que hay mucho espacio para mejorar.
Fotos: Adrián Escandar
Fuente:https://www.infobae.com/economia/2025/10/05/juan-luis-bour-de-fiel-la-economia-enfrenta-persistente-desconfianza-por-la-volatilidad-politica-y-la-informalidad-estructural/





