Ausente en el escenario, la vicepresidenta estuvo omnipresente en las remeras, banderas y cánticos de los militantes que pidieron su candidatura para 2023
“Si la tocan a Cristina, qué quilombo se va armar”, cantaban los militantes de La Cámpora mientras avanzaban hacia la Plaza de Mayo. En medio de la columna que comenzaba a amontonarse sobre Diagonal Norte caminaba un hombre delgado y alto, que vestía la camiseta del seleccionado de fútbol, llevaba una bandera atada al cuello, y el pelo, totalmente rapado a los costados, estaba teñido enteramente de celeste. Mientras se escurría entre los manifestantes levantaba un cartón. “Calcos a $100″, decía: todas imágenes de Cristina Kirchner en diferentes situaciones y posturas, algunas de ellas acompañadas con la frase “gracias por tanta magia”.
A pocos metros del Obelisco, parado en la esquina de la avenida 9 de Julio por donde doblaban los manifestantes para enfilar hacia la avenida Roque Sáenz Peña, otro vendedor ofrecía la bandera de la vicepresidenta por $500: en este caso, Cristina Kirchner saludaba montada sobre una bandera argentina, acompañada por un corazón rojo que adentro decía “2023″ y se cerraba con la inscripción “Yo amo a CFK”.
“Somos soldados del pingüino. Llevamos la doctrina del General Perón. Lo que yo siento por este movimiento se defiende en la calle, poniendo el corazón”, continuaba la canción de los militantes camporistas, acompañada por bombos e interrumpida cada tanto por bombas de estruendo. Todos llevaban la bandera de la agrupación que conduce Máximo Kirchner, con notas al pie para marcar el distrito o el organismo público de procedencia.
No faltaban tampoco quienes sumaban al conjunto pecheras o gorras para identificar otras procedencias. “Achával”, por ejemplo, se destacaba en el grupo llegado del municipio de Pilar, en referencia al intendente Federico de Achával. Tampoco faltaron quienes personalizaron sus prendas: “No jodan con Cristina”, decía en letras negras la remera de una mujer de 30 años. Su amiga llevaba una remera similar pero había elegido otra frase vicepresidencial: “Si naciera 20 veces, 20 veces te votaría”.
El nombre de la vicepresidenta volvió a copar los cánticos cuando su hijo, diputado y presidente del PJ bonaerense, habló desde el escenario montado en el centro de la Plaza de Mayo. Al empezar su discurso, Máximo Kirchner dijo que quería acercar “el saludo y el abrazo de la compañera Cristina” para cada uno de los presentes, que contestaron cantando: “Cristina presidente”.
“Qué lindo que es cuando las compañeras y compañeros cantan más allá de los nombres, qué lindo que es escucharlos cantar con esperanza”, intentó bajarle el tono el diputado.
Minutos antes, el secretario general de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, también había remarcado el liderazgo de la vicepresidenta. “Así como tuvimos a Eva y a Perón, tuvimos al compañero Néstor Kirchner, el primero que se animó a ponerse de pie. Después vino la compañera Cristina Kirchner. Esa compañera que nos representa, que nos interpreta. Es la conducción de nuestro frente y marca el futuro por el que tenemos que ir. Siempre con la movilización, con la lucha”, afirmó, parado sobre el escenario de espaldas a la Casa Rosada.
En la pared de un edificio de la calle Bolívar, un grupo de militantes montó un “muro” para dejarle mensajes a la vicepresidenta, en cartelitos autoadhesivos de colores. “Te amo siempre”, decía un post-it rosa. En otros, de color verde, naranja o amarillos, se podía leer: “Nada sin Cristina”, “lealtad a Cristina”, “fuerza Cristina, gracias por el amor” y “Cristina 2023”. El muro fue montado por la organización “Aguante las pibas”, bajo un cartel que prometía “CFK 2023″, acompañado por una imagen de Cristina Kirchner con la banda presidencial, otra de la exmandataria firmando el decreto que promulgó la ley de matrimonio igualitario y una computadora del Plan Conectar Igualdad.
Un colectivo, dos actos, dos banderas
El particular colectivo blanco y celeste del “Peronismo de la Ciudad”, siempre presente en las marchas del peronismo, también intentó remarcar la figura de la vicepresidenta. Pero a diferencia del acto de la CGT de agosto pasado, donde el colectivo apareció con las ventanas totalmente tapadas por una bandera de Suterh, el sindicato de encargados de edificios que comanda el empresario Víctor Santa María, en la Plaza de Mayo el micro se dejó ver vestido por otra tela, que proclamaba: “Todos con Cristina”.
En el techo del colectivo, sin embargo, permanecía un busto de Alberto Fernández, un poco más grande que el matrimonio Kirchner. Una estructura que se montó en otros años más “albertistas” dentro del oficialismo. Junto a Fernández y los Kirchner se intercalaban las figuras de Juan Manuel de Rosas, Mafalda, Mercedes Sosa y Charly García, entre otros.
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