San Rafael, Mendoza jueves 26 de diciembre de 2024

Langosta, comida de pobres – Por:.Beatriz Genchi.

Durante la era colonial estadounidense, las langostas se consideraban «carne basura» y eran comidas para sirvientes, prisioneros y familias pobres que no podían pagar nada más. Incluso las tribus indígenas que vivían cerca de la costa usaban langostas como fertilizante o cebo para peces en lugar de consumirlas.

El político de Kentucky del siglo XIX, John Rowan, dijo una vez: «Las conchas de langosta en una casa se consideran signos de pobreza y degradación». Era común que las personas enterraran los caparazones de langosta en su patio trasero para evitar que sus vecinos los vieran.
En una ciudad de Massachusetts, los sirvientes contratados incluso demandaron a sus dueños porque les estaba dando demasiada langosta. Ganaron la demanda y entendieron que solo podían ser alimentados con langosta, a lo sumo, tres veces por semana.

Las langostas tenían tan mala reputación porque eran extremadamente abundantes. Los primeros colonos podrían simplemente caminar hasta la costa y recogerlas porque se arrastraban a la costa en masa. Tampoco ayudó al gusto por ellas que durante este tiempo, la gente comía langosta al asarla por completo y comerla como una pasta o estofado.

A principios del siglo XIX, las personas pagaban 53 centavos por libra de frijoles horneados en Boston y pagaban solo 11 centavos por una libra de langosta. Era bastante común que se le sirviera a los gatos.

Hacia finales del siglo XIX, la opinión pública comenzó a cambiar. A medida que los ferrocarriles comenzaron a expandirse en todo Estados Unidos, las compañías ferroviarias decidieron servir langosta por su precio y por ser abundante y en gran parte desconocida para los pasajeros del interior que la encontraban deliciosa y exigían más. Fue durante este tiempo que la carne de langosta también se estaba enlatando y vendiendo en todo el país, lo que impulsó la demanda aún más.

En la década de 1920, había menos langostas, pero la demanda continuó aumentando. En la década de 1950, la langosta había consolidado su condición de manjar y se había convertido en algo que comían las estrellas de cine, los ricos y tal vez hoy, alguno que otros de nosotros…

Solo me pregunto que tuvimos que ver en el tema que las langostas ya no arriben a la costa, en masa.

Gentileza

Beatriz Genchi.

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

beagenchi@hotmail.com

Puerto Madryn – Chubut

 

 

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