Durante la era victoriana de 1800, la conquista de Egipto por Napoleón abrió las puertas de la historia egipcia para los europeos. En ese momento, las momias no recibieron el respeto que se merecían de las élites europeas y, de hecho, las momias podrían ser compradas a vendedores ambulantes – como se muestra en la foto – para ser usadas como el evento principal de las fiestas y reuniones sociales que tuvieron lugar en el siglo XVIII.
Las élites de la época a menudo lanzaban «Desempacando fiestas», que, como su nombre sugiere, era como un «unboxing» cuyo tema principal era una momia que se abriría frente a una multitud turbulenta, animando y aplaudiendo al mismo tiempo.
Durante este período, los restos bien conservados de los antiguos egipcios eran rutinariamente molidos a polvo y consumidos como medicina.
A medida que avanzaba la Revolución Industrial, las momias egipcias fueron explotadas para fines más útiles: un gran número de momias humanas y animales fueron destruidas y enviadas a Gran Bretaña y Alemania para su uso como fertilizante. Otros fueron usados para crear pigmento marrón momia… o fueron despojados de sus envoltorios, que más tarde fueron exportados a los Estados Unidos para su uso en la industria del papel.
Las momias se convirtieron en adorados objetos de exhibición, y un gran número de ellos fueron comprados por ricos coleccionistas privados, europeos y estadounidenses como recuerdos turísticos. Para aquellos que no podían pagar una momia entera, los restos desarticulados, como una cabeza, una mano o un pie, podrían ser comprados en el mercado negro y pasar de contrabando.
El comercio de momias en Europa fue tan rápido que incluso después de que las tumbas y catacumbas fueran saqueadas, simplemente no había suficientes cuerpos antiguos egipcios para satisfacer la demanda. Y así se hicieron falsas momias de los cadáveres de delincuentes ejecutados, ancianos, pobres y aquellos que murieron de enfermedades horribles, enterrándolos en arena o llenándolos de betún y exponiéndolos al sol para que dieran el ”fisic du rol”.
Pero, viniendo más acá, ya hace ocho años que un museo que vende momias abrió sus puertas y también ofrece sus piezas en la web. Es el Museum Winkel que está en los Países Bajos y su slogan es;
¡Bestialmente bueno! Nuestros taxidermistas galardonados combinan a la perfección arte, taxidermia, naturaleza y artesanía. ¡Descubre cómo la taxidermia da vida a tu interior!
Y ofrece a sus aficionados peculiares taxidermias y momificaciones que van desde un bebé de hace 900 años procedente de Chile hasta una cabeza de un indio del Amazonas, pasando por una momia egipcia, mariposas, jabalíes y tortugas. “Aquí exponemos, pero también vendemos piezas reales procedentes de la propia naturaleza», explica Emma van Grinsven, del equipo del establecimiento.
El precio de venta de la cabeza de momia egipcia asciende a unos 47,000 euros, pero también contemplan las curiosidades para niños, según dicen se puede adquirir un insecto pequeño pagando 1 euro. Y aquí es donde no quiero preguntar de donde salen las momias…
Gentileza:
Beatriz Genchi
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.
Puerto Madryn – Chubut
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