San Rafael, Mendoza miércoles 16 de octubre de 2024

Lo que el teclado se llevó – Por:. Beatriz Genchi

¿Qué perdemos al dejar de escribir a mano?

A principios 1882, el filósofo Friedrich Nietzsche recibió una máquina denominada “esfera de escribir Mallin-Hansen”, un ingenioso artefacto con teclas. La visión del pensador había ido empeorando hasta imposibilitarle la escritura manual. En marzo de ese mismo año pudo continuar escribiendo, ahora con un nuevo instrumento.

Su amigo, el compositor Heinrich Köselitz, hizo notar cierto cambio de estilo en sus textos a partir de ese momento. Su prosa se había vuelto más escueta y telegráfica. Al parecer, también se vieron afectados algunos contenidos de su filosofía.

Ese hecho, que nos hace evocar la expresión: “el medio es el mensaje”, podría encontrar su explicación en las nuevas teorías de la cognición corporeizada. La ciencia cognitiva moderna nos indica que los aspectos motores y sensoriales de nuestra conducta tienen consecuencias más allá de lo sospechado.

Nuestra mente no es un mundo de ideas incorpóreas. Es necesario tener en cuenta nuestro cuerpo y nuestras sensaciones para explicar fenómenos que, de otro modo, resultan inexplicables.

Vi un estudio realizado hace un par de décadas donde se presentaron palabras que podían tener un contenido positivo (i.e. “pastel”) o negativo (i.e. “basura”). Los participantes debían indicar si la palabra era “buena” o “mala” moviendo un joystick. A la mitad de la muestra se le dijo que “bueno” se indicaba moviendo la palanca hacia su cuerpo y a la otra mitad, que “bueno” se indicaba con un movimiento de alejamiento.

La respuesta “malo” para cada mitad se estableció con el movimiento contrario a la respuesta “bueno”. Se observó un fenómeno de compatibilidad significado-movimiento: las respuestas más rápidas se producían en los casos compatibles, en los que “bueno” se contestaba acercando la palanca y “malo” alejándola.

Esta participación del cuerpo y las sensaciones físicas en los procesos mentales explica que la escritura manual facilite el aprendizaje de letras y palabras, frente a otros tipos de escritura, como la que usa un teclado, según los resultados de varios estudios.

Por ejemplo, un estudio de 2021 comparaba el recuerdo a corto y medio plazo de palabras aprendidas tecleándolas o escribiéndolas de forma manual. El recuerdo era mejor cuando se aprendía con el lápiz y el papel.

En otro estudio, unos adultos aprendieron nuevos caracteres (de origen asiático) que debían reproducir con un lápiz o con un teclado. En el momento de terminar el entrenamiento no había diferencias de recuerdo para los dos métodos, pero los aprendices del teclado olvidaron gran parte del material con el paso del tiempo.

Algunos expertos justifican la ventaja de usar el lápiz postulando que está más “embodied” (un adjetivo que podríamos traducir como más “integrado en el cuerpo”); esto es, implica un conjunto de procesos sensomotores más complejos y particulares para cada letra. Esta complejidad generará una huella de memoria más distintiva y, en consecuencia, su memorización y recuerdo vendrán facilitados, de la misma manera que es más fácil recordar a un albino de dos metros de altura que a alguien con rasgos promedio.

Otra ventaja de la escritura manual es que la mecanografía es más costosa en consumo de recursos mentales. Esto provocará escasez para ejecutar las operaciones de memorización de palabras. El aumento en consumo de recursos se debe a la mayor velocidad a la que se teclean las palabras. Esto, a su vez, supone un mayor número de elementos a procesar por unidad de tiempo.

La idea de complejidad aparece en otros estudios para explicar igualmente diferencias en la escritura en una segunda lengua. Otros autores sugieren que el mayor consumo de recursos también es debido que la tarea de escritura es más compleja cuando se realiza por teclado.

En varios experimentos se ha comprobado una mejora en las habilidades de composición escrita (calidad, longitud y fluidez del texto) tras el entrenamiento en habilidades de escritura manual. En este mismo sentido, un estudio muestra que los estudiantes planifican mejor sus textos cuando usan lápiz y papel que cuando usan el teclado.

Por otra parte, es preciso reconocer que los teclados también nos han traído muchas ventajas. Por ejemplo, algunas revisiones de estudios que comparan los textos manuscritos frente a los escritos en computadora afirman que los últimos suelen ser más largos y con mayor calidad en la composición. Además, las personas con problemas de aprendizaje lecto-escritor son las que más acusan estos beneficios. No obstante, estos estudios en ocasiones adolecen de cierto rigor experimental que provoca ciertas dudas sobre su interpretación y generalidad.

Estos resultados apuntan a que eliminar la escritura manual en la escuela, como parece estar sucediendo en sistemas educativos, no es buena idea. Obviamente, no se trata de no usar teclados: pero debemos estar atentos a los estudios futuros sobre este tema para llevar sus conclusiones lo antes posible al mundo educativo.

Los artífices de estos estudios son Javier Marín Serrano profesor titular de Psicología del Lenguaje y Psicología del Pensamiento en la Universidad de Murcia, Miguel Ángel Pérez-Sánchez profesor titular del Dpto. de Psicología Básica y Metodología de la Universidad de Murcia, Olena Vasylets profesora asociada en la Facultad de Filología y Comunicación de la Universitat de Barcelona y son quienes brindan estas conclusiones.

Gentileza:

Beatriz Genchi
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

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