Una menor británica usa un vapeador.EFE
Más allá de los pulmones, un estudio descubre cómo los cigarrillos electrónicos tienen un efecto inmediato en la velocidad de la sangre y la saturación de oxígeno
Los investigadores han identificado la huella que produce el consumo de cigarrillos electrónicos en las arterias y venas, incluso en aquellos dispositivos sin nicotina. Aunque el vapeo, en principio, expone a los usuarios a menos sustancias químicas tóxicas que los cigarrillos, puede resultar perjudicial para la función vascular y la salud en general.
Muchos de los vaporizadores también se comercializan en varios sabores, lo que los hace populares entre los jóvenes. De hecho, su empleo es cada vez más popular entre los adolescentes y, de hecho, ya ha superado al tabaco tradicional ya que, según un estudio coordinado por la Universidad de Glasgow (Reino Unido) y publicado por la OMS Europa, un 32% de los jóvenes de 15 años ha probado los vapeadores, frente a un 15% que ha consumido tabaco convencional. En España, casi el 20% de los chavales de entre 14 y 18 años se declara fumador o vapeador.
Se trata de dispositivos que funcionan con pilas y calientan un líquido para producir un aerosol que se inhala en los pulmones. Estos contienen muchas menos sustancias químicas y toxinas que el humo del tabaco. Por ello, muchos consideran que son menos nocivos que el tabaco. «Los cigarrillos electrónicos se comercializan desde hace tiempo como una alternativa más segura al tabaco», afirma Marianne Nabbout, autora principal del estudio y residente de Radiología de la Universidad de Arkansas para las Ciencias Médicas en Little Rock.
Su equipo presentará los datos de la investigación en la reunión internacional que esta semana celebra la Sociedad de Radiología de Norteamérica. «Algunos creen que los cigarrillos electrónicos no contienen ninguno de los productos nocivos, como los radicales libres, que se encuentran en los cigarrillos de tabaco normales, porque no hay combustión», apunta Nabbout. Desde la industria se les atribuye la propiedad de reducción del daño.
No es el primer trabajo que demuestra el efecto nocivo del vapeo más allá de los pulmones. Unas investigaciones publicadas hace dos años por la Asociación American de Cardiología (AHA, por sus siglas en inglés) registraban cómo los adultos que usaban regularmente estos dispositivos mostraban cambios preocupantes en la función del corazón y de los vasos sanguíneos. Además, tuvieron peores resultados en las pruebas de esfuerzo físico que las personas que no habían usado ninguno.
Otro análisis posterior, esta vez publicado en Nature Communications, señalaba que inhalar el propilenglicol, la glicerina vegetal y los saborizantes de los cigarrillos electrónicos produce alteraciones en la frecuencia cardiaca.
El daño pulmonar quedó reflejado en ya en una investigación de la Universidad de California en 2019. Aquel fue el primer estudio longitudinal que vinculaba los cigarrillos electrónicos con enfermedades respiratorias (asma, bronquitis, enfisema o enfermedad pulmonar obstructiva crónica) en una muestra representativa de toda la población adulta estadounidense.
¿Cómo descubrieron el daño en arterias y venas?
En el estudio realizado en la Universidad de Pensilvania, el equipo de Nabbout trató de identificar la alteración en la función vascular de los efectos inmediatos del vapeo, con y sin nicotina. Para descubrir el daño en las arterias, los investigadores evaluaron la velocidad de flujo de la arteria femoral y la saturación venosa de oxígeno (una medida de la cantidad de oxígeno en la sangre que vuelve al corazón después de suministrar oxígeno a los tejidos del cuerpo).
Se empleó un tipo especial de resonancia magnética denominada de contraste de fase. Tras la inhalación de cada sustancia, se produjo una disminución significativa de la velocidad del flujo sanguíneo en reposo en la arteria femoral superficial. Esta arteria recorre el muslo y suministra sangre oxigenada a toda la parte inferior del cuerpo.
La disminución de la función vascular fue más pronunciada tras la inhalación de cigarrillos electrónicos que contenían nicotina, seguidos de los sin. La reducción de la saturación venosa de oxígeno también se observó en los vapers, tanto si contenían nicotina como si no.
Esto sugiere una disminución inmediata de la captación de oxígeno por los pulmones después de vapear, lo que subraya los efectos que el tabaquismo y el vapeo «pueden tener en multitud de lechos vasculares del cuerpo humano», afirma Nabbout. E insiste: «Si el consumo de un cigarrillo electrónico tiene un efecto que se manifiesta inmediatamente a nivel de los vasos, es concebible que el uso crónico cause enfermedades vasculares».
Fuente:https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2024/11/26/6744b6b421efa0112d8b4575.html