En los últimos días, distintas cámaras y federaciones empresarias se sumaron para pedir billetes de $2000, $5000 y $10.000 para abaratar costos
En marzo del año pasado los billetes que se retiraron de cajeros automáticos y por ventanilla podían llenar 1,5 piscinas olímpicas y pesaban 1500 toneladas, según la Asociación de Bancos Argentinos. Es decir que, antes de que los pesos lleguen a las billeteras, las entidades se enfrentan con el problema de manejar el volumen y el peso del papel, lo que está dando lugar a obras para poner a punto bóvedas o sumar espacios de guardado.
Fuentes de prensa de un banco que no quiso ser nombrado dijeron a LA NACION que el tema de los billetes -por el volumen que implica- generó la necesidad de ampliar los espacios de resguardo y para eso se realizaron obras en el tesoro general, en una sucursal que cumplía con las medidas de seguridad que solicitaba el órgano controlador.
En tanto, una fuente de otra entidad que también pidió la reserva de su nombre dijo a este diario que todos afrontan la problemática de la gran cantidad de efectivo, que no es solo el guardado, sino acomodarlos como exige el regulador. Por ejemplo, los de $100 por tipo de billete y por número de serie. “En caso de que vayan a destrucción, se suma otro proceso. Es decir, no solo es un tema de espacio. También de tratamiento del efectivo”, agregó.
Por último, una autoridad de un tercer banco relató que ellos todavía no acondicionan ni suman lugares porque tenían sitios disponibles por una fusión.
En los últimos días, distintas cámaras y federaciones empresarias se sumaron a los bancos para pedir billetes de $2000, $5000 y $10.000 para abaratar costos logísticos y poder operar con mayor seguridad.
En un comunicado, el presidente de la Federación de Comercio e Industria de la Ciudad de Buenos Aires (Fecoba), Fabián Castillo, explicó la complejidad que afronta el comercio en la administración de un volumen de billetes cada vez mayor, como consecuencia de la pérdida de valor del peso argentino.
“Transportar, movilizar, extraer cada vez más cantidad de billetes, además de generar complicaciones y gastos, provoca situaciones de inseguridad cada vez más frecuentes”, manifestó Castillo.
Según informó el Banco Central de la República Argentina (BCRA) el pasado 30 de diciembre, circulan en el país 8064 millones de billetes. De esa cifra, 3086,5 millones, es decir, un 38%, corresponden a billetes de $1000, y 1346,7 millones (16%) a billetes de $500. El resto de los billetes, de baja denominación, suman en conjunto 3631,4 millones de unidades.
Fecoba solicitó a las autoridades “la emisión billetes de mayor denominación, para mejorar el costoso manejo de la moneda para las entidades financieras, las pymes y la ciudadanía”.
Por su parte, el presidente de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios (CAC), Mario Grinman, dijo en diálogo con LA NACION que, sin ninguna duda, como mínimo debería haber billetes de $5000 y sería ideal también contar con billetes de $10.000.
“Desde su aparición, en noviembre de 2017, hasta ahora, los $1000 han perdido casi el 100% de su poder adquisitivo. Hoy para ir al súper tenés que llevar una bolsa de billetes. Logísticamente, es un desastre y algunas autoridades piensan en seguir con ese billete, pero cambiarle el diseño. En 2017 cubría casi la mitad de la canasta básica y hoy no llega al 6%. En 2017, con $1000 comprabas US$55,50 y hoy comprás US$2,70 en el blue. Algunos creen que si seguimos con baja denominación no nos damos cuenta del problema de la inflación”, aseguró.
Los bancos vienen desde hace años pidiendo públicamente por billetes de mayor denominación. Los argumentos son que esto haría más eficiente el sistema en cuanto al costo de traslado del dinero, de relleno de los cajeros automáticos, el conteo de los billetes y el almacenamiento en los tesoros de las entidades.
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