El martes próximo puede ser un día en el que el Gobierno sufra un duro golpe político por parte de la oposición en la Cámara de Diputados o, por el contrario, puede ser un día en el que la oposición pase un gran papelón.

El radicalismo pidió que ese día, por la mañana, se celebre una sesión especial para discutir una nueva fórmula de movilidad jubilatoria y la recomposición del haber jubilatorio en virtud de la pérdida sufrida por el fogonazo inflacionario de enero pasado. Una iniciativa que acompañan Hacemos Coalición Federal e Innovación Federal y que el oficialismo, en su afán de equilibrar las cuentas públicas, rechaza por su impacto fiscal. Según la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC), orillaría el 0,4% del PBI.

El resultado de esta doble convocatoria podría resultar en un golpe al Gobierno si la oposición logra acercar posiciones y acuerda una estrategia común. Pero podría terminar en un papelón si, con tal de imponer su criterio, ninguna de las dos sesiones reúne quorum. Podría suceder incluso que, aun alcanzando el quorum, las iniciativas opositoras no prosperen por las diferencias que aún subsisten en los dictámenes. Por caso, el proyecto kirchnerista sobre jubilaciones, si bien coincide en buena parte con el de los dialoguistas, es más ambicioso y tiene un impacto fiscal más alto.

Desde el Pro algunas voces comenzaron a alzarse en ese sentido. “Estas últimas semanas se ha visto cómo la UCR, Hacemos Coalición Federal y otros bloques han ido de la mano junto al kirchnerismo para torpedear la estabilidad fiscal que promueve el Gobierno –advirtió la diputada de Pro Silvana Giudici-. Dicen que quieren mejorar la situación de los jubilados y de las universidades cuando ambos temas han sido resueltos por el Gobierno: dictó un DNU para actualizar los haberes con la inflación y el lunes pasado se firmó un acuerdo con los rectores para aumentar los gastos de funcionamiento de las universidades. Quieren ir por más con una enorme irresponsabilidad fiscal”.

El dilema radical

Desde los bloques dialoguistas relativizan las críticas. Creen que responden a su electorado cuando defienden a los jubilados frente a la licuación que sufrieron sus haberes por la inflación del primer trimestre. Las universidades públicas son también su bandera y si bien el Gobierno accedió a un aumento del 270% en las partidas para gastos de funcionamiento, en el Consejo Interuniversitario Nacional hay quienes sostienen que es necesaria una ley que garantice un financiamiento sostenible.

Sin embargo, en el radicalismo hay un vasto sector de diputados que no se siente nada cómodo con quedar expuesto con el kirchnerismo. Es un dilema de difícil resolución, ya que cualquier iniciativa que quiera impulsar para marcarle límites al Gobierno necesita de los 99 votos de Unión por la Patria para alcanzar el quorum en el recinto.

Los kirchneristas, que no quieren ser usados como objeto de descarte para el juego político de los dialoguistas, meten presión. De allí a que decidieran convocar a una segunda sesión especial con temario ampliado para las 14. “Nosotros queremos debatir jubilaciones, universidades y el fondo para los salarios docentes. Logramos entre todos los bloques opositores emplazar al oficialismo para que dé el debate en las comisiones y sacar los dictámenes correspondientes. Los propios dialoguistas tienen dictámenes propios. Si ahora no quieren llevarlos al recinto, que lo expliquen públicamente. Que pongan la cara”, acicatean.

Opositores dialoguistas y duros miden fuerzas. El radicalismo, al igual que Hacemos Coalición Federal, terminarán de definir su estrategia en las horas previas a la sesión. El kirchnerismo convocó a reunión de bloque el lunes. Todo está en el aire.