San Rafael, Mendoza 20 de abril de 2024

Por una oreja – Por:.Beatriz Genchi

Los estudiosos o gustosos del arte saben desde hace tiempo que van Gogh, después de una discusión con Paul Gauguin, la noche del 23 de diciembre de 1888, tomó una navaja y cortó parte de su oreja izquierda. Luego la versión sigue: envolvió el trozo de oreja en un diario y se lo dio a una prostituta llamada Rachel. Aunque no era su nombre y tampoco prostituta.

Su nombre, Gabrielle Berlatier, hija de granjero, vecina de Mas de Faravelle (en Moulès, a 10 kilómetros de Arles), que llegó a la casa de las prostitutas buscando un sueldo extraordinario que sacara de la deuda en la que entraron sus padres para pagar el tratamiento del mordisco de uno de sus perros de pastoreo, enfermo de rabia, en el brazo izquierdo de la joven. Primero cauterizaron su herida con un hierro al rojo vivo, pero la llevaron al Instituto Pasteur de París, donde la trataron con una nueva vacuna contra la rabia. Gabrielle salvó su vida, pero arruino económicamente a su familia.

La joven ha dejado de ser un misterio de 130 años, gracias al estudio de la historiadora británica Bernardette Murphy y a la confirmación de la publicación The Art Newspaper, que ha desvelado el apellido de la mujer a pesar del pacto entre la autora y la familia de mantenerlo en el anonimato. La investigadora cree que la protagonista era demasiado joven como para ser una prostituta registrada.

Por eso interpreta que debía trabajar allí como empleada doméstica, por la noche. La policía llegó al lugar al borde de la medianoche del día de autos. Gauguin, alojado en la Casa Amarilla de Van Gogh, prefirió abandonar la ciudad dos días después, en Navidad.

La chica a la que Van Gogh fue a buscar esa triste noche parece haber sido una amiga, no su prostituta. Una amiga a quien probablemente conoció en París, pues Bernadette encontró más tarde evidencia de que Gabrielle había sido enviada al Instituto Pasteur en enero de 1888 para ser tratada por la mordida. También descubrió una carta de Van Gogh en la que menciona a las niñas pobres tratadas por rabia en esa institución. Gabrielle estuvo en París por un período de 18 días y regresó a Arles. Van Gogh llegó a esa ciudad el mes siguiente. Es posible que Gabrielle haya sido la razón por la que Van Gogh fue a Arles. Y eso sugiere una nueva interpretación de lo que hizo esa fatídica noche.

“Siempre se sintió atraído por las personas en dificultades, ángeles heridos a los que él quería ayudar. Además, alimentaba fantasías como el martirio de Cristo por los pobres”, señaló Bernadette. «Parece como si, en su angustia, viera el entregarle su oreja a Gaby como un acto de autosacrificio y compasión”.

Según la hipótesis de Murphy, tampoco cree que la enfermedad mental del pintor y el rapto de furia, fuera por el abuso de absenta. Y cuadran con la ilustración que el doctor Félix Rey hizo de los restos de la oreja en Van Gogh, un día después del fatal acontecimiento. Mencionando que fue difícil de creer que haya sido auto infringido. Ella misma encontró el apunte en el año 2010. El dibujo, es conservado en la Biblioteca Bancroft, de la Universidad de California (Berkeley, EEUU), presenta dos perfiles del pintor: uno con oreja y otro con la sección del implacable tajo, del que sólo quedó el lóbulo.

Gabrielle la pastora se presume que también trabajaba en el Café de la Gare, propiedad de Joseph y Marie Ginoux, amigos de Van Gogh. El artista tenía una habitación allí, donde se quedó de mayo a septiembre de 1888, antes de empezar a habitar la Casa Amarilla, cerca del café. Abierto toda la noche, el libro cuenta que la clientela no era lo que se conoce por “selecta”. Tres meses antes del incidente, Van Gogh pintó un interior del establecimiento, titulado Café de la noche, del que explicó que trató de expresar la idea de que el café es un lugar donde se puede arruinar uno la vida. Amigos del pintor describían el local como una casa de citas, aunque no fuera un burdel. “De vez en cuando se ve a una puta sentada en una mesa, con su cliente”. Una pareja puede verse en su pintura, en la parte trasera de la sala. Todavía está pendiente de aclarar la relación entre Van Gogh y Gabrielle, quizá tan estrecha como para pensar en entregarle su oreja cercenada envuelta en un trapo.

Recientemente dos eruditos alemanes también han cuestionado si van Gogh fue el responsable del incidente con Gauguin. Hans Kaufmann y Rita Wildegans, en su libro Van Goghs Ohr: Paul Gauguin und der Pakt des Schweigens («La oreja de van Gogh, Paul Gauguin y el pacto de silencio», Berlín: Osburg, 2008), argumentan que fue este último quien cortó la oreja de van Gogh, y que lo hizo con una espada de esgrima durante una discusión. Ellos basan sus afirmaciones en una variedad de fuentes asociadas con el evento, incluyendo registros policiales, las propias cartas de Van Gogh, y teorías sobre la condición mental del artista para ese momento.

Según la teoría de Kaufmann y Wildegans, Gauguin y Van Gogh discutían sobre Rachel/ Gabrielle, la no prostituta y sobre cuál era la mejor manera de pintar. Cuando van Gogh se puso histérico ante la amenaza de Gauguin de dejar Arles, Gauguin blandió su espada de esgrima (era un esgrimista aficionado) y accidentalmente cortó parte de la oreja de su amigo. Los dos artistas ocultaron la verdad en sus declaraciones policiales, probablemente para proteger a Gauguin (y hundir a van Gogh?) de ser apresado.

Para respaldar su opinión, los autores señalan incoherencias en los registros policiales y declaraciones crípticas en las cartas de los artistas, aunque admiten que sus pruebas no son concluyentes en última instancia. La mayoría de los eruditos de van Gogh siguen sin estar convencidos, incluso si encuentran que la teoría es interesante y reconocen que Kaufmann y Wildegans han hecho un trabajo admirable analizando la evidencia documental.

En última instancia, el debate apunta al continuo interés y fascinación por van Gogh. Historias como esta forman parte de nuestro patrimonio cultural, tanto como las pinturas y dibujos del artista.

Gentileza:

Beatriz Genchi

Museóloga – Gestora cultural.

bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

Facebooktwitterredditpinterestlinkedinmail

Sé el primero en comentar en «Por una oreja – Por:.Beatriz Genchi»

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.


*