Reconstrucción del aspecto en vida de espinosáuridos.UNIVERSIDAD DE LA RIOJA | FRANCESC GASCÓ
El hallazgo lo forman 27 rastros de depredadores de hace 120 millones de años capaces de atravesar grandes volúmenes de agua
La Rioja es la comunidad menos poblada (323.465 habitantes, según el INE) y la segunda más pequeña, pero cuenta con un vasto patrimonio paleontológico, que se extiende por 170 yacimientos, donde se contabilizan cerca de 11.000 huellas de dinosaurios, además de diferentes sedimentos óseos.
El último hallazgo tiene que ver con los restos fósiles pertenecientes a especies de dinosaurios que sabían nadar o, al menos, eran capaces de sortear a nado grandes volúmenes de agua. Un descubrimiento que lleva la firma del investigador de la Universidad de La Rioja, Pablo Navarro, que ha identificado 27 huellas (icnitas) de esta clase de dinosaurios, bípedos, no avianos (abuelos de las aves) y tridáctilos (de tres dedos), que habitaron en La Rioja hace más de 120 millones de años durante el Cretácico Inferior.
“Son icnitas con morfologías especiales, ya que pertenecen a dinosaurios que estaban nadando y no andando, que es el comportamiento más habitual en las huellas que se pueden ver en La Rioja o en otros puntos del planeta”, apunta Navarro sobre este descubrimiento en Laguna de Cameros. Huellas con una longitud variable (desde 8,5 hasta 29,2 centímetros) y cuyas dimensiones también cambian en función de la postura y los movimientos del animal al tocar el fondo acuático. En el yacimiento se han encontrado marcas “más grandes y más pequeñas, que podrían corresponder a especies diferentes o a dinosaurios adultos y jóvenes de una misma especie”, detalla.
El investigador atribuye las huellas a espinosáuridos (unos depredadores bípedos) que trataban de superar el caudal de agua. Según Navarro, los dinosaurios “podían emplear diferentes técnicas para nadar”. El estudio de las icnitas sugiere que “el cuerpo del animal flotaba de forma parcial o total”. Por ello, las huellas son alargadas en el primer caso; mientras que, en el segundo, muestran con mayor claridad la punta de los dedos que empleaban para equilibrar la marcha y seguir avanzando.
Navarro aclara que en La Rioja “ya existían evidencias” de esta habilidad acuática de los dinosaurios, en concreto, en el yacimiento Virgen del Campo, en Enciso, localidad situada a 24 kilómetros de Laguna de Cameros, pero perteneciente a otro valle fluvial del Ebro y separada por una cadena montañosa. En el mundo apenas existen una decena de yacimientos de icnitas de dinosaurios nadadores, según el paleontólogo de la Universidad de La Rioja.
El yacimiento de Laguna de Cameros fue descubierto en 2020 por Jorge Tierno, un vecino de esta pequeña localidad con una población censada de poco más de 100 habitantes. En esta investigación también han colaborado científicos de las universidades de La Rioja, Complutense de Madrid, País Vasco, Nacional de Río Negro (Argentina) y Cantabria, además del Instituto Geológico y Minero de España.
“Hemos encontrado 27 huellas y no hay más evidencias. Están en un acantilado, en una zona poco accesible”, explica Navarro, que también ha identificado en otra localidad riojana, Igea, huellas de terópodos capaces de correr a 45 kilómetros por hora, una de las mayores velocidades registradas en el mundo para esta clase de dinosaurios.
Precisamente, en esta zona de La Rioja se han encontrado restos óseos del dinosaurio espinosáurido más completo de Europa. Un animal con unas dimensiones descomunales: 8 metros de longitud, 2,5 metros de alto y un peso que se acercaba a la tonelada y media. Un ejemplar que vivió en los montes de lo que ahora es La Rioja hace también 120 millones de años, en pleno Cretácico Inferior.
Fuente:https://elpais.com/ciencia/2023-10-24/descubiertas-en-la-rioja-huellas-de-dinosaurios-nadadores.html
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