El entrenador, de 45 años, mostró las principales cartas de su flamante proyecto
Ahora sí, de modo formal, envuelto en la pirotecnia xeneize, Diego Martínez se presentó como entrenador de Boca. A los 45 años, sonriente y con la expectativa de haber dado el paso más grande de su corta trayectoria, mostró sus primeras cartas, entre gestos y declaraciones públicas. Un Martínez auténtico, que abre la fortaleza de un mundo nuevo. El Boca versión 2024 no tendrá la obsesión de la séptima Copa Libertadores en su agenda, pero sí la Copa de la Liga, la Liga Profesional y la Copa Sudamericana como principales desafíos, en el prólogo de la presidencia de Juan Román Riquelme.
Después de una tensa negociación para desvincularse de Huracán, el técnico dirigió al gigante xeneize en su primera semana al frente del plantel azul y oro, que se reencontró en el Predio de Ezeiza después de 36 días de vacaciones; hay una buena química con el nutrido cuerpo técnico. El flamante DT suele llegar poco después de las 6 de la mañana al predio de Ezeiza.
“Es una experiencia deseada, buscada. Estoy contento de regresar al club. En esta semana sentí una cercanía muy fuerte. Lo estamos disfrutando mucho, tenemos las mejores expectativas”, arrancó, acompañado por Riquelme, que le agradeció su presencia. “Él es la estrella”, dijo el presidente. Y se fue, luego de un minuto, para que Martínez responda las preguntas de la prensa.
“Me encuentro en un momento maduro como DT. Hace ocho años que me fui del club, pasé por todos las categorías del fútbol argentino. Es el desafío más importante, voy a aprovechar esta oportunidad que el club nos da”, comentó. “La esencia del futbolista es la misma. Desde el más amateur a la primera, es lo mismo. Cuando conectás con ese jugador, esa conexión es lo más importante. Los grandes futbolistas son los más humildes, hay que seguir ganando cosas”, puntualizó.
Sorprendió con un mensaje: “Me gustan los equipos equilibrados. Un equipo que se ordene a partir del control del partido. Hay que controlar la pelota, no me interesa la tenencia por tenerla, que tenga un sentido, una finalización”. Toda una revelación, teniendo en cuenta que sus equipos solían ser agresivos, audaces.
Por primera vez en la era Riquelme como dirigente (ahora, el presidente), Boca tiene a un entrenador con dos años de contrato. También por primera vez, el técnico tiene la posibilidad de iniciar su trabajo en condiciones ideales: planificar y ejecutar la pretemporada, evaluar qué futbolistas incorporar en el mercado de pases y debutar oficialmente en el inicio de un torneo. Un ejemplo: decidió que los 18 jugadores que regresaron de los préstamos en otras entidades se entrenen aparte, porque existe la intención de que sean negociados.
Los más conocidos de ellos son Aaron Molinas y Agustín Obando (a ambos, Martínez los tuvo en su paso por Tigre), Maximiliano Zalazar (retornó desde Platense), Renzo Giampaoli (Quilmes), Lucas Brochero (Arsenal), Gonzalo Maroni (San Lorenzo) y Gabriel Vega (Godoy Cruz de Mendoza), entre otros.
Diego Martínez asume en el escenario deseado. No aterriza en una institución en donde toda la dirigencia es nueva y al campeonato solo le quedan 7 fechas (como le pasó a Miguel Ángel Russo en enero de 2020), ni será un piloto de tormentas que tendrá que adaptarse lo más rápido posible a un equipo que ya está compitiendo o en el cual no pudo ni realizar el trabajo previo a las exigencias de la temporada, algo que padecieron Sebastián Battaglia, Hugo Ibarra y Jorge Almirón.
Todo tiene su historia. “Hace 7 años me fui de Boca, donde me formé como entrenador y también estuve un año como futbolista. Hoy me encuentro en Tigre y en Primera División, después de pasar por todas las categorías. Me siento feliz y valorado en Tigre”, había dicho. Pero el fútbol va tan rápido que hace unas semanas pegó el portazo en Huracán para dirigir a Boca. En el Globo hizo un buen trabajo y lo salvó del descenso, pero apenas estuvo en 23 partidos, con 12 victorias, 2 empates y 9 derrotas.
Para ver que no se ata a ningún dibujo o características, suele hacer retoques según el contexto. En su estadía en el Globo, logró que el equipo tuviera mayor solidez defensiva y más agresividad en ataque, aunque nunca fue un equipo que generara muchas situaciones de riesgo. Ordenó a un plantel que tenía variantes para estar más arriba y también hubo momentos que jugó con los dibujos 4-2-3-1, 4-3-3 y 4-3-1-2.
Uno de los principales desafíos como DT de Boca será replicar lo que hizo en Huracán con pocos entrenamientos. Necesitará darle un mayor orden defensivo y, al mismo tiempo, potenciar la calidad de sus ataques. Tiene laterales ofensivos –y con gol- como Advíncula, Blondel y Weigandt en la derecha y a Saracchi y Fabra por la izquierda; también a Barco, aunque es posible que Valentín se vaya a Europa. Con el colombiano tuvo una charla porque quedó muy bajoneado luego de su expulsión ante Fluminense, en la final de la Copa Libertadores. No volvió a jugar en Boca.
Sus primeros días fueron frenéticos, a todo ritmo. En ese sentido, dejó otras frases con su impronta. En la antesala de cada respuesta, llamó por su nombre a cada cronista que formuló una consulta. Todo un detalle a tener en cuenta en los días por venir.
Las definiciones de Martínez
- “Me dio orgullo volver a esta institución. Quiero seguir creciendo y ganar cosas importantes en esta institución”
- “Me sorprendió Esteban Saralegui, por ejemplo. Es un chico con proyección. Los juveniles van a tener un lugar importante, el mismo valor que la gente experimentada. Vamos a sacar la mejor versión de cada uno”
- “No me gusta hacer divisiones, es un plantel. Cada uno debe entender que no hay nada más importante que el equipo para ser competitivo”
- “Soñaba con esto, me preparé. Nos tocó ir creciendo, subimos de categorías: Este escenario nos agarra con más experiencia. Somos más completos como cuerpo técnico”.
- “Hay que ganar cada fin de semana. Boca te obliga a intentar ganar, pero después esto es fútbol y hay tres resultados posibles”.
- “Mi historia tiene una gran cercanía en el club. Estamos 24 por 7 en Boca. Quiero que el hincha se sienta identificado, esa atmósfera que se vive en este club es increíble”.
- “Quiero que todos se sientan orgullosos de este equipo”.
Al final, hubo unos tibios aplausos y una foto que ya está en la historia. Martínez, con una camiseta xeneize, acompañado por las sonrisas de Raúl Cascini, miembro del consejo de fútbol y Riquelme, que volvió para esa imagen. Y en el centro de la escena. El encuentro con los medios duró 20 minutos, exactamente.
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