San Rafael, Mendoza lunes 21 de abril de 2025

¡La transformación de una Diva! II de II – Por:. Beatriz Genchi

La Callas nunca traicionaría a Biki, a pesar de sentirse continuamente atraída por otro diseñador, tan historicista como atemporal e innovador: Yves Saint Laurent. “A él le habría encantado vestirla, pero ella siempre nos fue fiel”, recordaría más tarde Biki a la muerte de la soprano con quien, a lo largo de su vida profesional, había trabado una relación creativa tan fructífera que había trascendido las costuras.

Biki entendió, no sin esfuerzo, la complejidad emocional y personal de Callas, y eso les permitió trascender la barrera de diseñador y clienta. María Callas era famosa por su carácter volátil y su vida personal tortuosa y sacrificada, su inseguridad y su estatus, su necesidad de ser aceptada y querida y su soledad y, en muchos momentos, Biki se convirtió en esa especie de ‘confidente’ creativa.

Biki le dio a Callas las herramientas suficientes para, al menos, saber siempre quién era ella: una Diva. Que recapitulemos, el concepto de la diva, tal y como lo conocemos hoy, tiene raíces en la cultura operística y teatral del siglo XIX, donde las grandes cantantes se convertían en símbolos de poder, sufrimiento y belleza sublime. Pero, a diferencia de la mujer del pasado que debía cumplir con normas muy estrictas sobre lo que significaba ser una diva (un rol algo rígido de pureza, moralidad y perfección), las divas del siglo XX comenzaron a ser definidas por sus contradicciones.

Edith Piaf, Judy Garland, Elizabeth Taylor… empezaron a representar algo más que sólo la perfección vocal o actoral; su vida personal, sus tragedias, sus luchas emocionales, cobraron protagonismo. La diva dejó de ser solo una figura de la distancia aristocrática, para convertirse en una imagen compleja que abarcaba vulnerabilidad, conflicto interno y, sobre todo, una fascinación casi mítica. Biki comprendió a la perfección este nuevo arquetipo. Mientras que otras diseñadoras como Coco Chanel o Christian Dior se centraban en la ‘elegancia’ clásica, Biki estaba más interesada en cómo la moda podía reflejar las ambigüedades de la persona que la portaba. Con Callas, especialmente, no se limitó a crear trajes; confeccionó una armadura emocional. Cada diseño era una extensión de la lucha interna de la soprano, de sus éxitos y fracasos, de su vulnerabilidad y su fuerza implacable.

Entendió que lo que la Callas necesitaba no era solo el brillo de las lentejuelas o la pompa de la alta costura, sino una reinterpretación de su esencia. Por ejemplo, uno de los momentos más recordados es el vestuario que creó para Callas durante la interpretación de “Tosca” en la década de 1960, un papel que en manos de la soprano adquirió una carga emocional mucho más profunda que en cualquier otra cantante. El vestido, confeccionado en raso negro, abrazaba la silueta de Callas con una austeridad casi dramática, pero su escote en V y las suaves líneas que caían hasta el suelo ofrecían una sensualidad contenida, evocando tanto su presencia feroz como su vulnerabilidad. Otro ejemplo fue el conjunto en el que la cantante interpretó “Norma” en el Teatro de la Ópera de Roma. El vestido, con bordados dorados y detalles en terciopelo, simbolizaba la lucha interna entre el deber y el amor, los temas recurrentes en la ópera, pero también un reflejo de la misma vida de Callas, quien constantemente se debatía entre su amor por la música, sus sacrificios musicales y sus dramas personales.

Pero, ¿qué ocurrió con Biki para que su nombre haya sido casi silenciado por el paso del tiempo? Primero, un cambio en la Industria de la Moda. A medida que la moda de los años 60 y 70 se fue distanciando de los grandes trajes de ópera y el glamour de la vieja escuela, el trabajo de Biki pasó a ser considerado algo del pasado. La moda de la ‘nueva ola’ no tenía cabida para sus siluetas clásicas, y ella no logró adaptarse completamente al ritmo frenético del mundo de la moda comercial y luego estaba la Mística de Callas, una figura tan gigante y compleja arrojó demasiada sombra sobre todos los que estaban a su alrededor, incluyendo obviamente a Biki. Eso sí, mientras duró su relación, la diva adquirió más de 200 vestidos, 150 pares de zapatos y 300 sombreros. Final.

Gentileza

Beatriz Genchi

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

 

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