San Rafael, Mendoza miércoles 24 de abril de 2024

El vertiginoso deshielo en los glaciares antárticos inquieta cada vez más a los científicos

El glaciar Thwaites, visto desde un dron en febrero de 2019.El glaciar Thwaites, visto desde un dron en febrero de 2019.ZUMA PRESS / AGE
Dos estudios realizados con un robot submarino aportan nueva información sobre la preocupante pérdida de masa helada

En todos los continentes los científicos estudian los mecanismos del deshielo en los glaciares de alta montaña, así como en Groenlandia, en el Ártico y en la Antártida. Analizan el ritmo al que se quiebran, su evolución en las próximas décadas y sus posibles consecuencias para la subida del nivel del mar. En este contexto, una de las mayores fuentes de incertidumbre se encuentra en la región antártica, que durante mucho tiempo ha permanecido relativamente estable pese al calentamiento climático, pero que en los últimos años está dando múltiples señales de alarma.

Dos estudios publicados este miércoles en Nature, exploran las dinámicas que ocurren bajo los glaciares antárticos y su posible contribución a la subida del nivel de los océanos. Estos trabajos se han centrado en el glaciar Thwaites, en la parte occidental del continente, uno de los sistemas hielo-océano que más rápido está cambiando.

De acuerdo con los autores, el rápido retroceso que experimenta esta masa helada viene impulsado por dinámicas hasta ahora desconocidas; en concreto, las nuevas observaciones realizadas en la intersección entre el océano y el glaciar muestran que el deshielo que tiene lugar en grietas y huecos es mucho más significativo de lo que se creía. Así, el glaciar Thwaites (con una extensión similar a la de Gran Bretaña) continúa retrocediendo, incluso cuando no se observan pérdidas de masa en la superficie (por ejemplo, espectaculares desprendimientos de icebergs).

Los trabajos describen cómo una capa de agua fría entre el fondo de la plataforma de hielo y el océano subyacente ralentiza el ritmo de derretimiento en las partes planas de la plataforma. En concreto, las observaciones muestran que, aunque el deshielo ha aumentado en la parte sumergida, el ritmo al que lo hace es más lento de lo que estiman actualmente muchos modelos informáticos. Por otro lado, los autores se sorprendieron al ver que el deshielo modelaba una topografía escalonada en el fondo de la plataforma y que en estas zonas, así como en las grietas, se está produciendo una pérdida más importante de lo que se pensaba.

«Esos resultados son sorprendentes, pero la situación del glaciar sigue siendo muy problemática», confirma Peter Davis, del Servicio Británico de Vigilancia Antártica (BAS), autor principal de uno de los estudios de Nature. «Cuando la plataforma de hielo y el glaciar están en equilibrio, el hielo que pierde el continente es estable respecto a la cantidad que desaparece por el deshielo y por el desprendimiento de icebergs. Lo que hemos observado es que, a pesar de las pequeñas cantidades de deshielo que se están viendo en la superficie, sigue produciéndose un rápido retroceso del glaciar, lo que significa que no hace falta mucho para que se desequilibre».

OBSERVACIONES DE CAMPO

Los nuevos datos se recogieron en el marco del proyecto MELT, fruto de una colaboración entre Estados Unidos y el Reino Unido. Los científicos llevaron a cabo observaciones en la línea donde el glaciar se encuentra con el océano, con el objetivo de comprender mejor cómo interactúan el hielo y el mar. En la Antártida gran parte de la masa helada está por debajo del nivel del agua y es susceptible de sufrir una pérdida de hielo rápida e irreversible que, como subrayan los autores, podría elevar el nivel global del mar más de medio metro.

El equipo británico realizó mediciones oceánicas a través de una perforación de 600 metros de profundidad, realizada utilizando un taladro de agua caliente. Esas mediciones se compararon con las observaciones de la tasa de deshielo tomadas en otros cinco puntos bajo la plataforma de agua helada. Por otro lado, sus homólogos estadounidenses de la Universidad de Cornell desplegaron un robot llamado Icefin por ese hueco creado con el taladro.

El vehículo está diseñado para acceder a zonas que antes eran casi imposibles de explorar y sus observaciones del fondo marino y del hielo alrededor permitieron descubrir escaleras y terrazas en la base del hielo, así como grietas que están creciendo rápidamente. El deshielo es especialmente relevante en esas grietas, ya que el agua se canaliza a través de ellas y el calor y la sal pueden ampliar a su vez las fisuras. Esa dinámica es la que inquieta a los autores, porque puede ser un factor significativo en una pérdida rápida de masa a medida que las principales grietas avanzan a través de la plataforma.

«Las nuevas formas de observar el glaciar nos permiten comprender que lo que importa en estas zonas ‘cálidas’ de la Antártida no es sólo cuánto se está derritiendo, sino cómo y dónde», señala Britney Schmidt, profesora asociada de la Universidad de Cornell y autora principal del segundo estudio. «Vemos grietas y terrazas en muchos glaciares que se están calentando, como el Thwaites; el agua caliente está entrando en las grietas, ayudando a desgastar el glaciar en sus puntos más débiles».

Fuente:https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/medio-ambiente/2023/02/15/63ed0013e4d4d8d36d8b4587.html

 

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