La Provincia posee una herramienta clave para la conservación de la biodiversidad: su red de Áreas Naturales Protegidas. Además, desde la Subsecretaría de Ambiente –Ministerio de Energía y Ambiente– se implementan varias líneas de acción que convergen en la protección de la diversidad biológica de especies animales y vegetales.
Como cada 22 de mayo, se conmemora la aprobación del Convenio sobre diversidad biológica, en el marco de las Naciones Unidas, al cual Argentina adhiere desde 1994 mediante la sanción de la Ley 24375. Esta norma fija compromisos para la conservación y el uso sustentable de la diversidad biológica.
La biodiversidad incluye una amplia variedad de plantas, animales y microorganismos, así como las diferencias genéticas dentro de cada especie y la variedad de ecosistemas que albergan múltiples interacciones entre sus miembros y su entorno. La pérdida de la diversidad biológica genera desequilibrios en los ecosistemas naturales, con la correspondiente afectación de los entornos humanos productivos. Por ello, es de destacar que la conservación de la biodiversidad forma parte hoy de políticas públicas de la Subsecretaría de Ambiente de la Provincia de Mendoza.
En ese contexto, el trabajo de la Dirección de Áreas Protegidas juega un rol fundamental para la conservación a largo plazo de la biodiversidad y la cultura. Nuestras áreas protegidas son espacios geográficos definidos, reconocidos y gestionados para lograr la conservación de la naturaleza, de los valores culturales y los servicios ecosistémicos. Además, las comunidades locales cercanas a las áreas también se benefician a nivel socioeconómico.
La Provincia de Mendoza cuenta con una red de 19 Áreas Naturales Protegidas (ANP) bajo la administración del Gobierno provincial ubicadas en diez municipios de los dieciocho que conforman la provincia. En la actualidad, la superficie legalmente protegida en Mendoza alcanza 2.042.470 hectáreas, es decir 13,7 % del total provincial, y representa los ambientes más singulares de Mendoza y alberga una importante diversidad biológica.
Las áreas naturales protegidas son un espacio de conservación, aulas a cielo abierto para conocer nuestra biodiversidad, pero además abren oportunidades al desarrollo local. Por ejemplo, mediante actividades vinculadas al turismo naturaleza-aventura, cultural o científico. Siempre, bajo el paradigma de la sostenibilidad para potenciar la conservación y también la generación de empleo y valor agregado.
“Contar con una red de 19 áreas protegidas es un claro ejemplo del compromiso de Mendoza para orientar los esfuerzos en políticas de conservación de la biodiversidad desde un enfoque ecosistémico. Adaptamos nuestras actividades productivas a los requerimientos de los ecosistemas para no afectar los procesos ecológicos y protegemos el hábitat de las especies con cada vez más espacios de conservación”, explicó el subsecretario de Ambiente, Sebastián Melchor.
“También tenemos otras líneas de acción para fortalecer la biodiversidad, como el ordenamiento territorial de bosques nativos; el Banco de Germoplasma; campañas para minimizar el impacto de las especies exóticas invasoras –animales y vegetales–; acciones de fiscalización sobre tráfico y comercialización de fauna silvestre; operativos contra caza ilegal y extracción de flora nativa y pesca furtiva, entre otras variadas gestiones”, detalló Melchor.
En los últimos años, en Mendoza también se ha trabajado en la implementación del Protocolo de Nagoya, que se inscribe en la órbita del Convenio sobre la Diversidad Biológica para el acceso a recursos genéticos autóctonos de la provincia de Mendoza y la participación justa y equitativa de sus beneficios. Esto, a través de la adecuación normativa de la autorización de investigaciones científicas y desarrollos biotecnológicos.
La Subsecretaría de Ambiente también viene trabajando en otro tema clave para la biodiversidad, como lo es la actualización del ordenamiento territorial de bosques nativos. Esta línea de gestión ha permitido profundizar el conocimiento de la ubicación, estado y valor de conservación de nuestros bosques nativos, como también la vinculación de las comunidades con el bosque y los usos sostenibles presentes y potenciales.
El rol del Banco de Germoplasma de Especies Nativas
El Banco de Germoplasma de Especies Nativas de Mendoza (BGEN) –además de proveer semillas de alta calidad para la producción de plantines destinados a la revegetación de zonas degradadas, la forestación de diversas áreas productivas y la renovación del arbolado público urbano– satisface el compromiso de la Provincia con la conservación de la biodiversidad de las especies nativas presentes en las diversas ecorregiones que la conforman: puneña, andina, patagónica y del monte. También entrega lotes de semillas a viveros para la producción de plantas nativas, incentivando la xerojardinería e incorporando al paisajismo las plantas nativas.
Recientemente, el BGEN dio cierre a la cosecha temporada 2023/24 de frutos y semillas de alto valor biológico para la provincia de Mendoza. Como cada año –en conjunto con el personal de la red de áreas naturales protegidas de Mendoza–, se llevó adelante la identificación de sectores de interés para la cosecha de semillas de plantas leñosas nativas en cada área protegida, garantizando la obtención de material en cada ecorregión de Mendoza.
Cada cosecha permite identificar sectores de interés para la conservación. Por eso cada lote de frutos obtenidos o semillas lleva consigo una cantidad de información sistematizada para garantizar la trazabilidad del material fitogenético. Los datos de recolección incluyen identificación de la especie, localización, tipo de ambiente, especies asociadas, abundancia, tipo de suelo, pendiente y exposición, entre otros, como el uso de los pobladores rurales.
El BGEN forma parte de la Red Argena –Red Argentina de Bancos de Germoplasma de Plantas Nativas–, aunando esfuerzos en la conservación, procesamiento, almacenado y producción de plantas, en articulación con diversos sectores: científico, académico y de gestión a nivel nacional. Es el caso del trabajo con el Instituto Nacional de Semillas (Inase), con quien colabora en la creación de un espacio de semillas nativas para protocolizar el manejo a nivel nacional e internacional.
Además, este banco es un espacio de formación para estudiantes que se encuentran en los últimos años de su formación profesional. Pueden realizar una serie de actividades que tienen como principal objetivo la formación en la gestión, procesamiento y manejo de material fitogenético. Desde el BGEN se han entregado semillas de plantas nativas a organizaciones de la sociedad civil, que han trabajado en la producción de plantas que luego vuelven al ámbito de Dirección de Áreas Protegidas para reforestar espacios de interés.