A casi nadie le suena el nombre de Félix Yusúpov. Aristócrata ruso, miembro de la familia imperial, cuyo hueco en la historia se debió a su participación en el asesinato de Rasputín, personaje fascinante y singular bien conocido por los aficionados a la historia.
Nacidó en 1887 en el Palacio Moika de San Petersburgo. Era hijo del conde de Sumarókov-Elston, gobernador moscovita, y de la princesa Zinaida Nikoláievna Yusúpova, poseedora de una fortuna fabulosa, superior a la de los Romanov, pues incluía decenas de casas, minas, fábricas, pozos de petróleo, etc. Como Nicolás, su hermano mayor, falleció en un duelo, él quedó como heredero único y, consecuentemente, la vida que llevó en su juventud fue frívola y extravagante aunque combinada con etapas de profunda religiosidad. Entre 1909 y 1912 se trasladó a Inglaterra para estudiar inglés y silvicultura (gestión de bosques y montes, una carrera muy de moda entonces).
Fue un período disipado, yendo de fiesta en fiesta junto a sus dos grandes amigos, Jacques de Beistegui y el pianista Luigi Franchetti, que se instalaron con él, lo que hizo circular el rumor de que era bisexual. Porque luego se mudó a un departamento de Curzon Street, en el barrio londinense de Mayfair, y solía reunirse con la célebre y bella bailarina rusa Anna Pavlova y sus encuentros también desataban habladurías.
Sin embargo, Félix regresó a San Petersburgo en 1913 y al año siguiente se casó con la princesa Irina Alexándrovna, hija única del gran duque Alejandro Mijáilovich y, por tanto, sobrina del zar Nicolás II. En realidad se trataba de un matrimonio de conveniencia en el que él aportaba su dinero y ella la sangre imperial pero el caso es que congeniaron y nunca rompieron su unión. En 1915 tuvieron una niña a la que llamaron Irina, como su madre.
Así llegó 1916, año en el que se produjo el asesinato de Grigori Yefímovich Rasputín. Un monje ortodoxo, místico y sanador, que fue introducido a la corte dado que el zarévich Alekséi padecía de hemofilia y él tenía fama de curar mediante la oración. Y luego se aseguró una posición privilegiada en las altas esferas, desde la familia imperial a la nobleza en general. O, al menos, en parte de ella, pues había un sector que consideraba infamante la preponderancia de un mujik analfabeto, miembro de lasecta flagelante de los jlystý en la que, se decía, participaba en orgías. Pero, sobre todo, le acusaban de seducir a damas de la nobleza.
Se intentó sobornar a Rasputín para que se fuera pero no aceptó, así que se adoptaron medidas drásticas con un atentado al que, sin embargo, sobrevivió. Entonces se hizo un segundo intento en el que estaba implicados Félix. El plan consistía en atraer al monje al Palacio Moika para presentarle a la esposa de Félix (que en realidad estaba de viaje), Y aunque fue advertido de la encerrona, tuvo la arrogancia de ir igualmente. Mientras esperaba a su presunta anfitriona, le sirvieron vino acompañado de unos pasteles inyectados con cianuro. Como el veneno no hizo efecto, le dispararon con una pistola pero seguía vivo e intentó escapar saltando a la nieve por una ventana. Le dispararon otros dos tiros y le golpearon en la cabeza con una barra. Arrastraron su cuerpo hasta el río Nevá y allí comprobaron atónitos que aún respiraba, muriendo finalmente ahogado.
Félix, había sido detenido durante la investigación del crimen y desterrado al óblast de Belgorod. Aunque finalmente junto a su mujer y su hija, se estableció definitivamente en Paris, la capital francesa. En la ciudad de las luces, sobrevino su hundimiento económico. Quizá por ello no tuvo reparos en demandar por difamación a las productoras de cine y televisión que recrearon los hechos, a su parecer difamándole.
Primero fue contra la Metro-Goldwin-Mayer, Félix contrató a la abogada neoyorquina Fanny Holtzmann, especializada en casos relacionados con la farándula, para presentar una demanda contra la MGM en un tribunal inglés, argumentando que se había tergiversado la relación entre el monje y su cliente, invadiendo la privacidad de éste y su mujer. Después de ver el film dos veces, el jurado decidió que, efectivamente, era difamación. La compañía tuvo que pagar una indemnización de 127.373 dólares por la proyección del film en Reino Unido. El magistrado sugirió que en el futuro, para evitar líos similares, sería mejor decir que no se pretendía reflejar fielmente la historia ni las personas. Tal lo dicho, la productora decidió incluir en lo sucesivo un descargo de responsabilidad al final de cada largometraje basado en hechos reales, costumbre que se extendió a las demás y se mantiene hasta hoy: ”Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia”.
Eso fue en 1934. Exactamente treinta y un años después, Félix Yusúpov trató de repetir la jugada demandando ante un tribunal de Nueva York a la CBS, después de que ésta pasara por televisión un telefilm sobre el asesinato de Rasputín, alegando que algunos de los hechos recreados eran ficticios. Sin embargo, esta vez le salió mal porque el juez desestimó el caso. Fue su último destello en los anales, ya que falleció en 1968; su esposa le siguió tres más tarde.
Lo irónico es que en 1953 el propio Félix había sido llevado a juicio junto al gran duque Dmitri Pávlovich por María, la hija de Rasputín, reclamándole daños y perjuicios porque tanto en el libro que el contumaz aristócrata había publicado en 1953, “Esplendor perdido” y el final de Rasputín, como en las “Memorias de antes del exilio” (libros consultados para este informe) que había sacado en 1928, reconocía abiertamente ser uno de los autores del asesinato de su padre. “El proceso se celebró en París pero el tribunal se lavó las manos declarando no tener jurisdicción sobre un crimen político cometido en Rusia y María se quedó sin los 800.000 dólares que exigía de indemnización.
Gentileza:
Beatriz Genchi
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.
Puerto Madryn – Chubut
Fuentes
Memorias de antes del exilio (1887-1919) (Félix F. Yusúpov)/Lost splendour and the death of Rasputin (Prince Félix Yusupov)/Rasputin, The biograpy (Douglas Smith)/Rasputin. A short life (Frances Welch)/Prince Felix Yusupov. The man who murdered Rasputin (Christopher Dobson)/Romanov family and Rasputin (Amanda Madru en The Romanov Family)/Wikipedia
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