Puede parecer anacrónico seguir hablando del cuidado de la escritura cuando el mundo avanza hacia el uso exclusivo de dos pulgares apoyados en una pantalla táctil…sin embargo, creo firmemente que no se debe perder la práctica del dibujo y la escritura sin importar los resultados. Al ejercerla siempre tiende a mejorar.
Hasta Steve Jobs, el fundador de Apple, en el momento en que abandonó los estudios universitarios comenzó a tomar cursos de caligrafía. Y de estas enseñanzas «obsoletas» aprendió una lección fundamental: la belleza está en el detalle, cualquier cosa creada con fines funcionales (como la tipografía o la computadora) puede tener su punto fuerte en la precisión y la estética. Así, la forma de una letra no es secundaria a su sonido y significado.
Y esto ya lo entendieron artistas y matemáticos del Renacimiento, cuando aplicaron proporciones geométricas y equilibrios clásicos a las letras del lapidario romano (básicamente, mayúsculas). Cada letra, a base de círculos y cuadrados (no en vano las mismas figuras geométricas en las que se encierra el hombre de Vitruvio de Leonardo), es un microcosmos que refleja la perfección y la belleza del macrocosmos.
Siempre pienso en el potencial visual de la escritura, pero aquí quiero explorar los aspectos relacionados con la destreza, con la sabiduría milenaria del gesto de la mano que traza una señal en la hoja. Naturalmente, no es seguro que las empuñaduras anómalas no puedan en ningún caso permitir una marca limpia y precisa pero, en general, la mano se cansa mucho más.
Es importante saber escribir en cursiva, es la escritura manual más rápida ya que se ha diseñado, desde el Renacimiento, para poder escribir levantando la pluma el menor número de veces posible. A diferencia de las mayúsculas, en cursiva cada letra está unida a la siguiente con trazos fluidos y continuos. Según algunos estudios, la escritura a mano en cursiva, al activar la conexión mano-ojo-cerebro, estimularía las áreas cerebrales encargadas del aprendizaje, favoreciendo así la asimilación y memorización de conceptos mucho más que escribir en un teclado.
Dado que los movimientos más naturales para nuestra mano son en sentido anti horario (para zurdos es en sentido horario) y de arriba hacia abajo, estos son los dos principales movimientos que hay que realizar para escribir bien. Luego, por supuesto, están las ligaduras, trazos que unen las letras y que pueden variar según los pares de letras. Para saber más, existe toda una literatura sobre el tema que también se puede consultar en la red.
Además, este tipo de letras tiende a deformarse con el tiempo y a tomar formas y tendencias personalizadas. Encontrar dos escrituras idénticas, de hecho, es como encontrar dos huellas dactilares idénticas. Cada letra revela mucho sobre la personalidad del escritor. Y no se trata de teorías esotéricas o fantasiosas: el carácter de cada persona tiende a manifestarse incluso en los trazos de la escritura. Un grafólogo es capaz de revelar aspectos ocultos de nuestro carácter al observar detalles precisos en nuestra escritura.
El término caligrafía, de hecho, proviene del griego καλòς (kalos = bello) y γραφία (manuscrito = escritura) e indica el arte de la escritura elegante y decorativa. Es una práctica importante para algunas culturas como la árabe o la japonesa cuyos alfabetos se prestan particularmente a ser trazados con gran armonía del signo. Es un arte antiguo y noble que hoy está experimentando una revalorización increíble… los grandes restaurantes (en el exterior especialmente) compiten para que su menú se transcriba finamente con tiza en una pizarra… y también los grafiteros intentan inventar su propio tag, su firma identificativa, con florituras que tienen mucho que ver con la caligrafía.
Mientras tanto, está naciendo la llamada caligrafía experimental: ejercicios gráficos en los que el dibujo de signos abandona casi por completo su naturaleza semántica para asumir una casi completamente visual.
Naturalmente con este post no intento enseñarles los secretos de la caligrafía ya que no soy una experta, pero me gusta acentuar esta artística que puede pasar desapercibido.
Gentileza:
Beatriz Genchi
Museóloga-Gestora Cultual-Artista Plástica.
Puerto Madryn – Cubut.
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