El Gobierno volvió a acudir a los llamados a exportadores para que reactiven la liquidación de divisas. Caen la soja y el petroleo, sube el riesgo país y los aranceles de Trump complican el objetivo de llegar con el tipo de cambio planchado hasta las elecciones.
El Gobierno volvió a acudir a los llamados a exportadores para que reactiven la liquidación de divisas, una vieja pero necesaria receta ante la profunda sangría del Banco Central. “No va a haber salto, por ahora”, fue el mensaje de Economía. Siguen las negociaciones con el FMI por el monto del primer desembolso y la continuidad de la política cambiaria. Los aranceles de Trump desataron un tembladeral de futuro incierto, por lo pronto el real vuelvió a depreciarse y conspira contra la estrategia del Gobierno de apreciar al peso.
El dato marca un cambio de conducta en la lógica libertaria. Según el interlocutor, este viejo mecanismo para acelerar la liquidación no había sido utilizado, por ejemplo, a mediados del año pasado cuando la suba de los dólares paralelos llevó a la brecha a una zona cercana al 50%. Los funcionarios del equipo económico buscaron dejar en claro que «no habrá un salto cambiario», al menos por ahora.
“Es una recomendación y no un pedido”, ironizó el experimentado hombre de negocios que notó una inquietud inhabitual en los representantes del Gobierno. El Banco Central también cambió de estrategia y decidió intervenir en los contratos de dólar futuro, otra “línea roja” por el pasado judicial de la herramienta. En esas horas y hasta el anuncio de Trump, la oferta exportadora en el mercado oficial retornó a volúmenes más normales.
La cosecha gruesa y la incertidumbre
La apuesta de Javier Milei es que la liquidación de la cosecha gruesa se sume al desembolso inicial del FMI y de otros organismos multilaterales para armar un “paquete” de financiamiento que le permita, probablemente con algunos cambios, mantener la paz cambiaria hasta las elecciones.
Sin los exportadores no se puede, pero con los exportadores solos no alcanza. En base a datos publicados por la Secretaría de Agricultura el 28% de la cosecha de soja 2024 aún no tiene precio, lo que representan 14.300 millones toneladas. En las primeras tres semanas de marzo las ventas de soja disponible llegaron a 465 mil toneladas muy por debajo de las 1.612 millones de toneladas de todo febrero.
Si las ventas no se reactivan es más difícil que los exportadores liquiden. Para el consultor agropecuario Javier Preciado Patiño hay muchas razones que explican el fenómeno de las últimas semanas: la incertidumbre sobre la política monetaria, el temor a una nueva devaluación del peso, la creciente brecha entre los dólares de exportación y los dólares financieros y la guerra arancelaria”.
Soja, petróleo y real, una tormenta que asoma
Muchos respiraron cuando el Banco Central finalmente logró cortar la racha vendedora. pero la calma en el mercado duró poco. Llegó el “día de la Liberación” de Estados Unidos y la política arancelaria fue más dura de lo que se calculaba en los escenarios pesimistas. La incertidumbre se expandió, las bolsas del mundo se desplomaron y las probabilidades de una recesión en la principal potencia económica se dispararon al 60% según el JP Morgan.
En lo que hace a los aranceles, a Sudamérica no le tocó la peor parte. De hecho, salvo Venezuela, todos los países quedaron con el piso establecido del 10%. Pero para Argentina, que tiene una acotada oferta exportable, los efectos de segunda ronda pueden pesar más que las nuevas tarifas.
El cierre de la rueda del viernes arrojó cuatro datos que impactan sobre la estrategia oficial de apreciación del peso. La soja, principal producto de exportación de Argentina, tuvo un derrumbe de u$s 20 en dos jornadas y cerró en u$s 358 la tonelada. El petróleo, complejo exportador que debería aportar el salto en generación de divisas en los próximos años, se derrumbó hasta 7% y tocó mínimos desde 2021.
Como si fuera poco, el real brasileño volvió a depreciarse frente al dólar. Sobre este punto, la experiencia reciente es categórica: el boom de turismo en el verano llevó a los gastos con tarjeta de crédito de argentinos en el exterior a niveles récord y el Banco Central tuvo que poner unos u$s 2.000 millones en los dólares financieros para mantenerlos a raya.
Como si fuera poco, el riesgo país saltó hasta los 925 puntos, lo que deja a Argentina un paso más lejos de retomar el financiamiento en los mercados voluntarios de crédito. Todo esto, en medio de un sprint final de las negociaciones con el Fondo que está siendo más complicado de lo que la Casa Rosada esperaba.
Fuente:https://www.ambito.com/economia/la-urgencia-los-dolares-el-llamado-exportadores-y-otra-mala-pasada-del-real-n6131355