San Rafael, Mendoza viernes 19 de abril de 2024

La magia del Piltri – Por:. Beatriz Genchi

El Piltriquitrón, o Piltri, para quienes ya le tienen mucho cariño (o no se animan a pronunciarlo), es un imponente cerro que se alza en el sector sureste de El Bolsón, en la provincia de Río Negro. En lengua mapuche, su nombre significa “Cerro colgado de las nubes”. Esta majestuosa masa de roca irradia una poderosa energía y tiene una presencia tan elocuente que obnubila a toda persona que lo contempla.

Es considerado por muchos como una gran fuente que emana, desde sus entrañas, una poderosa energía positiva. La leyenda que se cuenta sobre esta imponente mole, habla de destrucción, renacimiento y seres mitológicos.

La cima de este gran cerro se encuentra a 2260 metros sobre el nivel del mar. Desde la cumbre, a modo de balcón, hay una maravillosa vista panorámica de toda la ciudad y del cordón cordillerano que la rodea.

Las laderas del Piltri están rodeadas de bosques nativos de ciprés y coihues, junto con espinos negros que conforman una densa alfombra arbórea con distintas tonalidades verdosas que, durante los meses del otoño, se matizan en una amplia gama de ocres y marrones anaranjados.

El Piltriquitrón no es un cerro más, y todo aquel que lo tuvo enfrente lo percibió. Es por ello que se han creado muchas historias, fábulas y leyendas en torno a este gigante de piedra que custodia a El Bolsón.

El más popular de los relatos dice que, antiguamente, cuando la ciudad era apenas un pueblito colmado de tantos duendes como seres humanos, un grupo quiso extraer oro del cerro y, a escondidas del pueblo, se montó un operativo para comenzar a dinamitarlo. Las pruebas iniciales fallaron y el cerro quedó reducido a escombros. Los responsables se fueron, dejando todo en ruinas.

Era de día y el cielo se oscureció. De las entrañas de la tierra brotó un alarido desgarrador: la naturaleza pedía ayuda. Sin perder tiempo, los habitantes se reunieron y decidieron, entre todos, reconstruir el cerro. Esta vez, el tesoro que guardaría dentro sería el amor de la comunidad que trabajó para volver a erigirlo.

El pueblo puso manos a la obra. Se decidió hacer el cerro tan alto como para que llegue a estar colgado de las nubes, y que estas ayuden a sostenerlo por siempre. Se dividieron las tareas y cada uno sabía lo que tenía que hacer: los duendes compactaban la mezcla saltando sobre ella y un grupo de hadas distribuía prolijamente semillas de árboles. Por otra parte, los magos hicieron surcos en la tierra de los cuales, una vez terminada la construcción, brotaría agua.

Por último, otro grupo de duendes se ofreció en sacrificio, formando uno con el suelo para vigilar el cerro desde adentro. Otro montón de ellos conformaron una tropa de custodia que viviría en el cerro velando por su seguridad.

Y así se formó nuevamente el imponente cerro Piltriquitrón, renovado de energías y guardando en sus entrañas el amor de la comunidad que lo reconstruyó. Hoy, es considerado como una fuente muy importante de energía sanadora, y es fuente de inspiración artística para muchas personas.

Como ver danzar las llamas de una fogata o escuchar el sonido del agua fluyendo, el Piltri tiene ese mismo magnetismo hipnótico que invita a relajarse, a acallar la mente unos minutos y a renovar la energía vital que tiene cada cuerpo. Y en mi caso, evocar magias pasadas con amigos queridos que vivieron a su pie y seguro hoy, lo custodian desde adentro cual duende.

Esta gran masa de roca late, y con cada vibración evoca un mantra positivo que viene desde lo más profundo de la tierra.

Gentileza
Beatriz Genchi
Museóloga – Gestora Cultural – Artista Plástica.
bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

 

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