STRINGER – AFP
El organismo confirmó el valor mensual más bajo desde noviembre de 2021 y la medición interanual se ubicó en 209%
La inflación mensual de septiembre confirmó las proyecciones a la baja y se ubicó en el 3,5%, según confirmó este jueves el Indec. Es la primera vez que está por debajo del 4% en la gestión de Javier Milei. De hecho, es el dato de inflación mensual más baja desde noviembre de 2021: ese mes, el IPC había arrojado un alza del 2,5%.
De esta manera, el alza en el costo de vida acumula una suba del 101,6% en los primeros nueve meses de 2024, y se ubica en el 209% en la medición interanual.
Al interior de la inflación, el segmento de alimentos y bebidas se destacó con una desaceleración (2,3%) mensual. Es el principal componente de la canasta que mide el Indec, y se movió a un ritmo cercano a la suba del tipo de cambio, en un contexto de estabilidad financiera y caída en las cotizaciones de los dólares paralelos.
También tuvo una caída significativa la inflación núcleo. Esta medición, que excluye a los precios estacionales (2,9%) y los regulados (4,5%), se ubicó en el 3,3% en septiembre, luego de haberse ubicado en 4,1% en agosto.
“La inflación está bajando, pero está tardando más en bajar de lo que decía el Gobierno. Está encontrando distintas resistencias en su camino. En este caso, lo que se vio es que los bienes no desaceleraron (3,2% en el mes, frente al 3,3% del mes anterior), aun con la baja de la alícuota del impuesto PAIS a las importaciones. Habíamos alertado que quizás podría ir a recomponer márgenes, y algo de eso hubo”, explicó el economista Gabriel Caamaño, titular de Outlier.
“La desaceleración estuvo más por el lado de los servicios, donde hubo un componente estacional importante que ya se había visto también en el dato de CABA. El punto a favor es que la inflación sigue bajando, pese a que no hay una caída en el segmento de bienes”, agregó el analista.
La desaceleración en la tasa de inflación mensual había sido anticipada por las mediciones de consultoras privadas. Según el Reporte de Expectativas del Mercado (REM) que difundió a comienzos de este mes el Banco Central, el consenso de las proyecciones se ubica en torno al 3,5% mensual.
Esa es la misma cifra que había estimado, por caso, Equilibra, la firma que fundaron Martín Rapetti y Diego Bossio, y la consultora C&T Asesores Económicos, liderada por Camilo Tiscornia y María Castiglioni. Para BBVA Research, que utiliza en sus números modelos de machine learning, el dato del mes rondaba en torno al 3,9% (con un intervalo de +/- 0,2%).
Los primeros datos oficiales, sin embargo, habían medido una inflación algo superior. Fue el caso del Índice de Precios al Consumidor de la Ciudad de Buenos Aires, que se ubicó en 4%. Y si bien registró una baja de 0,2 décimas con respecto a agosto (había dado 4,2%), para alcanzar al valor de inflación mensual más bajo en lo que va del año, el número se había ubicado por encima de las proyecciones del Gobierno y de analistas privados.
La medición del Idecba, el ente estadístico porteño, reflejó también una desaceleración en el rubro de alimentos y bebidas (se encareció un 2,2% en promedio, casi en línea con el movimiento del tipo de cambio oficial y favorecido por la baja en la alícuota del impuesto PAIS para las importaciones). Pero hubo ajustes sensibles en otras categorías, como Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles (influyen la suba en las expensas, los alquileres y el valor de las tarifas de los servicios públicos), Transporte (movimientos en combustibles y el valor del boleto de colectivo en la ciudad), Salud (planes de medicina prepaga y medicamentos) y Restaurantes y hoteles.
A diferencia de la canasta del Indec, en la inflación porteña tienen mayor preponderancia los servicios, que en los últimos meses muestran incrementos mayores a los bienes. Ese es uno de los factores que explica, también, que el IPC de CABA se ubique en los últimos meses algunas cifras por encima del dato del Indec.
Hacia delante, sin embargo, el escenario en materia de precios luce desafiante para el Gobierno, cuyas expectativas incluyen una esperada baja aún mayor de la inflación. De hecho, el presidente Javier Milei planteó que una de las condiciones previas para desarmar el cepo cambiario es que “la tasa de inflación que tiene el programa macroeconómico sea cero”. Esa proyección, sin embargo, quita del movimiento del IPC mensual la “inflación inducida” por el movimiento del tipo de cambio (sigue un crawling peg del 2%) y la inflación internacional. Es decir, el Gobierno espera que la inflación mensual converja con estas últimas dos variables.
Para los analistas locales, sin embargo, el IPC no se ubicará en el 2,5% en el corto plazo. Según lo planteado por las consultoras y bancos relevados en el REM, la inflación se mantendría entre el 3,3% y el 3,6% mensual a nivel general (o del 3,1% al 3,4% en su versión núcleo) hasta fin de año, y cerraría 2024 con una acumulación del 123,6%.
“Los datos del relevamiento de precios para el GBA en lo que va de octubre muestran una moderación, ayudada por menores ajustes en servicios públicos y las bajas de algunos alimentos (verduras) y bebidas (alcohólicas). De esta forma, la inflación promedio de cuatro semanas se acercó al 3%”, apuntaron desde C&T Asesores Económicos.
Con este número de inflación, y pese a la desaceleración con respecto al mes anterior, el Gobierno estrechó las posibilidades de alcanzar su pauta de alza de precios para 2024. Si se toman los números planteados en el Presupuesto 2025 enviado al Congreso, el Ministerio de Economía estimó que en 2024 el IPC cerrará con un acumulado del 104,4%. Para alcanzar esa cifra, la inflación debería promediar un 0,5% mensual durante el último trimestre.