Especialista en cerrar filas, desde hace un tiempo que muestra fisuras; la vicepresidenta habilitó a De Pedro y Larroque a asumir roles diferentes, por momentos contradictorios; el ministro del Interior engrosa su equipo de colaboradores
Un revuelo incómodo se armó esta semana en el seno del kirchnerismo, justo cuando el espacio se proponía reafirmar el poder de Cristina Kirchner de cara a las elecciones. La foto espontánea de Eduardo “Wado” De Pedro con el ejecutivo del grupo Clarín, Jorge Rendo, en Expoagro, desató críticas muy ácidas de la tropa K hacia el ministro del Interior, que es, a su vez, el único que se prepara -con equipos cada vez más nutridos- para ser el candidato a presidente delegado de la vice.
El kirchnerismo, que es especialista en cerrar filas, desde hace un tiempo que muestra fisuras. El episodio de Expoagro se sumó a la evidente divergencia que hay en La Cámpora entre De Pedro y Andrés “Cuervo” Larroque. El primero trabaja para poder representar al kirchnerismo en lugar de Cristina. El segundo considera que hay que generar las condiciones políticas que le permitan a la vice volver a subirse a la pelea electoral.
Hoy el vértice de “Wado” y el “Cuervo” está en Cristina Kirchner. Ella habilitó a uno y a otro a asumir roles diferentes, por momentos contradictorios: en los últimos días De Pedro participó de Expoagro con el aval de la vice (ha ido a ediciones anteriores) y Larroque elaboró un documento que califica de “mafia” a ese medio de comunicación.
Wado acusó recibo por la conmoción interna que provocó. “Se preocupó mucho y le habló a los ofendidos”, dijeron cerca del ministro. Por eso el jueves De Pedro salió al aire con Victor Hugo Morales para explicar lo sucedido. “En el 2019 nos dijimos que había que disputar el campo. Y ahí definimos participar de todos los espacios que tienen que ver con esos sectores productivos. El más importante de la zona núcleo es Expoagro”, dijo.
Fue Cristina la que finalmente dio la señal para poner orden interno: el viernes, en Viedma, hizo suyas las palabras del ministro del Interior para hablar de su presunta “proscripción”. Con solo nombrarlo lo validó frente a la tropa propia.
Un colaborador que conoce a De Pedro analizó: “No hizo nada distinto a lo que venía haciendo y no cambió lo que piensa de Clarín. La foto es un riesgo que corrió por el perfil que viene construyendo por pedido de Cristina. Fue desafortunada. Tendría que haber hecho la de (Carlos Salvador) Bilardo, que cuando le sacaban una foto con alguien ponía las dos manos al frente para que nadie lo vincule”.
La pregunta del millón
Cristina Kirchner viene ofreciendo señales confusas. La vice dijo que no será candidata a nada, pero no obturó (como sí hizo en otras oportunidades) el plenario de la militancia de Avellaneda que organizó Larroque para promover que ella vuelva a la carrera electoral. De hecho, el viernes no repitió que no se postulará, lo que hubiera vaciado de sentido el encuentro militante.
Además, ella le ordenó a De Pedro que se posicione como precandidato. El ministro en los últimos días engrosó a su equipo de colaboradores para apuntalar su imagen y subir el perfil. Por último, Cristina mantiene en sus discursos la protección sobre Sergio Massa (en Viedma lo llamó “Sergio”), pese a que cuestionó duramente el escenario económico.
La pregunta del millón que circula en el Frente de Todos es si detrás de esas múltiples señales la vicepresidenta tiene una estrategia decidida, a dos meses de que decante la oferta electoral. “Es de locos pensar que Cristina está deshojando la margarita. Tiene una estrategia y no lo sabemos”, dijo un importante funcionario nacional con llegada a la vicepresidenta. Y acotó: “Quizás haga lo mismo que hizo siempre, una estrategia que le sume al kirchnerismo lo que le falta para acaparar el electorado del centro”.
Un colaborador muy estrecho de la vice advirtió: “El kirchnerismo no tiene candidato hasta que lo tiene. No hay que ponerse nervioso”.
La otra novedad es que la vicepresidenta en Viedma no cargó, como todos esperaban, contra Alberto Fernández. “Ella lo empezó a ignorar”, comentó un camporista a este medio. De todas formas el kirchnerismo está empecinado en que el Presidente deponga su candidatura para despejar el escenario electoral.
Un funcionario de buen diálogo con Fernández y con Cristina consideró que los plazos forzarán el ordenamiento del oficialismo. “Estamos entrando en el embudo. Llegamos con machucones, pero tenemos que poder confirmar la unidad”, consideró. Antes de fin de mes, debería reunirse el consejo del PJ para convocar, a su vez, al congreso del partido. Esa es la instancia en la que se debería conformar la alianza electoral y confirmar al Frente de Todos como sello para ir a las urnas.
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