«Hubo un intento masivo de desacreditarnos, muy pocos nos creyeron», aseguró Miriam Lewin, la periodista que encabezó la investigación del programa televisivo que hace 20 años reveló los abusos a niños por parte del cura y extitular de la Fundación Felices los Niños, Julio César Grassi, quien cumple una condena de 15 años de prisión por esos delitos.
En diálogo con Télam, Lewin recordó cómo fue la experiencia en la investigación que marcó un antes y un después en las denuncias de abuso eclesiástico tras muchos años de juicio, amenazas, disputas en los medios y un fuerte compromiso por parte de los denunciantes.
Lewin, que trabajaba desde 1997 en el programa televisivo Telenoche Investiga, encabezó un trabajo de un año y medio que culminó con la emisión del 23 de octubre de 2002 donde en horario central se presentaron varios testimonios de víctimas y de trabajadores de la Fundación que denunciaban los abusos sexuales de Grassi.
«Cuando se publicó la investigación empezaron las represalias de varios medios afines a Grassi como Ámbito Financiero o Canal 9, que era de Daniel Hadad. Hubo un intento masivo de desacreditar a Telenoche, muy pocos nos creyeron»Miriam Lewin, periodista
«Todo surgió porque un colega del Diario de Morón me contó que había una denuncia por abuso contra Grassi que estaba cajoneada en la Justicia. Al mismo tiempo empezamos a recibir al teléfono del programa llamadas de personas que decían ser testigos de abusos sexuales realizados por el padre. A partir de eso con mi compañera Irene Bais estuvimos dedicadas al 100% a esta investigación», contó la periodista.
Lewin, que llevó el caso al programa periodístico que conducían María Laura Santillán y Juan Miceli, recordó que «la figura de Grassi era impoluta en ese momento; nos resultaba inconcebible que fuera verdad pero vimos que estas personas que denunciaban no se conocían entre sí, entonces empezó a tomar forma».
Grassi era un cura que había adquirido una gran notoriedad pública cuando comenzó con la Fundación Felices Los Niños gracias al subsidio de 4 millones de dólares y el terreno de 65 hectáreas en el partido bonaerense de Hurlingham (por entonces Morón) que le cedió en 1993 quien era ministro de Economía, Domingo Cavallo.
Era común ver al cura en programas de TV encabezando campañas de donaciones, ya que llegó a tener 17 hogares distribuidos en todo país por los que transitaron más de 6.000 niñas y niños, a la vez que iba aceitando sus conexiones con el poder político y económico de la época.
«Los denunciantes tenían mucho miedo de identificarse, algunos hasta se creaban mails falsos para poder hablar, pasaron meses hasta que accedieron a encontrarnos personalmente», contó Lewin sobre los testimonios que narraban cómo el cura seleccionaba a menores de edad varones, los llevaba a dormir a su cuarto y los aislaba de los demás chicos de la Fundación para abusar de ellos.
Allí el caso que se destacó fue el de Gabriel -nombre que se dio al joven para proteger su identidad- quien contó cómo había sido obligado a mantener relaciones sexuales con el cura en 1998 cuando tenía 15 años.
«Gabriel había sido entrevistado y nos había dicho que él había visto como el cura se lo hacía a un compañero. Cuando lo entrevistamos estaba en situación de calle y tenía alrededor de 19 años. A los seis meses nos llamó nuevamente y nos dijo que estaba angustiado y que no nos había contado la verdad. Ahí fue que nos relató la verdadera historia», recordó.
«Después de poner al aire la investigación recibimos mensajes de oyentes que llorando nos contaban que los habían abusado en instituciones religiosas. Se empezó a visibilizar la problemática, muchas personas se atrevieron no sólo a contarlo públicamente sino a ir por la vía judicial»Miriam Lewin, periodista
Una vez que la investigación se difundió, tanto el programa como el equipo de periodistas fueron desacreditados por varios medios y sufrieron demandas judiciales, mientras que las amenazas y los amedrentamientos persiguieron a testigos y profesionales que trabajaron para la querella.
«Cuando se publicó la investigación empezaron las represalias de varios medios afines a Grassi como Ámbito Financiero o Canal 9, que era de Daniel Hadad. Hubo un intento masivo de desacreditar a Telenoche, muy pocos nos creyeron», aseguró Lewin y recordó cómo en la causa judicial hubo un «sinfín de presiones, robos, aprietes e intento de soborno» que hicieron que Ezequiel, uno de los chicos abusados, retirara su denuncia inicial, aunque luego en el juicio volvió a contar la verdad.
En junio de 2009 el Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Morón condenó a 15 años de prisión a Grassi por dos hechos de abuso sexual y corrupción agravada de menores, y se ordenó su detención en la Unidad Penitenciaria Número 41 de la cárcel de Campana, provincia de Buenos Aires.
«Después de poner al aire la investigación recibimos mensajes de oyentes que llorando nos contaban que los habían abusado en instituciones religiosas. Se empezó a visibilizar la problemática, muchas personas se atrevieron no sólo a contarlo públicamente sino a ir por la vía judicial», valoró Lewin, que actualmente se desempeña como Defensora del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual.
«Para mí fue un punto de inflexión en mi carrera, fue un largo compromiso con esta causa», contó la periodista, cuya investigación fue citada al final de la película estadounidense «Spotlight» de 2015, que cuenta como periodistas del diario The Boston Globe denunciaron casos de abuso de sacerdotes del estado de Massachusetts.
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