Más vegetales y menos azúcar añadidos. Dos estudios, de forma paralela, concluyen que con estas dos pautas podremos vivir más años gracias al retraso en el envejecimiento de nuestras células
«Somos lo que comemos». Ludwig Feuerbach, filósofo y antropólogo alemán, está detrás de esta afirmación ya interiorizada en el imaginario popular. Aquí, la ciencia, alejada de la intención inicial con la que escribió esta frase, ha intentado profundizar, sin llegar a una conclusión definitiva, si realmente es así.
Unos hábitos saludables basados en una alimentación variada son lo ideal para sortear, en la medida que nuestros genes lo permitan, enfermedades. Por eso, lo que colocamos en el plato también es objeto de estudio para saber si vamos a vivir más.
¿Dietas veganas, omnívoras (con menos carne y más pescado)? Conocer el impacto de éstas en nuestro reloj biológico es un reto. En el debate sobre cuál es mejor, un reciente estudio publicado en BMC Medicine asegura que una dieta vegana a corto plazo se asocia con beneficios en la edad biológica.
Medir la huella en el reloj que deja el exceso de azúcar en nuestro organismo también es el objetivo de un trabajo reciente de la Universidad de San Francisco (USCF) publicado en JAMA Network. El equipo de encontrado un vínculo entre seguir una dieta rica en vitaminas y minerales, especialmente una sin mucha azúcar añadida, y tener una edad biológica más joven a nivel celular.
Aquí tiene mucho que ver, sin existir una relación directa entre las dos investigaciones, el tipo de alimentación que seguimos con el rol que desencadena a nivel celular en nuestro organismo. «Sabíamos que los niveles elevados de azúcares añadidos están relacionados con un deterioro de la salud metabólica y una enfermedad precoz, posiblemente más que cualquier otro factor dietético», afirma Epel. «Ahora sabemos que el envejecimiento epigenético acelerado es la base de esta relación, y es probable que esta sea una de las muchas formas en que el consumo excesivo de azúcar limita la longevidad saludable».
Dudas sobre el impacto de las dietas veganas en la longevidad
Aunque a priori suene concluyente y tajante, el trabajo publicado en BMC Medicine tiene algunas limitaciones, peros, que han de exponerse para llegar a tal afirmación. Uno de ellos, como apunta Esther López-García, catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública en la Universidad Autónoma de Madrid y miembro del Grupo de Nutrición de la Sociedad Española de Epidemiología, y recoge Science Media Center (SMC), es el marco de la investigación.
«Los investigadores utilizan un ensayo clínico para entender el impacto de un patrón dietético puramente vegetariano y un patrón dietético saludable omnívoro», explica López-García. «Los estudios de grandes poblaciones seguidas durante muchos años (estudios de cohortes) siguen siendo imprescindibles y la base para hacer recomendaciones dietéticas a la población. Este trabajo es insuficiente para recomendar a la población seguir dietas vegetarianas», añade la catedrática.
También Carmen Romero Ferreiro, doctora en Biología y responsable de investigación del Grado de Nutrición en la Universidad Francisco de Vitoria, se muestra cauta. «El pequeño tamaño de la muestra y la pérdida de peso diferencial entre los grupos, podría haber influido en los resultados obtenidos», recoge SMC.
Una de las ramas científicas, la Gerociencia, se centra en las intervenciones para mitigar los cambios moleculares asociados con el envejecimiento. Las modificaciones del estilo de vida, los medicamentos y los factores sociales influyen en el proceso de envejecimiento, pero los complejos mecanismos moleculares requieren una exploración profunda del panorama epigenético. El reloj epigenético específico y los efectos predictivos de una dieta vegana, en comparación con una dieta omnívora, siguen sin explorarse a pesar de los posibles impactos en los resultados relacionados con el envejecimiento.
Desde la Universidad de Stanford en California (EEUU), el equipo de Varun B. Dwaraka y Lucia Aronica, de TruDiagnostic y del Centro de Medicina Preventiva de Stanford (respectivamente), ha conseguido concluir a través de su investigación que una dieta vegana a corto plazo está asociada con beneficios epigenéticos para la edad y una ingesta calórica reducida.
Para ello, han empleado la medición de biomarcadores epigenéticos (EBP, por sus siglas en inglés) que sirven para evaluar los impactos dietéticos y facilitar estrategias nutricionales personalizadas en un envejecimiento saludable. Los autores remarcan que las investigaciones futuras deberían explorar los efectos a largo plazo de las dietas veganas en la salud epigenética y el bienestar general, considerando la importancia de una suplementación nutricional adecuada.
¿Cómo una dieta vegana alarga la vida?
Esta investigación se llevó a cabo durante ocho semanas con 21 [pares de] gemelos, para que sexo, edad o factores genéticos heredados no alterasen la comparación de los efectos de la intervención. S les proporcionaron alimentos e instrucciones para que mantuvieran estos patrones dietéticos.
La variable resultado que aproximaba el envejecimiento fue el grado de metilación del ADN de las células sanguíneas después de las ocho semanas y el cálculo de un indicador llamado reloj epigenético, que es capaz de resumir el grado de envejecimiento de las células mediante una serie de parámetros. Encontraron que los participantes que habían seguido una dieta vegetariana presentaban menor metilación y menor grado de envejecimiento celular.
Como manifiesta López-García, «la originalidad de este estudio reside en que se asocian diferentes patrones de dieta con marcadores celulares de procesos que llevan al envejecimiento celular. De esta forma, se confirma que la dieta actúa alterando mecanismos biológicos concretos que llevan a un mejor o peor envejecimiento». Pero, pese al atractivo de la conclusión, «este tipo de trabajo no puede examinar el efecto de la dieta vegetariana o la omnívora a largo plazo», destaca la catedrática.
Durante el seguimiento, explica Romero Ferreiro, «se determinó la edad biológica mediante los niveles de metilación del ADN en muestras de sangre. Estos análisis se realizaron para estimar la edad biológica de los participantes y de varios sistemas corporales, como el corazón, el sistema hormonal, el hígado y los sistemas inflamatorio y metabólico».
Al final del estudio, aquellos que siguieron una dieta vegana mostraron una reducción en su edad biológica, algo que no ocurría en los que siguieron una dieta omnívora. «Estos resultados sugieren que una dieta vegana a corto plazo podría ser beneficiosa para la salud y ayudar a mantenernos más jóvenes a nivel celular», apunta la responsable de investigación del Grado de Nutrición en la Universidad Francisco de Vitoria.
«Estos hallazgos se suman a un creciente cuerpo de evidencia que indica que una mayor ingesta de vegetales y una reducción en el consumo de carne tienen beneficios significativos para la salud. Investigaciones previas han demostrado que las dietas basadas en plantas pueden reducir el riesgo de enfermedades crónicas y mejorar la salud metabólica. Este estudio ofrece una nueva perspectiva al mostrar que, además de estos beneficios, una dieta vegana podría influir positivamente en los procesos de envejecimiento a nivel celular», concluye la experta.
López-García recuerda que «para concluir que una dieta se asocia a un envejecimiento saludable o a mayor longevidad, necesitamos ver cómo estas dietas se asocian con problemas reales de salud en las personas mayores o cómo se asocian con morir más o menos tarde». Y por ello, la catedrática concluye que «este trabajo es insuficiente para recomendar a la población seguir dietas vegetarianas».
¿Por qué el azúcar añadido nos ‘resta’ años de vida?
El trabajo de las investigadoras de la USCF y UCLA concluye que el consumo de alimentos con azúcar añadido se asociaba con un envejecimiento biológico acelerado, incluso en presencia de una dieta por lo demás saludable.
«Dado que los patrones epigenéticos parecen ser reversibles, es posible que eliminar 10 gramos de azúcar añadido al día sea similar a hacer retroceder el reloj biológico 2,4 meses, si se mantiene en el tiempo», dijo la coautora principal Barbara Laraia, profesora del programa de Alimentación, Nutrición y Salud de la Población de la UC Berkeley.
Fuente: Diario el Mundo