Imágenes de archivo de los principales referentes de las centrales sindicales.NA: José Scalzo.
Tras la convocatoria de la CGT al 17 de agosto, la CTA marchará el martes 26 en el marco de un nuevo aniversario del paso a la inmoratalidad de Eva Perón. Mientras tanto, Unidad Piquetera y la UTEP lo harán el miércoles 27.
«¡Donde hay una necesidad hay un derecho¡ Ahora quieren que renunciemos al legado de Eva. !Aquí nadie se rinde! El martes la calle les va a mostrar que no van a poder con el pueblo», expresó el titular de la central, Hugo Yasky desde sus redes sociales haciendo pública el llamado a manifestarse.
La movilización del 26 se da en un contexto económico complejo, fuertemente marcado por el alza del dólar paralelo y las escalada del riesgo país, y a la espera de nuevos anuncios económicos. A su parte, Alberto Fernández, responsabilizó al campo de especular y no liquidar divisas «cuando el país más los necesita».
«La Argentina sigue creciendo en un contexto que pone otros desafíos: enfrentar la inflación, a los que especulan con el dólar, a los que guardan 20 mil millones de dólares en el campo y no los liquidan esperando una mejor rentabilidad cuando el país los necesita», expresó el mandatario el pasado viernes desde el Museo del Bicentenario.
En la misma línea, la central conducida por el diputado del Frente de Todos manifestó que la Marcha de Antorchas apunta a potenciar «la unidad del campo popular» ante «los intentos de desestabilización», camino a la movilización del 17 de agosto.
«Ante los intentos de desestabilización de los que promueven corridas cambiarias y aumentos abusivos en los precios, ante los especuladores que quieren beneficiarse a costa de la zozobra de las mayorías, es necesaria la unidad del campo popular en las calles», reza el comunicado de prensa.
El vuelco de las centrales a la calle preocupa al Gobierno que, dejó en stand by su interna política con la intención de recomponer la economía, en crisis desde la salida del exministro Martín Guzmán. El pasado sábado, se produjo un nuevo cónclave que tuvo como protagonistas al Presidente junto a la vice, Cristina Kirchner, en la quinta de Olivos para analizar posibles soluciones.
Con un poco más de intensidad que la CGT -sus dirigentes se cuidaron de aclarar en reiteradas oportunidades que la marcha del 17 no es «ni a favor ni en contra» del Gobierno- la CTA sale a reivindicar a Eva Perón, a quién define como «la que nunca dudó en enfrentarse a los poderosos para defender los derechos de los humildes».
Más allá de las aclaraciones, los dirigentes sindicales se ven en la obligación de llamar a acciones en las calles producto al incipiente desborde de las bases. «El único antídoto frente a los que buscan quebrar las esperanzas con las que en 2019 elegimos un gobierno popular es el pueblo movilizado», agregaron desde la CTA.
De cara a la movilización de ambas centrales, Yasky argumentó para El Diario Argentino: «No es cierto que en medio de las crisis económicas todos los sectores de la sociedad sean perjudicados. Los sectores dominantes esos que no requieren de elecciones para hacer sentir su poder, ganan aún cuando a las grandes mayorías nos va mal. Por eso agitan las crisis, las provocan, las generan con sus acciones. Cuando, además hay un gobierno popular, esos movimientos de desestabilización económica persiguen adicionalmente un fin político».
Una nueva movilización piquetera
El sector más radicalizado ante la crisis es el movimiento piquetero que, tras largos debates entre la rama oficialista y la opositora al Gobierno, convocó a una movilización de conjunto para el miércoles 26 de julio a Plaza de Mayo.
Luego de varias reuniones, Eduardo Belliboni, dirigente del Partido Obrero, logró acordar con referentes oficialistas como Juan Grabois y Juan Carlos Alderete medidas de lucha conjuntas, a pesar de levantar diferentes reclamos.
El titular del MTE pelea por un objetivo clave: el Salario Básico Universal, que no cuenta con el respaldo del conjunto del oficialismo. A pesar de que desde Presidencia aseguraron que está en estudio junto con diversas medidas de asistencia, aclararon que no dan las cuentas para efectivizarlo.
A su parte, Belliboni se manifestó en contra de la renta universal al argumentar que «es más bajo que el Potenciar Trabajo y no está relacionado con el salario», por eso exige la apertura de programas sociales, un bono de $20 mil y salario mínimo de $100 mil.
A pesar de las diferencias, hay nueva convocatoria para la semana entrante, el día después de la movilización de la CTA.
Escrito por Sofía Rojas
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