La dieta cetogénica (rica en grasas y baja en hidratos de carbono) puede ayudar a combatir un efecto secundario del tratamiento quimioterápico que reciben determinados pacientes con cáncer. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Fudan en Shanghái (China) lo observa así en experimentos con ratones, en un estudio piloto con cinco voluntarios y en datos obtenidos de 28 pacientes oncológicos.
La trombocitopenia (recuentos de plaquetas preocupantemente bajos) puede aparecer en uno de cada diez pacientes que reciben quimioterapia. Esta condición clínica se asocia con menor supervivencia y mal pronóstico de la enfermedad, pues en ocasiones hace necesaria una reducción de la dosis de quimioterapia, así como un retraso en las opciones quirúrgicas ante el elevado riesgo de hemorragias.
Los autores de esta investigación, que se publica hoy en Science Translational Medicine, se preguntaron si la alimentación cetogénica activaría a los genes formadores de plaquetas, y por lo tanto alejaría el efecto secundario del tratamiento oncológico. Este tipo de dieta disminuye los hidratos de carbono, por lo que el organismo se adapta para utilizar como fuente de energía la grasa y sintetizar cuerpos cetónicos.
La investigación ha recabado pruebas en tres frentes: por un lado, en el laboratorio los científicos constataron que al administrar dietas cetogénicas a ratones con cáncer de páncreas o de pulmón, los animales presentaban con menos frecuencia trombocitopenia inducida por el quimioterápico gemcitabina.
Por otro lado, en un estudio piloto con cinco voluntarios sanos que siguieron durante una semana la dieta cetogénica aumentó el recuento de plaquetas dentro de los niveles seguros. La dieta siguió una proporción estrictica de 4:1 ó 4 gramos de grasa por cada gramo de proteína más hidratos de carbono.
Además, recabaron datos retrospectivos de 28 pacientes con cáncer tratados con quimioterapia y observaron que en 11 de ellos que seguían una dieta cetogénica (pocos hidratos de carbono, un consumo moderado de proteínas y una ingesta mayor de grasas) se registraron recuentos de plaquetas más elevados y una menor tasa de trombocitopenia comparados con los 17 que seguían una alimentación convencional.
VALIDACIÓN EN ESTUDIOS MÁS AMPLIOS
Los investigadores del estudio advierten de que hace falta estudios clínicos a gran escala para validar el potencial de las dietas cetogénicas en el control de la trombocitopenia; no obstante, el autor principal del trabajo, Yunlong Yang, del Departamento de Medicina Genética y Celular de la Universidad de Fudan, concreta a este medio que «en varios estudios de casos clínicos se muestra la seguridad de la dieta cetogénica en pacientes con cáncer. Basándonos en nuestros resultados, personalmente, creo que la dieta cetogénica debería recomendarse a ciertos enfermos con cáncer. Por ejemplo, aquellos con riesgo potencial de trombocitopenia inducida por la quimioterapia».
Este especialista junto a la primera firmante del trabajo, Sisi Xie, del Primer Hospital Afiliado a la Universidad Médica de Fujian, en Longyan (China), confían en validar sus resultados preliminares en próximas investigaciones. «Vamos a reclutar a pacientes con cáncer para llevar a cabo un estudio clínico con la esperanza de determinar la proporción, el régimen y la seguridad de la dieta en el tratamiento de la trombocitopenia inducida por quimioterapia», apuntan en un email.
OBJETIVO: DEFINIR UNA DIETA QUE ‘APOYE’ AL TRATAMIENTO DEL CÁNCER
El profesor Yunlong Yang afirma que «un gran número de estudios preclínicos han mostrado el papel beneficioso de sustancias producidas por la actividad metabólica en el tratamiento de los tumores y sus complicaciones. Sin embargo, siguen faltando estudios clínicos de alta calidad. Creo que hay una fórmula dietética que puede tener un efecto terapéutico en un tipo particular de tumor o en una determinada complicación tumoral. Pero conocer su composición y su régimen óptimos requieren más investigación».
El trabajo de estos científicos sugiere además el mecanismo epigenético por el que la producción de cuerpos cetónicos redunda en el aumento de las plaquetas. En concreto, matizan estos autores, se trata de un «mecanismo de acetilación de las histonas en el impulso de la producción plaquetaria», a través de la acción de -hidroxibutirato, uno de los cuerpos cetónicos que potencia este tipo de dieta.
Precisamente un análisis publicado en Reviews in Endocrine and Metabolic Disorder, realizado por científicos españoles, se centraba en los mecanismos epigenéticos que se pueden producir en estas dietas asociados al desarrollo o prevención del cáncer.
Según explica a DM uno de los científicos, Manuel Macías-González, jefe del Grupo de Enfermedades Endocrinas del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima), del Hospital Virgen de la Victoria, en Málaga, «la mayoría de la evidencia preclínica respalda un efecto antitumoral de las dietas cetogénicas. Sin embargo, los datos clínicos no son claros, porque se han informado hallazgos contradictorios tanto a favor como en contra de los efectos inhibidores de tumores».
Junto a esos efectos antitumorales, los estudios también han aportado «hallazgos clínicos consistentes de reducción de glucosa en sangre, cetosis y ningún evento adverso grave o toxicidad, lo que respaldaría la seguridad de las dietas cetogénicas para pacientes con cáncer», continúa este investigador. «Además, hay algunos estudios que demuestran que la dieta cetogénica mantuvo un balence de nitrógeno positivo en pacientes con caquexia asociada al cáncer, lo que sugiere el potencial de este tipo de dietas para tratar las complicaciones catabólicas por la enfermedad. Sin embargo, además de tratar la masa tumoral per se, el tratamiento clínico de pacientes con tumores requiere una atención constante a las complicaciones asociadas al propio cáncer o al tratamiento».
Manuel Macías-González matiza que «aun teniendo en cuenta la seguridad de las dietas cetogénicas y el entorno metabólico desfavorable que crean para los tumores, el uso de la dieta cetogénica para tratar las complicaciones asociadas al cáncer puede tener un efecto multiplicador. En la actualidad, se pasa por alto en gran medida la investigación de la eficacia de las dietas cetogénicas para prevenir o tratar las complicaciones asociadas con el cáncer».
El científico recalca que «estudios clínicos han propuesto que las dietas que imitan el ayuno o dietas cetogenicas no tienen actividad terapéutica cuando se usan como agentes únicos en pacientes con cáncer y sugieren que los beneficios potenciales de estas dietas deben buscarse en combinación con otros enfoques, como quimioterapia, inmunoterapia, radioterapia u otros tratamientos«. Así, el refuerzo de la dieta representaría una «estrategia potencialmente prometedora para aumentar la eficacia del tratamiento, prevenir la adquisición de resistencia y reducir los efectos secundarios».
EL EFECTO POSITIVO DE LOS CUERPOS CETÓNICOS
Otra de las autoras de la revisión, Ana Belén Crujeiras, jefa del grupo de Epigenómica en Endocrinología y Nutrición del Instituto de Investigaciones Sanitarias de Santiago (IDIS) del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), apunta a DM que «existen evidencias científicas tanto en modelos animales como en líneas celulares de cáncer de que los cuerpos cetónicos que se generan con una alimentación cetogénica tienen propiedades antitumorales y también promotoras del sistema inmunológico. Los cuerpos cetónicos reducen el crecimiento celular y aumentan la sensibilidad de las células cancerosas a las terapias estándar contra el cáncer, como la quimioterapia y la radiación, protegiendo al mismo tiempo a las células normales de los efectos secundarios de los tratamientos citotóxicos». El beneficio de este tipo de dietas se ha evidenciado «en tumores cerebrales y también en cáncer de colon, pulmón, mama, páncreas, próstata y estómago», señala.
La científica coincide con la advertencia de que esos resultados obtenidos en modelos experimentales y líneas celulares son «bastante esperanzadores», pero «se necesitan estudios con un número de pacientes grande para poder concluir que se debería recomendar una alimentación cetogénica en los pacientes con cáncer».
En el grupo de investigación de Ana Belén Crujeiras, trabajan precisamente en esta línea de investigación. En octubre, publicaron en Clinical Nutrition evidencias de que una dieta cetogénica muy baja en calorías es un tratamiento eficaz y seguro en la obesidad y estos beneficios se relacionan con propiedades sobre la inmunidad y la regulación epigenética.
«Por otro lado, sabemos también que la obesidad es un factor de riesgo muy relevante de cáncer. Así, estamos llevando a cabo un estudio para poder observar el efecto de un tratamiento basado en una dieta cetogénica muy baja en calorías en mujeres con cáncer de mama y obesidad durante el tratamiento anticáncer de manera que podamos demostrar si la pérdida de peso y la cetosis nutricional son capaces de mejorar la respuesta al tratamiento, el pronóstico y la supervivencia de la mujeres con cáncer de mama y obesidad y revertir las marcas epigenéticas asociadas al desarrollo tumoral en personas con obesidad».
Fuente:https://www.elmundo.es/ciencia-y-salud/salud/2022/11/30/63879ade21efa0fd568b45a2.html
Sé el primero en comentar en «La dieta cetogénica puede combatir la bajada de las plaquetas en pacientes en quimioterapia»