San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

Antiguo y célebre – Por:. Beatriz Genchi

El restaurante más antiguo del mundo lleva 300 años en funcionamiento.

No sólo ha estado continuamente en servicio desde 1725, sino que su horno se ha mantenido caliente desde entonces, incluso durante la Guerra Civil Española y la Pandemia de Coronavirus.

Muchos de los platos que disfrutamos hoy en día son el resultado de recetas milenarias que se transmiten de generación en generación. Pero hay un lugar en España donde puedes sentarte y disfrutar de platos tradicionales en el mismo local que ha servido a sus clientes durante casi 300 años. Sobrino de Botín , en Madrid, está considerado el restaurante más antiguo del mundo por el Libro Guinness de los Récords .

Además, el edificio que alberga a Sobrino de Botín es aún más antiguo: data de 1590. Hoy en día, el restaurante ocupa cuatro pisos y solo se puede acceder a él a través de una puerta de madera. Emplea a 70 personas y tiene capacidad para 200 clientes.

Esta famosa posada fue fundada por un chef francés llamado Jean Botín en 1725 con el nombre de Casa Botín. Como él y su esposa no tuvieron hijos, el restaurante fue heredado por uno de sus sobrinos en 1753. Fue entonces cuando pasó a llamarse Sobrino de Botín, en referencia a la nueva dirección, y ha mantenido ese nombre desde entonces. El restaurante volvió a cambiar de dueño en el siglo XX al ser adquirido por la familia González, quienes lo siguen explotando hasta el día de hoy.

Además de su larga historia, Sobrino de Botín también es conocido por servir deliciosa cocina castellana, especialmente sus mundialmente famosos cochinillos asados ​​con papas y jamón español como guarnición.

Con tantos años en el negocio, ha sido testigo de muchos hechos históricos y por sus puertas han pasado muchos personajes. Por ejemplo, Francisco de Goya trabajó en su cocina antes de convertirse en pintor. Durante el siglo XX, Ernest Hemingway visitó con frecuencia el restaurante, e incluso lo mencionó en su libro The Sun Also Rises (1926). Por supuesto, sus delicias continúan conquistando los paladares modernos, lo que convierte a Botín, como lo conocen los lugareños, en un alimento básico de Madrid.

“Casa Botín”, ​ en la plaza de Herradores, la misma que el escritor Benito Pérez Galdós menciona en su novela “Misericordia” como fonda-mesón. «Celedonia, ponte tu falda nueva, que vas a casa de Botín. Te apuntaré en un papelito lo que quiero, para que no te equivoques». Dicho y hecho. ¿Y qué menos había de pedir la señora, para aquel día fausto, que: … dos gallinas asadas, cuatro pescadillas fritas y un buen trozo de solomillo, con la ayuda de jamón en dulce, huevo hilado, y acompañamiento de una docena de bartolillos?»

Una de las placas de la fachada, colocada por la Cámara de comercio e Industria el 25 de mayo de 1971, recuerda la mención de este lugar por Benito Pérez Galdós en su obra Fortunata y Jacinta. ​ En la novela, sin embargo, aparece como pastelería («anoche cenó en la pastelería del sobrino de Botín»).

Por su parte, Peter Besas asegura que ninguno de los viajeros que visitaron Madrid en el siglo xix, y que posteriormente han documentado sus viajes, menciona “Botín”.6​ Autores extranjeros de guías de viaje como William Pitt Byrne7​ (1866) especulan con que el Botín de Herradores fuera un simple figón. Finalmente, Beatrice Erskine en 1922, en su Madrid, past and present, diferencia la Casa Botín de la Plaza de Herradores, de la Pastelería de sobrino de Botín (a su vez también mencionada por Galdós como pastelería en Cuchilleros), como establecimientos distintos, «muy modestos, pero pintorescos».

Otros escritores en lengua inglesa que mencionan el lugar fueron por ejemplo Graham Greene, en Monseñor Quijote, y Frederick Forsyth en El manifiesto negro y en Cobra. También el político Indalecio Prieto habla en su libro Mi vida de los «deliciosos bartolillos de Botín».

El edificio que ocupa el restaurante Sobrino de Botín presenta una fachada de ladrillos con vista clásica del siglo xvi y ocupa cuatro plantas del mismo. La cocina es tradicional castellana. Está catalogado como el local número tres en la “lista de los imprescindibles de Forbes”.

Gentileza:

Beatriz Genchi
Museóloga – Gestora cultural
bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

 

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