6.45 A.M. Suena el despertador. Saltas de la cama, enciendes la cafetera y te metes en la ducha; le das el primer sorbo al café, despiertas a los niños, les pones el desayuno, ordenas los papeles para la reunión de hoy y terminas de arreglarte; metes prisa a los peques, vigilas que no se olviden nada y corriendo hacia el coche. 7.40 A.M.
Apenas ha pasado una hora del nuevo día y quedan por delante otras 8 de trabajo y varias más de actividad: compra en el super, extraescolares, deberes y, con suerte, un rato en el gym…, antes de aterrizar en el sofá con las fuerzas justas. 22.05 horas.
Este es, grosso modo, el día a día en miles de hogares españoles. Las exigencias y responsabilidades diarias, y el frenético ritmo de vida derivado de ellas, implican un desgaste energético que se acentúa especialmente a partir de los 40 años, cuando ese cúmulo de actividad (laboral, familiar y personal) es el pan nuestro de cada día.
¿Compensa nuestra dieta diaria la pérdida energética que conlleva esa incesante actividad? ¿Consumimos los nutrientes y vitaminas necesarios para afrontar con garantías ese acelerado ritmo de vida? A tenor de la evidencia científica, la respuesta a esas preguntas es meridianamente clara: no.
Un estudio de la revista médica TheLancet en 185 países revela que un porcentaje significativo de la población mundial presenta carencias, en ocasiones significativas, en la ingesta de micronutrientes esenciales. Hasta 15 de esos micronutrientes, según la prestigiosa publicación británica, se consumen por debajo de lo que sería necesario: un 67% de las personas consume vitamina E por debajo de los niveles recomendados, un 66% no llega a la ingesta necesaria de calcio, y más de la mitad de la población mundial presenta niveles insuficientes de vitamina C en su alimentación diaria.
Evidencia científica
En España, donde las virtudes de la dieta mediterránea podrían hacer pensar que los españoles están más protegidos de estas deficiencias nutricionales, la evidencia científica también detecta significativos déficits. Aunque no siempre se manifiestan de forma visible o inmediata, estos déficits alimenticios pueden tener un impacto considerable en la salud de la persona.
El estudio ANIBES sobre alimentación y nutrición y la guía Tablas de Composición de Alimentos y Bebidas de España (Moreiras et al.) revelan que el 23% de los varones españoles en edad adulta (20-60 años) tiene deficiencias de zinc en su dieta, porcentaje que se dispara hasta el 40% en el caso de las mujeres adultas y sénior. Además, más del 60% de la población adulta española consume menos vitamina D de la necesaria, una de cada cuatro mujeres presenta deficiencias en la ingesta de calcio, y una de cada cinco en la de magnesio.
El zinc, el calcio, el fósforo y la vitamina K son esenciales para el mantenimiento de los huesos y, junto con las vitaminas y minerales que se incluyen en ese listado de 15 micronutrientes deficitarios, contribuyen a la salud musculoesquelética de la población adulta, máxime en un contexto donde gran parte de esa población afronta horarios muy dilatados y muchas y muy variadas exigencias personales y profesionales.
A las vitaminas y nutrientes que ya tenía la leche de calcio, Pascual Movit suma otros ingredientes que fomentan la ‘movilidad integral’ de la persona
Pascual Movit es la respuesta idónea para suplir las carencias nutritivas que los estudios científicos nacionales e internacionales detectan en un elevado porcentaje de la población adulta. Mucho más que una leche de calcio tradicional, un vaso diario de Pascual Movit es el complemento idóneo de una dieta variada y equilibrada.
«Pascual Movit es una propuesta de valor y de receta más completa. Además de las vitaminas y nutrientes que ya teníamos en nuestra leche de calcio, y que te ayudan al mantenimiento de los huesos, le hemos añadido otros ingredientes que contribuyen a la salud de las articulaciones, al funcionamiento normal de músculos y cartílagos y a la formación del tejido conectivo. En definitiva, a todas las partes del cuerpo que redundan en la consecución de lo que nosotros llamamos movilidad integral«, resume Natalia Fernández, directora del Negocio Lácteo de Pascual.
La movilidad integral es un concepto que engloba tres ideas base (estabilidad, fuerza y flexibilidad), y todo ello -añade Fernández- con el foco puesto en el beneficio del consumidor, a través de otra idea matriz que está en la génesis de este nuevo producto de Pascual: la nutrición avanzada. «A partir de cierta edad, el nivel diario de exigencia y de consumo de energía es cada vez mayor, y necesitamos complementar nuestra dieta con este tipo de nutrientes para mantener ese ritmo y para conservar en buen estado nuestros músculos, huesos y articulaciones», enfatiza Fernández.
En su último estudio de marca, la compañía española ha definido tres verticales bajo la denominación Pascual: la nutrición esencial; el disfrute -«asociado a productos de nuestra firma que ofrecen una experiencia sensorial placentera», matiza Fernández- y la llamada nutrición avanzada, que es, precisamente, «la vertical láctea, en la que ofrecemos al consumidor soluciones que nutren cuerpo y mente fortaleciéndolos y reparándolos». Ahí, en ese eje esencial, es donde encaja Pascual Movit.
Para personas especialmente activas
Esta nueva propuesta de la compañía española -y aquí hace mucho hincapié su directora del Negocio Lácteo- está muy asociada, además, a la idea de prevención. «No es un producto que esté orientado a personas que tengan algún problema o carencias, sino a todas aquellas que son especialmente activas y que quieren seguir haciendo su vida normal». En definitiva, personas adultas, mayores de 40 años, y cuyo día a día se asemeja mucho al que describíamos al principio de este reportaje.
El pormenorizado estudio de necesidades que ha elaborado el departamento de Nutrición y Salud de Pascual -y que coincide en gran medida con los informes científicos nacionales e internacionales- ha identificado qué micronutrientes son más deficitarios a partir de esa franja de edad y los ha incorporado a su nueva receta.
Un solo vaso de 250 ml aporta todos los micronutrientes necesarios para paliar los déficits nutricionales que los estudios científicos detectan, en España y en el mundo
Además de vitamina D y calcio (100% procedente de la propia leche), Pascual Movit está enriquecido con fósforo, zinc, vitamina K, magnesio y proteínas, «porque la dieta diaria no suele incluir habitualmente niveles adecuados de magnesio ni de proteína específica, que son claves, sobre todo, para preservar la masa muscular», recuerda Fernández. Un vaso de 250 ml (la cantidad diaria recomendada) contiene, además, vitamina C y manganeso, «un nutriente que no se usaba tradicionalmente en la leche y que ayuda a la formación normal del tejido conectivo», dice Fernández.
El estudio también le ha servido a Pascual para constatar que las personas mayores de 40 años suelen tomar muchos suplementos alimentarios, «y lo que hace Pascual Movit es aportar todos esos suplementos de forma mucho más sencilla y cómoda para el consumidor, que los tiene todos juntos en un solo vaso de leche», añade Fernández. En suma, 250 ml de suplementos beneficiosos para la salud corporal y mental.
En un ecosistema alimentario como el español, donde la leche es un ingrediente «tan noble y arraigado» -recuerda Fernández-, Pascual Movit llega a la mesa del consumidor con la idea de aportar valor añadido a su pirámide nutricional.
«Más allá de añadir ingredientes a la leche (calcio, omega 3) o de quitárselos (lactosa), como veníamos haciendo hasta ahora, nuestro objetivo es ofrecer beneficios concretos a los destinatarios de un producto tan identificado con nuestra dieta. El primer ejemplo de este nuevo planteamiento es Pascual Movit, pero ya estamos trabajando en nuevas plataformas que nutran el cuerpo de una forma más integral», avanza la directora del Negocio Lácteo de Pascual.
Fuente; https://www.elmundo.es/uestudio/2024/10/28/671f6235fc6c8363448b4576.html