Durante poco más de una hora cuestionó ante el tribunal la legitimidad del juicio y dijo que los fiscales deben ser investigados y juzgados; planteó que tras el ataque del que fue víctima se dio cuenta de los efectos del clima que generaron la Justicia y los medios; también afirmó que hay autores intelectuales no identificados
“Yo me siento en estado de indefensión, me siento intranquila en este país y con este Poder Judicial”, dijo la vicepresidenta Cristina Kirchner al finalizar su alegato de defensa ante los jueces del Tribunal Oral Federal 2, durante el cual responsabilizó al Poder Judicial y a los medios de comunicación por el atentado que sufrió el 1 de septiembre pasado en la puerta de su casa. Además pidió investigar a los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola por prevaricato.
En una exposición que duró una hora y 15 minutos y que tuvo un carácter más técnico que en su última intervención en las redes, la vicepresidenta, acusada de liderar una asociación ilícita y por el delito de administración fraudulenta contra el Estado, utilizó argumentos jurídicos para refutar la acusación en su contra y para decir que este juicio oral es ilegítimo. Su punto central fue que los actos de gobierno no son judiciables. “Eran actos administrativos que tenían lugar en la provincia de Santa Cruz”, dijo, para señalar también que los hechos ya fueron juzgados por la justicia de Santa Cruz, un planteo que reeditó su abogado Carlos Beraldi a lo largo del alegato. Y pidió al Tribunal que se extraigan testimonios de las que calificó como “las mentiras de los fiscales” para que ellos sean investigados por prevaricato.
“Quiero hacer un formal pedido a este tribunal para que al finalizar las audiencias se extraigan testimonios de todas y cada una de las mentiras de los fiscales contrastadas con la prueba documental, pericial y testimonial”, pidió al tribunal. Cristina Kirchner se dirigió durante el alegato a los jueces Jorge Gorini, Andrés Basso y Rodrigo Giménez Uriburu así como también a los fiscales Diego Luciani y Sergio Mola. Les reprochó que no la dejaran responder a la acusación de Luciani cuando ella planteó que introdujo hechos nuevos -los mensajes de José López que no habían sido debatidos en el juicio- y dijo que ahora solo podía hablar en su defensa porque es abogada.
“Fuimos elegidos por el pueblo, no podemos ser nunca una asociación ilícita”, sintetizó Cristina Kirchner, con tono enérgico, en una frase que condensa su pensamiento.
Y lanzó una chicana al fiscal: “Si un gobierno es una asociación ilícita, ¿qué pasa con todo lo acontecido durante 12 años en la República Argentina? Todos los actos de la asociación ilícita son ilegítimos, dice la teoría de los frutos del árbol envenenado. Entonces el fiscal no podría estar en esta causa porque se lo firmé yo, la jefa de esta asociación ilícita”
“¿Siempre actuó así el poder judicial con un presidente? No”, agregó. Y recordó el antecedente del expresidente Fernando De La Rúa, que afrontó una causa penal por los muertos y heridos en diciembre de 2001 y por la que fue sobreseído. Citó los fallos que en distintas instancias sobreseyeron a De La Rúa por considerar que él podía no tener conocimiento de lo que estaba ocurriendo en la Plaza de Mayo. Criticó a Luciani por decir que ella no podía desconocer lo que ocurría en Santa Cruz.
Sobre el final del alegato Cristina vinculó a los procesos judiciales en su contra y a los medios de comunicación por la violencia ejercida en su contra cuando Fernando Sabag Montiel intentó pegarle un tiro en la puerta de su casa. “Cuando el fiscal Luciani terminó su alegato tan histriónicamente ese día, con pantalla partida y la puerta de mi casa, Fíjese [dijo dirigiéndose al juez Gorini] que la única puerta que se conoce en la República Argentina es la de Juncal y Uruguay. La única casa que se conoce es la de Juncal y Uruguay, ahí mismito donde me quisieron pegar el tiro”, dijo.
Y continuó: “Ese día el fiscal terminaba su alegato y sabemos ahora por las noticias, y por los mensajes, que la banda de autores materiales, que nadie puede pensar que esa banda planificó ideó la autoría intelectual de lo que me hicieron, el intercambio de esos dos jóvenes dijo se les acabó la joda. Esto crea un clima. Cuando se habla de toneladas de prueba, yo tengo treinta toneladas de Clarín y de La Nación y de algunas otras revistas semanales, en donde se va creando y se va estigmatizando a una persona que no por casualidad tampoco es mujer”.
Se refirió, sin nombrarlo, a que Nicolás Carrizo, denominado el “jefe de los copitos”, tiene como abogado a un penalista que era asesor del senador de Pro Ignacio Torres, y a una abogada que era asesora de la diputada de Pro Karina Bachey. “¿Cómo se sentiría usted doctor Gorini si le pasara lo mismo que me pasó a mí, si los defensores de alguien que intentó matarlo son peronistas?”, dijo .
Horas antes de la exposición de la vicepresidenta, su abogado Carlos Beraldi habló en el juicio sobre las demoras y las redeterminaciones de precios en las obras adjudicadas a Báez. Dijo que su defendida no tenía injerencia sobre las decisiones relacionadas con esas obras. Beraldi cerrará el alegato y el juicio será reanudado la próxima semana con el alegato de la defensa de José López.
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