En 2025 los salarios terminarán, con suerte, empatados con la inflación sin mejoras en el poder adquisitivo.
Sin aumentos
Ariet coincidió con el economista Nicolás Aroma, del Centro de Economía y Finanzas de Mendoza, en que no es fácil hacer un promedio con relación al salario. En especial porque hay que dividirlo entre la realidad del sueldo privado registrado, el público y el informal en ambos sectores. En esta segmentación los dos últimos son los que más perdieron ya que el público viene con subas menores que la inflación y el no registrado –pese a la dificultad de medir lo que “no existe”- muestra pérdidas aún más profundas no solo porque casi no subieron sino porque ya venían atrasados.
En el combo, los empleados privados formales son los que en general muestran un mejor desempeño frente a la suba de precios, pero aquí también se observan fuertes diferencias entre los distintos sectores de la economía. “No todas las empresas ni los rubros están en la misma realidad ni seleccionan de una forma única”, aclaró Ariet.
Nicolás Aroma destacó que pese a la diversidad de datos y de relatos con relación a los salarios, la película general será que todavía no recuperan el nivel previo a la devaluación de 2023. Esto pese a que en algún mes u otro la medición de los registrados pueda ganarle a la inflación, al mirar los datos acumulados se ve que no ha habido una recuperación real en el poder de compra.
En tanto, la encuesta presentada en julio por la consultora de gestión de talentos Randstat, coincidió en que las empresas no prevén una suba salarial para lo que resta de 2025. Según el trabajo, en un contexto de desaceleración de la inflación, las compañías optarán por políticas de compensación estratégicas, con foco en adecuaciones salariales por desempeño. En cuanto a los indicadores que orientan los aumentos salariales en las organizaciones, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) es el más utilizado (82%), seguido por las paritarias (66%).
Un ancla para la inflación
De frente a la última parte del año con elecciones de medio término en octubre, se estima que los salarios sigan por debajo de la inflación con la consiguiente pérdida en el poder adquisitivo. Por otra parte, hay que tener en cuenta que pese a que los precios han ido a la baja, el salario no alcanza a cubrir las fuertes subas en servicios que en la actualidad están subestimadas en la medición del IPC.
Esto, en un contexto en que el Gobierno nacional logre contener la suba del dólar en el techo de los $1.400 en medio del alza actual. Si esto no sucede, el impacto en precios –que ya habría comenzado a llegar- será mayor. Sobre este punto, el ministro de Economía, Luis Caputo, advirtió que el incremento del dólar no trasladaría a precios debido a que la ciudadanía no puede convalidarlos. Declaración que se condice con otro indicador de los ingresos que es la baja o el estancamiento del consumo que se comenzó a verificar a partir de abril de este año. E
El economista Nicolás Aroma recordó que una de las anclas que el Gobierno ha utilizado para frenar la inflación es el salario, por lo que se estima que continuará planchado. El otro freno es el valor del dólar que hoy está en duda y habrá que ver cómo responde el mercado en los meses que restan hasta octubre.
Más allá de esto, si bien para las empresas el salario es un costo alto a afrontar en medio de una crisis que lleva mucho tiempo, este es uno de los precios atrasados de la economía. Y aquí la situación es compleja ya que las empresas como sistema necesitan de buenos sueldos para poder vender sus productos. Este círculo vicioso también frena inversiones y hace crecer la incertidumbre.
Fuente;https://www.losandes.com.ar/economia/salarios-perspectivas-recuperacion-el-segundo-semestre-n5957804