Gentileza UAR / @lucasmcurra
El cordobés es quien más participó y más ganó en el seleccionado, que aspiraba al oro olímpico; se fue tras 15 años en el equipo
La ovación de todo el estadio, el cariño de sus compañeros, el reconocimiento de sus rivales. Gastón Revol no necesitó otra medalla para que la despedida fuera perfecta. El partido con Estados Unidos que dejó a Pumas 7s en el séptimo lugar de París 2024 marcó el final de una carrera ilustre.
A los 37 años, el cordobés se retira con la tranquilidad de haber dejado todo por la camiseta celeste y blanca, con el orgullo de ver cómo su legado germinó en la nueva generación y elevó al seleccionado hasta hacerlo estar entre las potencias de la especialidad, y, finalmente, con la esperanza de que se propague en el ciclo olímpico que comienza ahora.
Después de un viernes fatídico que incluyó derrotas frente a Australia y Francia, la Argentina se quedó sin posibilidades de luchar por una medalla, un objetivo que asomaba como factible después de que dominara la etapa regular del Circuito Mundial. Restaba solamente jugar por el honor y terminar lo más arriba posible. La jornada del sábado comenzó con una caída ante Nueva Zelanda, otro candidato que se despidió de manera prematura, por 19-12 en tiempo suplementario después de que los de negro igualaran en la última acción del tramo regular. Así, quedó relegada a jugar por el 7º puesto, que consiguió con una convincente victoria sobre Estados Unidos (19-0), la que le permitió despedir con una sonrisa a Revol.
“Me siento vacío. Realizado. Soñamos con otro resultado, estábamos preparados y lo demostramos durante mucho tiempo. Pero estos torneos son diferentes, son así. Creo que esto va a servirnos para aprender, para cambiar algo de la preparación”, dijo el cordobés en declaraciones a la TV Pública. “Podemos irnos tranquilos porque cada vez que nos tocó entrar a la cancha el equipo fue fiel a su identidad, a su entrega de siempre, a poner siempre el equipo adelante, a tratar de remontar los partidos que se complicaron, para dejar la bandera argentina lo más arriba posible. Yo me voy feliz. Mi sueño era despedirme en este lugar, y lo logré. Más allá de que no se dio completo, me voy lleno. Lleno de amor de un montón de gente y vacío porque dejé todo lo que tenía para darle a este equipo”.
Revol debutó en el seleccionado argentino de juego reducido a los 22 años, en el Seven de Londres de 2009. Todavía actuaba Santiago Gómez Cora, el actual entrenador y factor ineludible en el encumbramiento de Pumas 7s. En esos 15 años protagonizó 106 etapas del Circuito Mundial y 494 partidos (récords para el seleccionado), marcó 62 tries y 1006 puntos y logró seis títulos de campeón. Además, participó tres veces en Juegos Olímpicos, medalla de bronce en Tokio 2020 incluida, e intervino en tres mundiales y tres realizaciones de Juegos Panamericanos, en los que cosechó dos doradas y una plateada.
“Tengo que irme. Ya está. Estuve muchas veces muy cerca de tomar esta decisión, y siempre entendía que había algo por delante”, continuó Revol. “A eso que había ya lo viví, ya lo experimenté. Todo lo que tenía para darle a este equipo, ya se lo di. Y me devolvieron un millón de veces lo que di. Me voy con el corazón explotado. Ahora voy a ser un hincha más de este equipo, que va a seguir creciendo y a lograr esa medalla que tanto deseamos”.
Ya habrá tiempo para analizar si el seleccionado sufrió un desgaste excesivo durante la temporada que le impidió llegar en plenitud al objetivo más importante, o si era necesario exigirse así para llegar a París con la experiencia necesaria para sortear la presión que imprime el máximo estrato. Pero no se debe soslayar que cuando Revol empezó a jugar era una utopía soñar con que los Pumas 7s alcanzaran este nivel de juego y de estructura. Si Gómez Cora fue el arquitecto, Revol fue la piedra angular sobre la que edificó su obra. Hoy, Pumas 7s es el reflejo de lo que él fue como jugador.
“Espero dejarles [a los más chicos] el concepto de la humildad”, siguió el cordobés. “Saber que con trabajo todo se logra. Fue lo único que quise transmitir a los chicos. Ojalá se les haya grabado. Se lo dije recién: «Cuiden lo que tenemos, que es hermoso. Mostremos esa familia que somos. Que con trabajo, sacrificio y humildad logramos cosas que hace un tiempo parecían imposibles»”.
Tras los Juegos, Revol avisó que se tomaría unos días para descansar y volvería al club La Tablada para despedirse definitivamente de la ovalada. No descartó la posibilidad de, en un futuro, convertirse en entrenador de seven. Gómez Cora mismo lo señaló como uno de los candidatos a sucederlo, en una entrevista para LA NACION.
Por lo pronto, el actual director técnico seguirá al frente del equipo, aunque no precisó hasta cuándo. El primer objetivo será dejar atrás la frustración de no haber logrado otra medalla. Más difícil resultará suplantar a aquellos jugadores que, como ocurre tras cada cita olímpica, elijan continuar sus carreras en el rugby de 15. Figuras como Rodrigo Isgró y Luciano González ya probaron agua de esa fuente y son candidatos a cambiar de ropa. Pero si algo mostró este equipo es que está erigido sobre bases sólidas que exceden las individualidades. Luego de unas vacaciones, el inicio del Circuito Mundial 2024/2025, en diciembre, marcará el comienzo del camino rumbo a Los Ángeles 2028. En la cancha no estará más Gastón Revol, pero su legado continuará vigente en quienes aprendieron de él, ya sea compartiendo el campo, viéndolo jugar o escuchando su sabiduría.