San Rafael, Mendoza viernes 22 de noviembre de 2024

Lanzar a un político al vacío – Por:.Beatriz Genchi

Hay un verbo que sorprende por su existencia y que afortunadamente no muchos hemos usado o sufrido: Defenestrar. Es decir, lanzar por la ventana a alguien. Esta palabra, rara vez usada (aunque particularmente la uso para decir: Destituir o expulsar a alguien de un puesto, cargo, situación, etc), describe la manera en la que se hizo política en Bohemia (hoy República Checa) en tres —tal vez cuatro— ocasiones. El grabado que acompaña en particular representa la tercera vez y la más importante de todas.

El 23 de mayo de 1618, cuatro nobles católicos, representantes del emperador del Sacro Imperio Romano Germano, Matías de Habsburgo, llegaron al castillo Hradcany en Praga para reunirse con los protestantes de la Asamblea de Bohemia y allí mismo ordenar, tanto la suspensión de construcción, como la destrucción de capillas protestantes.

La asamblea se quejó de que dicha orden violaba una Carta de Majestad de 1609, del predecesor de Matías, la cual permitía practicar la religión protestante e instituía la Iglesia bohemia protestante. Bajo este concepto la asamblea declaró a los nobles católicos culpables de violar la ley y atraparon a dos de ellos, Jaroslav Martinitz y Wilhelm Slavata, junto con un secretario, Philip Fabricius, y los arrojaron desde una ventana a veintiún metros del suelo.

Para sorpresa de muchos, los tres hombres sobrevivieron a la caída. La interpretación católica describió que los hombres habían sido ayudados por ángeles como recompensa a su fe. La versión protestante narra que la caída fue amortiguada por una montaña de estiércol. Pequeñas diferencias, nada más.

La tradición de defenestrar se remonta a 1419 cuando un grupo de husitas, seguidores de una secta cristiana anterior a la Reforma, arrojó por una ventana a concejales, un juez y un burgo maestre (poder ejecutivo a nivel municipal).

Esto marcó el comienzo de la rebelión husita contra la autoridad papal en Bohemia y condujo a 15 años de guerra. Una segunda defenestración sucedió en 1483. Finalmente, los husitas quedaron en paz para practicar su versión del cristianismo, aunque en el siglo XVI el luteranismo se convirtió en la religión predominante. Sin embargo, esta tercera defenestración de 1618 fue particularmente crucial para la historia de Europa, ya que desencadenó varios antagonismos religiosos que resultaron en la Guerra de los Treinta Años, en la que intervinieron las grandes potencias europeas y que culminó en devastación, hambrunas, enfermedades y la bancarrota de muchas de las naciones implicadas.

Gentileza:

Beatriz Genchi
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

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