“Me vi obligado a volverme laborioso. Cualquiera que tome la misma postura podrá tener el mismo éxito”. De esa forma magnifica define su trabajo Johann Sebastian Bach, en una de las más célebres frases de músicos clásicos.
Compositor, violinista, organista, clavecinista, violagambista, director de orquesta y cantor, fue uno de los músicos más destacados de todos los tiempos. Johann Sebastian fue quizás el miembro más famoso de la familia Bach. Pero si nos damos a la tarea de profundizar en su historia, nos daremos cuenta de que el clan al que perteneció contó con nada más y nada menos que 35 compositores reconocidos y varios de ellos formaron parte de su propia descendencia, amplísima. Una veintena de hijos y dos matrimonios forman parte de la complicada vida sentimental del compositor.
Antes de profundizar en los hijos de Bach, conviene hacer un pequeño repaso sobre el personaje. Al parecer, la familia Bach estuvo destinada por generaciones a hacer música y es que más de 150 de sus miembros se dedicaron a ella de una manera u otra, a lo largo de nueve generaciones en total. De los más cercanos a Johann Sebastian, se cuentan 35. Consideremos que en la época en la que vivieron, era tradición que los padres heredaran un oficio a los hijos. El padre célebre de quien nos ocupa nació el 31 de marzo de 1685, en la región de Eisenach, en Alemania. Fue hijo de Johann Ambrosius, trompetista de la corte de Eisenach y director de los músicos de dicha ciudad.
Pero la orfandad tocó pronto la vida del joven Johann. Perdió a sus padres siendo aún muy joven y fue entonces cuando quedó al cuidado de su hermano mayor, quien se desempeñaba como organista de la iglesia de San Miguel de Ohrdruf. Su influencia permitió que siguiera desarrollándose en el campo de la música, aprendió con maestría el dominio de diferentes instrumentos. Su carrera fue brillante y prolífica, e incluso se cuenta que la ceguera que padeció en sus años adultos, fue causada en cierta medida por copiar partituras bajo la luz de la luna, ya que su familia no contaba con los recursos suficientes para permitirse comprar velas. Pero, más allá de su genialidad musical, los hijos de Bach son otro punto muy interesante de su historia y es que, como bien dicen, los artistas suelen tener vidas personales, cuando menos, llamativas.
Aunque los hijos de Bach fueron muchos, lejos estuvo el compositor de comportarse como un casanova, que dejaba una dama embarazada en cada esquina. En realidad, tuvo solo dos matrimonios y, con las que fueron sus esposas, engendró un total de veinte hijos, con los que haría crecer notoriamente la familia Bach. Su primer matrimonio fue en el año 1707, con María Barbara Bach, quien era su prima segunda. Con ella engendró un total de siete hijos, de los que lamentablemente solo cuatro llegarían a la edad adulta.
Pero la tragedia sorprendió a la familia Bach, luego de trece años de unión matrimonial. En el año 1720, María Bárbara falleció repentinamente, mientras que Johann Sebastian estaba de viaje por trabajo, acompañando al duque de Köthen. Aunque, cuando partió, el compositor se despidió de una esposa llena de salud, a la vuelta le esperaba la peor de las noticias: había muerto en su ausencia. Poco se sabe sobre qué causó el fallecimiento de la mujer, que tenía tan solo 36 años, aunque se especula que pudo ser una neumonía o una infección fruto de un embarazo que se complicó. Pasaron 17 meses desde la muerte de su primera esposa, antes de que el compositor emprendiese su segundo matrimonio con Anna Magdalena Wilcke. De esta unión nacieron el resto de los hijos de Bach. Trece en total, de los que sobrevivieron, hasta alcanzar la edad adulta, únicamente cinco.
De los todos los hijos de Bach, sólo cinco se dedicaron completamente a la música, aunque Johann Gottfried Bernhard dejó la música antes de tiempo por su muerte prematura a la edad de 24 años. El resto de los hijos músicos del compositor llegaron a ser compositores y músicos muy célebres en su época. Pero de la familia Bach, quien llegó a ser el más famoso y conocido por su arte musical fue Johann Christian Bach, a quien su padre le empezó a dar clases desde muy pequeño.
De los veinte hijos de Bach, varios tuvieron, como vimos, relación con la música. Pero Johann Christian fue el que más relevancia tuvo, siguiendo los pasos de su padre. Fue el único de esta generación de la familia Bach que compuso ópera italiana, comenzando con arias enfocadas a ser incluidas en óperas de otros compañeros de profesión. En el año 1762, se trasladó a Londres, donde vivió el resto de su vida con los frutos del éxito que tuvo su ópera «Artaserse» en los teatros más reputados de Italia. Así, a Johann Christian Bach se le conoce como el «Bach de Londres».
El camino del más exitoso de los hijos de Bach se cruzó con el de un pequeño Wolfgang Amadeus Mozart, sobre quien influyó muchísimo y quien dejó en él una profunda impresión, por su incomparable talento. La influencia de Johann Christian Bach sobre Mozart puede detectarse en el homenaje que el joven hizo al citar una de sus obras en su concierto en La mayor (K. 414). A pesar de ser el claro heredero de su padre, el «Bach de Londres» murió cubierto de deudas y sin descendencia.
¡Solo pensar que fortaleza hay que tener! Ya que perdió a once hijos…
Muchos investigadores se preguntaron: ¿Cómo pudo Bach afrontar estas pérdidas? ¿Cómo es que su respiración no se detuvo, cómo es que su corazón no se detuvo? Y lo más importante, ¿cómo puede seguir escribiendo canciones? Cantos, suites para violonchelo, misas, conciertos…la música más bella que el mundo haya escuchado jamás.
Al principio de la partitura escribía «Señor, ayúdame». Y la finalizaba poniendo «Soli Deo Gloria» («Gloria sólo a Dios»), y por lo tanto, hay quienes infieren que transitar su música es orar, que su música en sí misma es oración. Y que la música de Bach es una conversación entre el hombre y Dios.
¿Será?
Gentileza:
Beatriz Genchi
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.
Puerto Madryn – Chubut.
