San Rafael, Mendoza viernes 19 de abril de 2024

Precursores del delivery – Por:. Beatriz Genchi

Era como tener las góndolas del supermercado en la puerta de casa. Y cada vendedor mantenía una especialidad: el panadero con su silbato anunciando su pan caliente, el vendedor de pollo, el verdulero, el pescador, el mimbrero, el sodero y así sucesivamente con todos los rubros.

El carro podía ser abierto, como el del lechero que llevaba sus tarros de 20 litros encastrados en una tabla con agujeros para evitar que se volcaran. Después, tenía los jarros con la medida que pedía el cliente, desde un litro hasta un cuarto.

Con los años aquello también se modificó y cuando la leche llegaba en verdes botellas de vidrio con la boca cubierta por una tapita de aluminio, el carro también apareció cerrado y forrado en su interior con chapas de zinc galvanizado. Así también era el carro del hielero que llevaba las barras envueltas en arpillera y, con un serrucho, cortaba la medida solicitada, nunca menos de un cuarto de barra.

También eran abiertos los carros del sodero o del mimbrero. En el primero, los sifones iban, de a seis, en cajones de gruesa madera. Sobre la caja plana, también de madera, se apilaban aquellos cajones. En el otro, una montaña de sillas, sillones hamaca, cestos, canastos, cunas, bandejas, paneras y otros artículos fabricados con el mimbre que llegaba desde el Tigre tapaban el carro hasta insospechadas alturas que rozaban las ramas de los árboles.

Muchos verduleros y fruteros tenían un pequeño carrito con dos varas de madera para llevarlo empujando. Y también estaban los otros que portaban una gran canasta de mimbre donde transportaban su mercadería, a saber: quesos y salamines; churros o facturas; huevos y hasta artículos de mercería o madejas de lana, productos que no tenían que ver con los alimentos, pero que las «amas de casa “requerían.

Las calles siempre estaban habitadas por vendedores ambulantes, pero también por otros oficios callejeros. Tal vez no tan conocidos (o detectados por acá) pero podemos saber que 1913 en San Antonio, Texas circulaba un conocido mensajero de quince años de edad y su trabajo consistía en llevar mensajes de ida y vuelta especialmente entre una prostituta en la cárcel y su proxeneta.

También ambulaban niños de 8/10 años vendedores de chicles cerca del Teatro Nacional en Washington de 1921, que habitualmente corría la policía por ser menores trabajando.

Los puestos fijos desataban algunos conflictos como lo reflejaban los diarios de la época, donde el presidente de la Compañía Nacional de Frutas, envió varias cartas de protesta a los comisionados de distrito solicitando que la policía dejara de molestar a los comerciantes de frutas ya que no les permitían estacionar sus carros en la calle para vender su mercancía. En sus escritos exponía las quejas de los vendedores ambulantes (que no, eran ambulantes) en ocasiones detenidos por la policía al estacionar los carros y pidió un poco de permisividad para esta situación. También argumentaba la incongruencia de la concesión de licencias para el ejercicio de la actividad para que luego se les impidiera hacerlo y afirmó que los vendedores ambulantes comercializaban el 70% de las frutas y hortalizas locales y a un precio más bajo que en los comercios tradicionales. Cualquier parecido con la realidad…

Y hasta existía mayor sofisticación. Como un camión de reparto de lácteos de Walker Electric Truck Model P. vehículos a batería construidos entre 1907 y 1942 en Chicago, Illinois y Detroit, Michigan .Con una autonomía de 80 a 90 kilómetros que alcanzaba una velocidad de 20 km por hora y se utilizaba para servicios locales. Y la refrigeración con hielo seco era capaz de mantener la mercadería fresca durante todo el día y es el mismo método que hoy en día sigue siendo utilizado por una gran cantidad de vendedores ambulantes.

El vendedor de maní (niños), llevaban empujando el carrito por las calles de Wilmington, Delaware, el de flores, un expendido de bebidas como un bar a cielo abierto…

Otros caminantes de la calle de Nueva York, un cuerpo de policías que George Washington creó en 1915 para patrullar los parques en el distrito de Columbia y han estado en servicio activo desde entonces. Hoy en día son una unidad dependiente del Servicio de Parques Nacionales del Departamento del Interior.

El barrio donde se encontraba el vendedor de almejas era el famoso Five Points, donde Al Capone mismo era un miembro de la banda. Un barrio pobre, conocido principalmente por sus bandas irlandesas e italianas. Fue aquí donde Martin Scorsese grabó parte de la película “Gangs of New York”.

Pero volviendo a los proveedores locales y sus carros, a los que se podría denominar como pioneros del delivery, los que quedaron grabados en la memoria de los porteños fueron aquellos que hacían el reparto de la Panificación Argentina. Eran unas jardineras con dos ruedas y un techito característico bajo el que estaba el asiento del vendedor. En la parte interna estaba dividido con casilleros de madera donde llevaba el pan característico de esa firma: la flauta larga (parecida a la baguete francesa), el redondo y el lactal. La fábrica (estaba en el barrio de Caballito) tenía una casa central en Bélgica, ya que los primeros capitales eran de ese origen. Inclusive, las maquinarias originales y los primeros carritos se trajeron desde Bruselas. Al principio estaban pintados de rojo. Después le agregaron el blanco. Por su trayectoria, aquella empresa figura en los recuerdos de muchos argentinos.

Gentileza
Beatriz Genchi
Museóloga-Gestora cultura.
bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn-Chubut.

 

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