Irrigación presentó el pronóstico de las cuencas y todas dieron valores positivos de escurrimiento para la temporada 23/24. Las nevadas, un paliativo a más de 10 años de crisis hídrica.
El Departamento General de Irrigación (DGI) presentó oficialmente el pronóstico de caudales para la temporada 2023/24 y fue con una buena noticia para los mendocinos porque todos los ríos de la provincia han dado valores superiores a los años medios, por lo lo que tendrán mayor cantidad de agua.
En la presentación realizada ayer, en la que estuvieron el titular del DGI, Sergio Marinelli, el director de Gestión Hídrica, Rubén Villodas y demás funcionarios, todos coincidieron que estos números son positivos y tienen mucho que ver con las nevadas caídas en Mendoza durante julio, agosto y algunos días de septiembre.
En dicho evento, se conoció en detalle el pronóstico del caudal de cada cuenca que tiene Mendoza. De acuerdo a la información que obtuvo Irrigación a través de los cateos que realizaron los técnicos especializados, el río Grande tendrá un año húmedo al registrar 3.670 hectómetros, superando en 16% al año medio de esa cuenca que son 3.151 hectómetros.
Por el lado del río Mendoza, presentará un año normal para esta nueva temporada de agua. El total de hectómetros registrados fue de 1.365, siendo 1.378 el del año medio, por lo que el porcentaje fue cercano al 100%.
Para la cuenca del río Atuel, la estimación para la temporada 23/24 es de un año normal, con 960 hectómetros registrados sobre los 1.100 que tienen durante un año medio. En este río hubo inconvenientes para realizar los cateos debido a las intensas nevadas que hubo en la zona durante este invierno.
En el río Tunuyán, el cual se divide en inferior y superior, también hay que trazar dos pronósticos: el del río en sí da un año húmedo porque los hectómetros registrados (925) superaron claramente al promedio del año medio que es de 846. Si tomamos en cuenta el río más los diferentes arroyos que componen esta cuenca, el pronóstico de derrame entrega como resultado que será un año normal.
Por último, el río Malargüe, el de menor volumen de agua, registró un total de 300 hectómetros, por lo que se considera que tendrá un año normal ya que el año medio son 302 hectómetros, siendo una diferencia mínima.
El titular del Departamento General de Irrigación fue optimista en su discurso durante la presentación del pronóstico de caudales para esta temporada, que comenzó el 1 de octubre y finalizará el 30 de septiembre del año próximo. “Este año ha sido totalmente diferente a lo que veníamos viendo en los últimos 13 años. Nos alcanzará el agua pero siempre atendiendo que hay que generar un uso eficiente de la misma”, apuntó Sergio Marinelli.
Además, el funcionario hizo foco en los planes hídricos que llevan adelante en Mendoza. Uno de ellos es el trabajo en conjunto que hacen con los israelíes (el propio superintendente indicó que uno de los directores que está en Mendoza fue reclutado para ir a combatir al conflicto contra el grupo terrorista Hamas) y el famoso Código de Aguas, que servirá para modificar la ley, siempre buscando el consenso de todas las partes.
Pero entre toda la alegría por los números de las cuencas, el funcionario fue cauto en relación al futuro, donde mucho tiene que ver el impacto del cambio climático. “Si bien este año es bueno, los subsiguientes no serán del todo buenos por el cambio climático que azota al mundo, por eso debemos continuar trabajando con nuestros planes hídricos para evitar mayores inconvenientes a futuro”, sentenció Marinelli.
Otro funcionario que tomó la palabra fue Carlos Bustos, de la Dirección de Contingencias Climáticas, e hizo hincapié en el pronóstico del tiempo que se avecina, tanto para la primavera como para el verano en Mendoza, destacando que estamos bajo los efectos de un fenómeno climático. “El efecto de El Niño se entremezcla con el dipolo del océano Índico. Es probable que se generen mayores precipitaciones en la zona centro de nuestro país, o sea, lluvias más allá de los valores normales. Este año, este fenómeno climático que ya lo vivimos en años anteriores en la provincia, podría tener cierta intensidad”, aclaró.
Si se comparan los números de este pronóstico de caudales con temporadas anteriores, las cifras y los valores han mejorado sustancialmente.
Por ejemplo, durante la temporada 22/23, la mayoría de las cuencas presentaba una clasificación hidrológica de sequía extrema o severa, algo que actualmente cambió radicalmente porque se habla de años normales o húmedos en dos ríos, puntualmente. Recién en la temporada 2019 se pueden observar clasificaciones similares a las que se dieron a conocer ayer, lo cual confirma la importante sequía que sufre Mendoza en los últimos años.
SEQUÍA Y TEMPERATURAS
Dentro de esta presentación y más allá de los números entregados por funcionarios de Irrigación, también se habló de la sequía y las temperaturas que han registrado los ríos durante lo que va de 2023.
El año en la cuenca del río Mendoza, de acuerdo a la clasificación de sequía, pasará de ser extremo a moderado. Un año con sequía moderada se da cuando se pueden registrar daños en los cultivos y pastos, existe alto riesgo de incendios, hay bajo nivel de agua en los ríos, arroyos, embalses y pozos, y se sugiere una restricción voluntaria del uso del líquido.
En su exposición, Villodas se refirió a la temperatura que presentaron las diferentes cuencas y reconoció: “Todas las temperaturas estuvieron por encima de lo normal, a excepción del mes de enero, que no sabemos bien cuál fue el motivo ya que responde a algo más climatológico”.
Las temperaturas mostraron mucha variación en este año y, sin ir más lejos, en pleno agosto el termómetro superó los 30 grados en algunas partes del país, algo impensado que suceda en etapa invernal.
Fuente;https://www.losandes.com.ar/sociedad/no-faltara-agua-este-verano-en-mendoza-los-rios-con-caudales-de-media-historica/
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