En el año 2015 Argentina hizo “trampa” en las pruebas PISA y la OCDE, igual que a un alumno que se porta mal, nos puso una suspensión. Pero la OCDE no sabía con quién se metía… con los campeones de la chicana y la gambeta, fue así que en el 2016 sacamos nuestro propio sistema de evaluación de desempeño: las pruebas Aprender… O quizás el tema de la coincidencia de las fechas fue puro azar, vaya uno a saber.
Vamos a hacer un análisis comparativo exploratorio entre los datos del primer período con el último para observar los cambios acaecidos[1].
Comencemos con Lengua en el primario.
Los tonos más obscuros representan los totales de cada año. Podemos observar que en todos los niveles hubo una mejora interesante; es más, si comparamos la mejora del sector estatal con la del privado vemos que esta fue mayor en el primero.
Ahora repasemos lo que pasa con las Matemáticas en la primaria
En esta materia notamos que, en general, existe una mejora en los totales. Llama la atención la gran mejoría del nivel 3 (del 30 al 40%), coincidente con las caídas de los niveles 2 (del 32 al 24.1%) y 4 (del 16 al 11.5%). En el sector estatal, la mejora del 3 (del 20 al 35%) coincide con la caída en el nivel 2 (del 40 al 25.1%), mientras que, en el sector privado, se presenta una mejora franca y pareja en todos los niveles.
Vamos ahora con Lengua del secundario.
En este segmento no se visualizan cambios significativos en los totales. La gráfica parece haber transferido las modificaciones desde el nivel 2 al 1 y del 4 al 3.
No existen datos desagregados en las estadísticas del 2024 entre público y privado, por lo que no podemos analizar este apartado.
Por último, vamos a las Matemáticas del secundario.
Este gráfico muestra la información más preocupante de todo el análisis: el crecimiento casi “exponencial” del nivel 1 coincidente con la caída del 3 y la “desaparición” del 4.
Sin los datos desagregados resulta imposible saber qué pasó con los alumnos del nivel 4, sobre todo con los de la parte privada, pero si sumamos la extinción del nivel 4 (de 10 a 0%) con la caída registrada (25.8%) entre el parcial del 2016 (40%) con el total del 2024 (14.2%), podríamos especular en el crecimiento “logarítmico” del nivel 1 tiene relación con esos guarismos.
Conclusión ¿final?
Para comenzar quiero que conteste con sinceridad: ¿leyó los gráficos?
Si la respuesta es sí, en buena hora; si en cambio la respuesta es no, quiere decir que nos encontramos ante un problema, usted y yo. Usted porque no tuvo interés o porque detesta los gráficos o porque se perdió entre las barras; yo porque no pude interesarlo o porque no logré tentarlo con algo más visual, o porque mis gráficos fueron tan opacos como los resultados que muestran.
Sea una cosa u otra, aquí tenemos expuesto parte del problema. Son pocas las personas que tienen ansias de saber y son menos los niños y adolescentes que integran este grupo y menos aun los que responden a una autoridad inexistente que obliga a estudiar y apenas un puñado los que están dispuestos a invertir esfuerzo en su futuro.
Pero esto no termina acá, hay más. El posmodernismo, el desarrollo de una generación de cristal incapaz de soportar la frustración, “empoderada” en el conocimiento digital y reacia a respetar los lineamientos de los pocos adultos que asumen su rol de conductores, adultos que parecen temer a sus hijos y a sus alumnos, más pendientes de ganar su cariño o aprobación que su amor verdadero o respeto.
Si a este coctel le sumamos una pizca de populismo tenemos la receta perfecta del fracaso, si fracaso, al que hemos arribado.
[1] Pongo esta palabra “difícil” para que se autoevalúe sobre sus saberes en lengua
Rogelio López Guillemain





