San Rafael, Mendoza lunes 10 de febrero de 2025

La tumba olvidada – Por:. Beatriz Genchi

Astor Pantaleón Piazzolla, el compositor, bandoneonista y director de orquesta argentino, era marplatense y había nacido, el 11 de marzo de 1921. Sus padres, eran inmigrantes italianos que se habían establecido en Argentina. Durante su infancia, su familia se mudó a Nueva York, donde comenzó a tomar clases de música e interpretar piezas clásicas, desde los 8 años.

En 1934, el Zorzal Criollo realizó la película “El día que me quieras” en la citada ciudad y Piazzolla era un extra que tuvo participación como canillita; pero lo más importante es que Gardel escuchó tocar el bandoneón a Astor, durante una comida y quedó impresionado por la calidad de la interpretación asociada a la precocidad del intérprete.

En 1935, Carlos Gardel le pidió que lo acompañara en la gira por parte de América Latina y por razones familiares (tenía solo 14 años y el padre no se lo permitió) no lo hizo y eso quizás fue un hecho premonitorio que indicaba que debía vivir para llegar a ser el “genio musical que fue”porque se salvó de perecer en el accidente de avión que terminó con la vida de Gardel y sus compañeros de orquesta, en Medellín (Colombia).

En la década de 1940, Piazzolla comenzó a componer sus propias obras, y pronto se convirtió en uno de los compositores más importantes del tango argentino. En 1946, fundó su propia orquesta, la Orquesta de Cámara, con la que grabó varios discos y realizó giras por todo el mundo.

A partir de 1950, Piazzolla experimentó con nuevos sonidos y estilos, fusionando el tango con la música clásica y el jazz. Esto lo llevó a crear un nuevo estilo de música, conocido como «nuevo tango» o «tango nuevo»; generando un cisma en la música argentina. Astor Piazzolla falleció el 4 de julio de 1992, pero su legado musical sigue vivo. ¡Es considerado uno de los más importantes compositores del siglo XX, y su música sigue siendo interpretada y grabada por músicos de todo el mundo donde es permanentemente homenajeado!

En su propia patria, fue muy cuestionado, principalmente por los cultores del tango clásico y arrabalero; sus creaciones tuvieron el poder y la fuerza necesaria para imponer su estilo y transformarlo en un éxito mundial, revelando una música excelsa hasta el punto de ser considerado casi como un héroe nacional, y sus composiciones una parte importante de la cultura argentina. En todo el mundo, su música es reconocida como una de las más importantes e influyentes del siglo XX.

Su tumba en el Jardín de Pax de Pablo Nogues, no solo tienen una sencillez llamativa para un personaje de tanta importancia nacional e internacional, sino que además es infrecuentemente visitada y ni una simple flor le hace compañía.

Ni siquiera los empleados administrativos del cementerio sabían que “esa tumba de ahí” es la de Piazzolla. Se sorprendieron ante la consulta de por qué no tenía una escultura que acompañara su importancia sin dejar de sentir orgullo por enterarse de que tenían un huésped tan famoso.

Los argentinos somos afectos a olvidarnos o a transformarnos en indiferentes frente al recuerdo o al homenaje a nuestros ídolos o personajes de nuestra historia, excepto con algunos futbolistas u alguno que otro deporte. Parece que no tenemos conciencia de la cantidad de personas, que, a nivel de la cultura, las ciencias, la medicina y muchos otros campos de la sociedad, se han destacado para orgullo de la Argentina. Sus trabajos, sus creaciones no solo nos han beneficiado a los argentinos sino a toda la humanidad, pueden demostrar la calidad de estos seres de bien, que con el tiempo van sufriendo la indiferencia de su pueblo que, en el olvido, que se agranda con el pasar de los años, van mostrando pinceladas de nuestra desarraigada idiosincrasia, que tanto nos caracteriza.

Produce tristeza y desazón ver esa solitaria y olvidada placa de mármol a ras de la tierra, perdida entre tantas otras. Sin una mínima señal que indique el lugar donde descansa el músico argentino más importante del siglo XX, cuya trayectoria como intérprete del bandoneón y compositor ha llevado a la música argentina al pedestal de la gloria universal para siempre.

¿El olvido y la indiferencia hacia nuestros grandes, será el reflejo de la decadencia de la sociedad de la que siempre nos quejamos?

La tumba de Astor Piazzolla está en el Jardín de Pax de Pablo Nogues (de paso podemos buscar quien era Nogues ya que algunos historiadores lo calificaron como “un servidor público insustituible”) en Buenos Aires, por si quisieran dejarle una flor…Sector 4, Manzana 3, Parcela 16. La sepultura del genio del tango es insignificante: no tiene escultura, retrato, ni flor; ni siquiera un bandoneón de fría piedra.

Gentileza:

Beatriz Genchi
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

 

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