San Rafael, Mendoza lunes 28 de octubre de 2024

¡Un personaje de avanzada! – Por:.Beatriz Genchi

El 27 de octubre de 1782 nació Niccolò Paganini…ya anduvo por estas páginas perooo es que lo admiro, en muchos sentidos.

A la edad de 6 años, debido a un ataque de sarampión, Niccolò Paganini fue considerado muerto, pero durante el funeral realizó un movimiento que le permitió no ser enterrado vivo. Se obró un milagro y su figura allí en más y durante toda su vida estuvo acompañada de una fama diabólica.

Paganini, talentoso músico, histérico, amante de los excesos, fue uno de los violinistas más grandes que ha existido, pero también fue un personaje lleno de irregularidades y extravagancias.

Su pelo era largo, enredado, le faltaban dientes, su imponente nariz se destacaba en su pálida cara deshuesada. Muy delgado y triste, siempre se vestía de negro y llevaba gafas de lente azul, porque sabía que parte de su fama se debía al aura de misterio que lo rodeaba.

Sin embargo, la apariencia triste no le quitó sus cualidades como músico.

Sus magistrales ejecuciones encantaron a sus colegas de la época: «Escuché a un ángel tocando», dijo Franz Schubert y Gioacchino Rossini el comentario de: «Solo he llorado dos veces en mi vida: cuando un pavo relleno de trufas cayó accidentalmente al agua y cuando oí tocar a Paganini».

El músico nació en un típico granero sinuoso en Génova, tercero de seis niños. La infancia no fue la más feliz debido a las numerosas enfermedades y la severidad del padre. De hecho, obligó a Niccolò a practicar con el violín, encerrándolo en una habitación incluso durante doce horas consecutivas para que pudiera estudiar.

El chico, sin embargo, mostró un talento fuera de lo convencional que ciertamente no necesitaba tales compulsiones para surgir. Su destreza era tal que los rumores sobre un supuesto pacto con el diablo pronto se extendieron para promover tal destreza.

Y la gente acudió en grandes cantidades para presenciar su virtuosismo de violín tanto que, muy pronto, se hizo muy famoso y muy rico

«No soy guapo, pero cuando las mujeres me escuchan, todas caen a mis pies», dijo Niccolò, y la cantante Antonia Bianchi se rindió a su encanto, que le dio una de las mayores alegrías de la vida: su hijo Aquiles, que nació en 1825. Tres años después, sin embargo, el pequeño fue abandonado por su madre y Paganini lo cuidó con dedicación y amor incondicional.

Sus condiciones de salud, sin embargo, fueron precarias y los tours a los que se sometió en Italia y Europa le afectaron sin medida. Como si no fuera suficiente, era hipocondríaco y agregó problemas imaginarios a los reales y, lo que es peor, tomó mercurio para «curar» la sífilis, una terapia que hoy sabemos que es venenosa.

En sus últimos años y se vio obligado a comunicarse con el mundo por escrito.

Murió en Niza el 27 de mayo de 1840, a los 58 años.

Siempre fue evitado en la Iglesia aun en sus malos momentos y por el “pacto” y por sus escándalos, le negaron funerales y entierro en terreno consagrado. El cuerpo terminó embalsamado y se exhibió gratis en un horripilante tour.

Fueron unos amigos los que lo arrebataron de este triste destino y desde 1876 descansa en el cementerio de Villetta, en Parma.

Siguió siendo famoso su frase «Paganini don’t repat» (¡Paganini no repite!). Lo dijo sólo una vez, en el Teatro Carignano de Turín, en respuesta al rey Carlos Felice de Savoia que le había pedido un bis.

Improvisó, por lo que cada una de sus actuaciones fue única e irrepetible y jugó con tal pasión que a menudo terminaba con dolor de piernas.

Aunque no se sabe que existan fotografías de Paganini, en 1900 el fabricante italiano de violines Giuseppe Fiorini creó el ahora famoso daguerrotipo falso (que acompaña esta página) del célebre violinista. ​ De hecho, esta tan bien hecho que incluso el gran autor clásico y conversador Arthur M. Abell fue inducido a creer que era cierto, reimprimiendo la imagen el 22 de enero. Edición de 1901 del Musical Courier.

Los 24 caprichos para violín son una de sus obras más conocidas y han servido de inspiración a numerosos compositores. Además del violín compuso música para mandolinaguitarraviola y fagot. Destacan sus duetos para violín y guitarra y sus composiciones para cuarteto de cuerdas. Apodado como “El violinista del Diablo”.

En cualquier caso, todo le costó caro: de hecho, fue exiliado durante dos años, hecho que le dio la oportunidad de deletrear su famoso lema: «No temo a los grandes, no desprecio a los humildes «.

Gentileza

Beatriz Genchi

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.
bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

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