San Rafael, Mendoza miércoles 08 de octubre de 2025

El problema de la ganadería argentina no es la falta de vacas

El problema de la ganadería argentina no es la falta de vacasEl índice de destete en Argentina es mucho más bajo que en los grandes países ganaderos.

El problema de la ganadería argentina no es la falta de vacas. Con un stock de 22,4 millones de vientres, estamos lejos de quedarnos sin madres. El verdadero drama es que muchas de esas vacas no producen terneros. Hoy destetamos apenas 14,1 millones de terneros, lo que representa un 63% de índice de destete. Esto parece poco si nos comparamos con países como Australia, Canadá o EEUU, en donde estas tasas están por encima del 80% de ternero logrado.

Evolución de la tasa de destete en la Argentina.Evolución de la tasa de destete en la Argentina.

Argentina produce unos 3 millones de toneladas de carne r/c hueso por año y cuando subimos a 3,1 millones, no es porque fuimos más eficientes, sino porque perdemos capital de trabajo, de la misma manera que cuando bajamos a 2,9 millones, no es porque seamos menos productivos, sino porque estamos recomponiendo stock.

Producción de Carne en millones de tn. Fuente: CICCRAProducción de Carne en millones de tn. Fuente: CICCRA

Argentina, con un stock total de 52 millones de cabezas, produce 3 millones de toneladas de carne. Estados Unidos, con 87 millones de cabezas produce 12 millones de toneladas, es decir, cuatro veces más carne que nosotros con solo un 60% más de stock de hacienda.

La buena noticia es que esta situación tiene solución. Hay margen técnico, humano y ambiental para hacerlo mejor. Pero para lograrlo, tenemos que dejar de normalizar la ineficiencia y enfocarnos en lo que verdaderamente importa, producir más terneros. Como punto de partida, es clave saber hacia dónde vamos. La empresa de cría debe orientarse a un gran objetivo productivo, obtener la mayor cantidad posible de kilos de carne por hectárea por año. Para eso, hay tres pilares fundamentales que deben guiar cada decisión:

• Lograr un ternero por vaca por año.

• Concentrar los partos en el primer mes de parición.

• Destetar terneros lo más pesados posible, porque cada kilo extra representa más ingresos para la empresa.

Tener estos objetivos siempre presentes permite alinear el manejo sanitario, reproductivo y nutricional bajo una estrategia clara, coherente y sustentable en el tiempo.

En este sentido, considerar la ejecución de un plan sanitario básico, que incluya vacunas reproductivas, antiparasitarios y suplementos vitamínico-minerales, representa hoy 1,78 kg de ternero por vientre entorado.

Con el precio actual de la invernada, con menos de dos kilos de ternero se paga un plan sanitario básico pero solido.

Ahora bien, implementar un plan sanitario adecuado es apenas el primer paso. Si realmente queremos aumentar la cantidad de terneros destetados, necesitamos atacar el principal cuello de botella productivo de la cría, el anestro postparto.

Esta es la principal causa por la cual muchas vacas no se preñan o lo hacen tarde, quedando fuera del primer mes de servicio. Como consecuencia, disminuye la tasa de preñez, se alarga el período entre partos y se compromete la eficiencia global del sistema. El anestro postparto es una etapa fisiológica normal en la vaca luego del parto, pero su duración está fuertemente influenciada por el estado corporal, la nutrición y la falta de estímulos hormonales adecuados.

Por eso, muy pocas vacas se preñan “de cabeza”, es decir, en los primeros días del servicio, que es justamente lo que más impacta sobre el margen bruto de la actividad.

“Por cada día que el anestro se prolonga más allá de los 60 días posparto, se pierden en promedio 833 gramos de ternero por vaca entorada”. Habichly y Joandet (1978)

Para reducir la duración del anestro y lograr una mayor proporción de vacas preñadas en los primeros días del servicio, es fundamental ordenar el ciclo productivo. En este sentido, una herramienta técnica clave es la inseminación artificial a tiempo fijo (IATF). La implementación de protocolos de IATF permite inducir el celo, sincronizar ovulaciones y lograr altos porcentajes de preñez temprana, incluso en vacas que aún no han ciclado de forma espontánea. Esto se traduce en una mayor concentración de pariciones, más terneros al destete y, en definitiva, mayor eficiencia en la producción de carne por hectárea.

Además, el costo de una IATF por vaca, medido en kilos de ternero, históricamente se ubica en torno a los 10 kg de ternero. Sin embargo, este año ese valor ha descendido a unos 8 kg de ternero, lo que representa una muy buena relación de precios relativos y una excelente oportunidad para adoptar esta tecnología con alto retorno.

Por último, no podemos dejar de lado el rol del toro en la eficiencia reproductiva. La revisación clínico-sanitaria de los toros es una práctica fundamental para asegurar no solo su aptitud reproductiva, sino también para prevenir la transmisión de enfermedades venéreas como Tritrichomonas foetus y Campylobacter fetus Venerealis y fetus fetus.

Estos patógenos son responsables de importantes pérdidas reproductivas en los rodeos de cría, puesto que provocan abortos tempranos, repeticiones de celo e infertilidad temporal en las vacas. El gran desafío es que el toro infectado no presenta síntomas clínicos, por lo que puede diseminar la enfermedad durante el servicio sin ser detectado. En este contexto, el raspaje prepucial se convierte en una herramienta diagnóstica clave. Realizado antes del inicio del servicio, permite identificar toros portadores y tomar decisiones a tiempo para evitar la diseminación de estas enfermedades en el rodeo.

Producir más y mejor carne, es una meta concreta que depende de decisiones técnicas bien fundamentadas. Tenemos las vacas, tenemos el conocimiento, y contamos con tecnologías accesibles y probadas. Lo que falta, muchas veces, es animarnos a dar el paso y asumir que la eficiencia no es una opción, sino una necesidad.

Mejorar los índices reproductivos, aumentar la tasa de extracción y sumar kilos por cada ternero son desafíos alcanzables si trabajamos con planificación, sanidad, nutrición y buenas prácticas. El camino hacia una ganadería más rentable, sustentable y competitiva empieza por dejar de perder terneros.

Por M.V Martín Pérez BordagarayJefe Técnico comercial de Biogénesis Bagó
Fuente:https://www.clarin.com/rural/problema-ganaderia-argentina-falta-vacas_0_bZxeKeP0yt.html

 

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