El presidente argentino, Javier Milei, avanzó en una de las promesas centrales de su campaña, la reducción de la estructura del Estado: unos 7.000 funcionarios públicos con contratos recientes quedarán fuera, pero el gobierno prepara nuevas medidas para que esa cifra crezca.
«Las contrataciones de personas que hayan iniciado a prestar servicios a partir del 1 de enero de 2023 (…) no serán renovadas», dice un decreto firmado por Milei en la noche del martes.
En Argentina es muy habitual que en el tramo final de un gobierno se incorpore a «planta permanente» a miles de contratados por afinidad política.
Pero además de los incorporados en forma permanente, el Estado argentino ha empleado la modalidad de contratar a empleados autónomos que cobran por sus servicios pero ejercen, en la práctica, labores permanentes en la administración pública.
«Por ahora es una incógnita qué sucederá con los más de 45.000 contratados por el Estado que trabajan desde hace más de doce meses en la administración pública nacional, una informalidad que brota en todos los resquicios del Estado desde hace más de una década. En principio se les renovará el contrato por 90 días mientras el gobierno avanza con su auditoría y define si son puestos que se mantendrán en el nuevo organigrama», señaló Clarín.
«En el gobierno aseguraron que en el decreto quedaron exceptuados los trabajadores contratados en el último año que completan por ley el cupo trans y de discapacitados», añadió el periódico de mayor difusión en el país.
El tamaño y la ineficiencia del Estado, que en los veinte años de hegemonía kirchnerista duplicó su peso, de un 21% a un 41% del PIB, es, para Milei una de las razones de la permanente crisis económica del país. «El Estado es el problema, no la solución», insiste el ultraliberal.
El kirchnerismo, en cambio, hizo siempre bandera del «Estado presente», una noción que cala en amplios sectores sociales. Con la ola liberal que sacude la política argentina, esa preeminencia del Estado está amenazada por primera vez en la historia económica moderna de la Argentina. El sector público argentino emplea a 3,4 millones de personas sobre un total de 46 millones de habitantes.
Milei hizo campaña con una frase insistente: «Esta vez, el ajuste lo pagará la política». Y aunque la reducción de altos cargos -los Ministerios pasaron de 19 a nueve- y de empleados públicos es bien recibida por amplios sectores de la población, los primeros días de gobierno dejaron en claro que el verdadero ajuste se basa en más impuestos para las clases medias y en una notable licuación de pasivos del Estado a partir de una inflación que podría alcanzar el 30% mensual en diciembre.
Fuente:https://www.elmundo.es/economia/2023/12/26/658b2dc8e85eceb33e8b457c.html
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