La estrategia de licuación se sostendrá más por la suba de precios que por la baja de los rendimientos en pesos. De todos modos, crecen las colocaciones a plazo de los ahorristas
La estrategia de licuación de los pasivos remunerados del Banco Central llegó a una encrucijada en la que, si no es por una mayor baja de tasa para la que no parece haber espacio, continuará por una suba de la inflación. Eso es, precisamente, lo que se espera a partir de ahora, aun cuando el índice que anuncie el Indec el próximo jueves se ubique entre 4,5 y 5 por ciento. Ese registro se acerca a tasa de política monetaria de 3,3% mensual, pero volvería a alejarse en junio si se confirman las proyecciones iniciales de inflación.
Esas estimaciones indican un suba de al menos 1 punto porcentual en el IPC, producto del impacto de la suba de tarifas. El alza del dólar de la última semana se suma al mayor costo de los servicios públicos para presionar los precios al alza.
Así, los analistas apuntan a un índice de 6% para este mes, aun cuando el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado por el Banco Central prevé una suba a 5,2 por ciento. “No sabemos si el REM llegó a capturar la suba del dólar pero para nosotros es claro que sin ese incremento, la inflación podría haber sido bajando incluso con la suba de tarifas. Pero con el salto del dólar, esperamos que se acerque a los 6 puntos”, aseguraron en el área de estudios económicos de uno de los bancos más grandes del país. Coinciden en ese pronóstico el economista Fernando Marull y también, por citar algunos, los analistas de Delphos Investments.
La consecuencia directa de esa suba de la inflación será, en contrapartida, que la tasa de interés se mantendrá estable. Eso no significa, sin embargo, que los rendimientos de los plazo fijo vuelvan aumenten sus pérdidas respecto de la inflación. El ministro de Economía, Luis Caputo, fue claro en ese sentido y advirtió a los bancos que la tasa de interés de referencia para esas colocaciones ya no es la que fija el Banco Central para los pases, sino la de los bonos del Tesoro, a los que las entidades financieras comenzaron a migrar su liquidez.
“El mercado elevó la inflación esperada entre 4% y 5% hasta fin de año. La inflación de la Ciudad de Buenos Aires fue de 4,4%, con una inflación núcleo de 5,1% en el mes. La fuerte baja respecto de abril (8,8%) se explica en parte por la caída nominal en la medicina prepaga, que gatilló una deflación del 4,1% en el rubro salud en mayo por las nuevas regulaciones en el sector. A nivel país este impacto es menor, por lo que mantenemos nuestra estimación de inflación nacional entre 4,8% y 5%”, sostuvo Delphos, desde donde anticiparon que para junio el índice proyectado es mayor ya que impactarán las subas de tarifas de electricidad y gas a nivel nacional y la previsión es una leve aceleración de la inflación, a cerca del 6% mensual.
En la primera semana de junio, sin embargo, los pronósticos no se correspondieron con las mediciones disponibles. Por caso, según la consultora LCG, los precios no se movieron desde que empezó el mes mientras que para Econviews el avance fue de 0,6% en los supermercados. Sólo Econométrica detectó una suba algo mayor, de 1,2%, tal vez compensando el menor avance que había capturado para mayo en comparación con otras consultoras.
Fuente:https://www.infobae.com/economia/2024/06/10/por-la-mayor-inflacion-esperada-para-junio-el-mercado-descarta-nuevas-bajas-en-la-tasa-de-interes/