La apicultura es una actividad muy noble que no solamente produce y provee de miel, sino que también muchísimos otros productos y subproductos, como la cera, el propóleos, el polen, núcleos, paquetes, reinas, celdas. Además de todo lo anteriormente mencionado, hay un gran beneficio global con la polinización cruzada que realiza la abeja y de la que mayoritariamente se benefician los productores frutihortícolas.
La abeja favorece el cuaje temprano y óptimo de la floración. En nuestra zona, la dependencia de los cultivos, sobre todo frutales hacia la abeja es gigante. Sin la abeja, las heladas tardías serían aún más dañinas de lo que hoy son. La cantidad y calidad de la fruta sería significativamente menor y la rentabilidad frutihortícola se vería mucho más afectada de lo que hoy se encuentra.
Visto y considerando todos éstos beneficios y temas, la importancia de la abeja en nuestra sociedad, en nuestra región y obviamente sobre nuestros ingresos provinciales y departamentales, es incalculable.
Como apicultores, formamos parte de cadena de producción Agrícola Provincial y creemos que todos estamos al tanto de las condiciones climáticas sumamente adversas que los sectores pertenecientes a ella están atravesando.
En nuestro caso particular los problemas que afrontamos hoy son diversos y de gran magnitud, por citar algunos:
-La sequía que afrontamos desde hace aproximadamente unos 5 años es la mas severa y prolongada de la historia.
-La varroa un pequeño ácaro de la abeja que siempre esta en las colmenas ocasionando altas pérdidas de colonias y vector de contagios de otras enfermedades.
-Los altos costos de producción, materiales he insumos necesarios para la actividad.
-Los precios irrisorios de nuestros productos con respecto a los costos de mantenimiento.
-La nueva amenaza de inminente ingreso del PEC (pequeño escarabajo de la colmena). Plaga exótica ingresada a América desde África y que ocasiona debilitamiento de las colonias e incluso su muerte, imposibilidad de exportación de material vivo a países libres del mismo, problemas en la comercialización de la miel, además de incrementar los costos de producción asociados.
-Cambio climático: Altas temperaturas en otoño e invierno que incitan a la abeja a trabajar y que, al salir al campo y no encontrar alimento natural, requieren suplementación mucho mayor de parte del apicultor.
Hoy, la gran mayoría de los apicultores nos hallamos en una situación crítica; nos hace falta alimentar urgente y en gran cantidad pero no tenemos ni el alimento ni el dinero para poder realizarlo, debido a lo antes expuesto. La gravedad de la realidad es desesperante y necesitamos una eficaz y urgente intervención de los entes gubernamentales a fin de sanear la problemática. De hecho, la Provincia de Mendoza tiene vigente la declaración de Emergencia Agropecuaria por las heladas y sequía sufridas en la temporada, sequía que no sólo permanece, sino que se acentúa día a día.
Consejo Asesor Apicola de San Rafael.
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