La relación entre Lula da Silva y Javier Milei empeoró tras la reunión del G-7 realizada, recientemente, en Italia donde coincidieron los presidentes de Brasil y la Argentina pero no lograron romper el hielo formado por el desdén y la animosidad personal que se profesan, cuestión que, afortunadamente, y, gracias al comercio entre las dos naciones, no se replica entre las poblaciones de los dos países más importantes de América del Sur.

Mientras que Javier Milei siente la frialdad de Lula Da Silva, que pidió votar por Sergio Massa en las últimas elecciones presidenciales, lo que le valió el reproche de Milei calificándolo de “corrupto” y “comunista”, la relación del argentino con su par de la República Popular de China, Xi Jinping, atraviesa un momento de deshielo primaveral, trás la renegociación del swap entre los bancos centrales chino y argentino, y, sustentada, fundamentalmente, en la carrera por la extracción de litio, el “oro blanco”, disponible en grandes cantidades en el norte del país y por el cual China ha desplegado su red de empresas líderes a nivel mundial para primerear a las compañías estadounidenses, incluida la del vanguardista Elon Musk.

Existe una carrera entre las dos potencias por asegurarse el litio argentino en momentos en que la administración nacional libertaria y las provinciales que integran el triángulo del litio, han decidido abrirse al capital del exterior y posicionar a la Argentina como la principal proveedora de las grandes firmas de la nueva tecnología que se encuentran a la vanguardia del proceso de la cuarta revolución industrial por la que atraviesa la humanidad.

Para comprender la importancia mundial del triángulo del litio, hay que cuantificar que cerca del 60 % de los yacimientos de este mineral en el mundo se depositan en esta área del tamaño de California y que comprende estados de tres países: Argentina, Bolivia y Chile.

En Argentina, bajo el nuevo gobierno liberal de Javier Milei, el Congreso avanza con la aprobación de un blanqueo de capitales para grandes inversiones y el propio presidente y los gobernadores de Salta y Jujuy se reúnen de manera activa con empresarios globales interesados en el oro blanco.

La reunión más significativa fue la de Javier Milei con Elon Musk de Tesla. El millonario sudafricano-estadounidense quiere asegurarse suministros de litio para la producción de baterías de sus eléctricos y tras apoyar la gestión de Milei, publicó en la red social X, de la que es dueño, “Recomiendo invertir en Argentina”.

Pues bien, los empresarios chinos ya lo sabían y avanzaron durante estos meses sin tanta retórica ni fotografías públicas. Para la provincia de Salta, Julio, será un mes clave porque se inaugurará la primera mina de litio Centenario-Ratones. Se trata de un emprendimiento conjunto de una compañía francesa, Eramet, y una china, Tsingshan, que busca convertirse en uno de los principales productores deminerales para batería a nivel mundial.

Mientras tanto, al norte de las ruinas de Mina La Casualidad, una localidad abandonada en el departamento Los Andes de la provincia de Salta en la Puna argentina, varios camiones atraviesan las montañas hacia la mina Mariana, a 430 km de la ciudad de Salta. Hay allí, un proyecto de litio en construcción, operado por la empresa china Ganfeng, una de las más importantes del mundo.

Al ritmo de estas inversiones se diseña la próxima visita a Beijing de Javier Milei para entrevistarse con el líder comunista, Xi Jingping.

Sin embargo, con el socialista, Lula da Silva, la sensación que tiene el mundo diplomático por estas horas es que se ha retrocedido notablemente en la relación entre los dos líderes. La antipatía ya no parece ser sólo ideológica y de valores y para la canciller, Diana Mondino, representa uno de los problemas más difíciles por resolver.

En materia económica, el comercio entre las dos naciones no se resintió ni parece que vaya a hacerlo. En todo caso, si existen problemas en el vecino país, socio del MERCOSUR, suceden por decisiones adoptadas por la administración de Luis Inácio Lula da Silva.

Mientras que, en Argentina, Javier Milei y sus liberales, están venciendo la batalla contra el déficit fiscal consiguiendo superávits en los últimos cinco meses, el Brasil de Lula Da Silva se hunde en el déficit que está preocupando a todo el círculo rojo de su país y pone en cuestión a la figura de su ministro de hacienda, Fernando Hadad.

El ministro de economía brasileño esta señalado por varios congresistas como un funcionario que no funciona porque no tiene la capacidad de controlar el déficit fiscal.

Sólo durante la pandemia de Covid-19 se registró un déficit fiscal tan alto como el actual. Las finanzas públicas del gobierno federal brasileño se desequilibraron en pocos meses. Al mismo tiempo que Argentina comenzó a obtener superávit de sus cuentas, Brasil se hundía en el déficit.

El déficit financiero fue de 41.325 millones de reales al final de abril, y alcanzó un récord de hasta 182.995 millones en diciembre del año pasado.

Asimismo, el resultado acumulado de los últimos 12 meses marcó un déficit financiero en torno a los R$ 843.315 millones. Nunca se había visto algo así con la sola excepción del período de pandemia, en un contexto de emergencia sanitaria.

En materia de imagen pública los cuestionamientos de la población no sólo se dirigen a Fernando Hadad sino al propio presidente brasileño al que tienden a comparar con su enemigo íntimo internacional, Javier Milei.

Recientemente, el diario Folha de Sao Paulo, publicó varias cartas de sus lectores que opinaron, de manera dividida, acerca de las dos figuras políticas más relevantes al sur del río Bravo.

José Cardoso de Río de Janeiro afirmó que «…el tiempo juega a favor de Milei porque la inflación está cayendo mientras que nuestro déficit y deuda no hacen más que crecer».

Fuente:https://noticiasargentinas.com/economia/enemigos-ideologicos–milei-mas-frio-que-nunca-con-lula-da-silva–descongela-la-relacion-con-xi-jinping_a6675d7309abbbe359b64c648