San Rafael, Mendoza jueves 07 de noviembre de 2024

El cambio climático llevó a que la DANA fuera un 12% más intensa y dos veces más probable

DANA«La quema de petróleo, gas y carbón es la primera causa por la que el clima se está calentando y por la que estamos experimentando este clima extremo», advierte Friederike Otto, cofundadora del grupo de científicos del World Weather Attribution (WWA), que analiza su vinculación con el cambio climático

El cambio climático ha hecho que la DANA que golpeó España esta semana fuera un 12% más intensa y dos veces más probable, según un análisis preliminar del grupo de científicos del World Weather Attribution (WWA). «El cambio climático es la explicación más probable, pues una atmósfera más cálida puede retener más humedad, lo que provoca aguaceros más intensos», puede leerse en el comunicado de WWA, que alerta sobre el riesgo de lluvias más frecuentes y más intensas en nuestro país con el calentamiento del planeta.

Se estima que con el aumento actual de la temperatura global de 1,3 grados con respecto a la era preindustrial, la atmósfera puede retener hasta un 9% más de humedad, lo se traduce en aguaceros más intensos. WWA recalca cómo la ONU estima que el planeta se podría calentar de 2,6 a 3,1 grados de aquí a finales de siglo con el actual nivel de emisiones.

«La quema de petróleo, gas y carbón es la primera causa por la que el clima se está calentando y por la que estamos experimentando este clima extremo», advierte Friederike Otto, cofundadora de la WWA y climatóloga del Imperial College de Londres. «Para evitar un calentamiento mayor es necesario reemplazar los combustibles fósiles por energías renovables».

«Pero también nos tenemos que adaptar», recalca Otto. «El número de víctimas mortales en España nos hace ver la necesidad crítica de estar preparados para un clima extremo que tendrá un impacto mucho mayor que cualquier cosa que hayamos visto en el pasado».

«Las inundaciones repentinas en España son otro terrible recordatorio del tiempo cambiante y más caótico que estamos experimentando como consecuencia del cambio climático», advierte por su parte Jess Neumann, profesora de Hidrología de la Universidad de Reading . «Una atmósfera más caliente es capaz de retener más humedad, y de causar episodios de lluvia extrema e inundaciones».

«La pérdida de vidas humanas nos demuestra que no estamos preparados para hacer frente a tormentas como las que han azotado el sureste de España», recalca Neumann. «Las inundaciones son hoy por hoy la mayor amenaza natural a la que se enfrenta Europa, como hemos visto este verano, o como sufrimos en el 2020 en el Reino Unido. Y sin embargo no tenemos el mismo nivel de educación o preparación para los desastres que en otros lugares del mundo».

«En zonas vulnerables del planeta se toman muy en serio la preparación para otros peligros, como terremotos y tsunamis, con educación, simulacros y kits de emergencia», recuerda la profesora de hidrología. «Lo mismo tenemos que hacer en Europa ante el riesgo cada vez más presente de las inundaciones. No hay defensa posible contra un muro de agua de tres metros, pero hay acciones de bajo coste que se pueden tomar para mitigar los riesgos, con sistemas locales de alerta, rutas de escape y un kit de supervivencia en cada hogar. Lo ocurrido en España demuestra también la necesidad urgente de rediseñar mejor nuestros paisajes, pueblos y ciudades«.

«La gente no debería morir por este tipo de fenómenos meteorológicos previstos en países que disponen de los recursos necesarios para hacerlo mejor», asevera por su parte Liz Stevens, catedrática de Riesgos Climáticos y Resiliencia de la Universidad de Reading. «Los científicos llevan años advirtiendo de que el cambio climático provocará lluvias más intensas, y las trágicas consecuencias de este suceso demuestran que nos queda mucho camino por recorrer para prepararnos para este tipo de sucesos, y peores, en el futuro»

«La lección de este trágico episodio es que tenemos que perder el miedo e incluso pecar de ser precavidos», advierte por su parte la meteoróloga Isabel Moreno, presentadora de Aquí la Tierra.» Es muchísimo mejor alertar a la población y tomar medidas excepcionales y que después no pase nada, a no hacerlo y que después haya que lamentar víctimas mortales y esta cantidad, por no haber avisado con tiempo sobre un riesgo como este».

«La huella del cambio climático está en todo lo que nos rodea», concluye Isabel Moreno que se remite al análisis preliminar de WWA y a otro informe, a cargo del grupo Climate Central, que apunta la posible contribución de un «río atmosférico» transportando vapor de agua desde el Atlántico tropical: «Los ríos atmosféricos son como vías que tiene la atmósfera en las que se mueven grandes cantidades de humedad. Es probable que un fenómeno de este tipo haya alimentado en cierta manera esta depresión a niveles altos y haya podido hacer que las precipitaciones fueran más intensas».

«El Mediterráneo es en cualquier caso uno de los mares que más se está calentando por el cambio climático y en verano se convierte en una olla a presión», observa la meteoróloga, que reconoce que las olas de calor y la sequía son la otra cara de la misma moneda. «El litoral mediterráneo es de por sí una región seca, y esa situación se están acentuado por las altas temperaturas que hacen que evapore el agua. Esa sequedad favorece también este tipo de riadas porque el agua resbala. Aunque un suelo más húmedo tampoco habría sido una gran diferencia ante una precipitación de más de 500 litros por metro cuadrado».

Fuente:https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/ciencia/2024/11/05/6724e45321efa0970c8b4575.html

 

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