“Ni las SIMI del BCRA funcionan, porque están actualizando su propia página”, coincidieron pasado el mediodía desde otra entidad.

Incluso desde el Central admitieron que las operaciones de venta vinculadas con importaciones probablemente “no cursen hasta tener ajustados sistemas”, aunque la expectativa era que todo se comience a regularizar al final del día.

Pero en la última parte de la jornada, y con la página oficial para validar ya operativa, se comenzaron a cursar algunas operaciones, en especial las que estaban prepactadas.

Por lo pronto, el bloqueo a la demanda importadora verificado hasta casi una hora del cierre de mercado generó las condiciones para que el BCRA compre unos US$252 millones de los US$608,7 millones operados por la plaza cambiaria oficial de contado.

Esto quiere decir que se quedó con algo más del 41% de los dólares operados, en tanto que otro 20% se destinó a satisfacer el pago de importaciones de energía, según confiaron fuentes oficiales.

Se trata de la segunda mayor compra oficial del año y la de mayor envergadura en más de tres meses y medio. Precisamente el antecedente más inmediato son los US$299 millones que comprara el 7 de marzo, cuando comenzó a regir la norma que ataba la demanda importadora a las licencias automáticas expedidas por el ministerio por entonces comandado por Matías Kulfas.

“La imposición de la nueva normativa restringió la demanda de divisas y permitió al BCRA terminar su participación de hoy con compras por algo más de US$250 millones”, coincidió en describir el operador y analista Gustavo Quintana, de PR Cambios.

La estimación que se maneja en el Gobierno es que las medidas recortarán la demanda importadora en hasta US$1300 millones por mes. Eso, estiman, generaría las condiciones para que el Banco Central (BCRA) recupere la posibilidad de comprar divisas por al menos US$500 millones al mes en el próximo trimestre.

Además, el bloqueo de hecho a la demanda impuesto hoy en buena parte de la rueda, permitiría a la entidad recortar sensiblemente el saldo negativo por US$600 millones que venía acumulando por sus intervenciones en el mes, aunque no serviría para evitar que cierre el peor junio de los últimos cuatro años al respecto, algo inaudito en un período habitualmente propicio para la acumulación de divisas por la venta de la cosecha agrícola. De hecho, con la recompra del día ya lo recortó a unos US$350 millones.

El “ahorro” no le alcanzaría para cumplir con le meta “revisada” de acumulación de reservas contemplada en el acuerdo con el FMI (que bajó de US$4100 millones a US$3450 millones), por mucho que contemple los US$700 millones recibidos de organismos que permite el entendimiento, dado que entre abril y mayo sólo consiguió sumar US$945 millones por la vía de recompras. Pero le ayudaría a bajar el desvío.

“Las grandes empresas tendrán acceso al mercado oficial para pagar importaciones equivalentes al 105% de las realizadas el año pasado; mientras que para las pymes es de 115%. Quedan exceptuadas las compras de medicamentos, energía y bienes de capital. Los bienes de lujo van a tener que ser financiados a un año, por lo tanto su costeo será al dólar MEP. El diferencial entre 105% y 115%, según el tipo de empresa, deberá ser financiado a 180 días o cancelado con dólares propios. Con esto se busca detener el sobrestock a un dólar retrasado y preservar reservas. Pero a la vez implica un reconocimiento de un dólar mayor al oficial”, explica Walter Morales, presidente de Wise Capital.

Desde el BCRA insisten que el nuevo esquema no busca una “caída” en el nivel de importaciones, sino que propicia mecanismos para financiar una parte de esas compras. “Se busca impulsar la recuperación del crédito comercial que la Argentina vio caer significativamente como efecto de la pandemia por Covid 19″, insisten en señalar. Y confían en que la operatoria cambiaria se vaya normalizando “con el correr de los días”.