San Rafael, Mendoza jueves 25 de abril de 2024

El ABC de la Espeleología. No apto para eruditos Parte 3. Paisaje kárstico hipogeo y espeleotemas. Por: Carlos Benedetto

Esta comunicación arranca con una foto que no está editada, la de la Gruta de Aguas Doradas en Barker, Buenos Aires, no muy lejos de Tandil. Es una cavidad que consiste en una sola sala redonda de unos 30 metros de diámetro, ocupada por agua en cuya superficie hay elementos orgánicos e inorgánicos que le dan ese color cuando entra el sol de la boca de acceso, desde donde se tomó la imagen. No muy lejos de allí un espeleólogo francés descubrió algo parecido, pero en plateado, por lo que la cueva fue bautizada Gruta de Aguas Plateadas.

Nos ilustra sobre cómo en el interior de las cuevas hay cosas que no podemos ni imaginarlas en nuestra vida cotidiana, y que superan a todas las teorías sobre los espíritus y enanitos verdes que las habitan. El “mundo subterráneo” es realmente otro mundo.

Habíamos quedado entonces en que las cavernas pseudo kársticas se formaron una vez, hace mucho, pero que las cavernas cársticas aún se están formando, como la Cordillera no se elevó, sino que se sigue elevando aún hoy. Las cavernas evolucionan

En la entrega anterior (https://piramideinformativa.com/2022/05/el-abc-de-la-espeleologia-no-apto-para-eruditos-parte-2-el-paisaje-karstico-epigeo-por-carlos-benedetto/) vimos cómo acceder al paisaje hipogeo haciendo un reconocimiento del paisaje epigeo. Y vimos que en el caso de las cuevas kársticas, es el agua que se infiltra por los estratos de la roca y por las diaclasas. Así, se forman salas, galerías, gateras (por donde sólo se puede andar en cuatro patas) y después esas mismas aguas tienden al rellenado de las mismas cavidades que formaron.

Los espeleotemas se clasifican según desde dónde se forman, si desde el techo (cenit), desde el suelo (pavimento) o desde las paredes. Luego hay combinaciones de todas ellas… La figura 3 nos permite repasar el tema de cómo trabaja la cueva en sus etapas de vida.

  En una primera etapa , vemos en el corte, hay ingreso de agua mediante orificios muy pequeños, hasta tal punto que las cuevas están anegadas por completo y son muy pequeñas para la exploración. Luego el agua va agrandando el canal que recorre, y por lo tanto va ganando espacio hacia niveles inferiores. Al hacerlo, las galerías ya no están inundadas y eso permite que al menos en el techo se empiecen a formar estalactitas. En la tercera parte de la figura 3 ya vemos, hacia la izquierda, las primeras formas del “rellenado”. En la figura 4 se ven las cuatro etapas del agua subterránea. En el cuadro superior izquierdo el agua ocupa (y circula forzadamente por…) toda la grieta, que es pequeña. En el segundo es igual, pero con la grieta agrandada por la propia erosión hídrica. En la tercera ya el río subterráneo formó un cauce, busca pisos inferiores y el techo va formando los primeros espeleotemas cenitales; en la cuarta ya hay un rellenado inicial en el piso superior.

Las figuras 5 y 6 muestran ejemplos de lo que hace el agua, pero en casos argentinos. En la 5 (Cueva de Las Cascadas – Las Leñas), puede verse el conducto de circulación del agua inicial justo sobre la cabeza del espeleólogo. A la altura de su torso, hay rastros de que alguna vez ese río fue muy caudaloso y abrió un cauce más grande y luego ganó el piso. El espeleólogo está caminando sobre el agua que corre y viene de una cascada interior. Año 2006.

Cuatro años antes, en 2002, en la Figura 6 puede verse a la Cueva San Antonio (ex Miranda, Valle de Poti Malal) donde puede observarse algo parecido a la anterior. En ambas cuevas no hay espeleotemas cenitales, porque son de yeso, y ese tipo de espeleotemas son raros en ese mineral, salvo que se produzcan fenómenos físico-químicos muy especiales.

La Cueva de las Cascadas tiene topografiados más de 400 metros de galerías inundadas parcialmente y la Cueva San Antonio tiene más 700 metros, aunque en las campañas 2019 y 2022 la FAdE verificó que está completamente seca. La crisis hídrica afecta a las cuevas también.

La figura 7 nos muestra detalles:

Cuadro 1: las primeras gotas caen desde una grieta en el techo. Cuadro 2: la gota deja en el techo una delgada capa de mineral antes de caer (el agua se evapora pero los minerales que contiene no). Cuadro 3: la estalactita va creciendo hacia abajo en forma de fideo macarrón…. A esas estalactitas se las llama, justamente, macarrones; Cuadro 4: el agua que cae y antes depositó mineral en el techo, ahora empieza a formar una estalagmita en el piso. En el cuadro 5 ambas han crecido y en el 6 ya crecieron tanto que se unen formando una columna.

Puede ocurrir que, por un movimiento del piso (un desplazamiento de la roca, un antiguo terremoto), la estalagmita quede paralizada en su crecimiento y la estalactita sigue creciendo a su lado. No siempre forman columnas

En la figura 8 saltamos de lo micro a lo macro y mostramos una sima, desde abajo, y un espeleólogo descendiendo de la única forma en que puede hacerlo, con equipo de montañismo, sogas, descensores, arnes, etc.

    

Llamamos “ciclo de estalagmitización” al proceso de rellenado, no siempre concluso, de una cueva mereced a este proceso, y que nos termite decir si una cueva es joven o vieja. En la figura 9 vemos estas cosas, en un dibujo rudimentario pero claro::

Cuando una cueva es embrionaria, sólo vemos pocas estalactitas y en el piso agua corriendo, lo que no permite formar espeleotemas pavimentarios. Cuando es juvenil las estalactitas crecen y tienden a unirse formando velos, pero el agua sigue corriendo en el piso. En una cueva madura este proceso se identifica claramente y en una cueva senil el agua ganó pisos inferiores y se han formado grandes estalactitas, estalagmitas, velos y columnas. Y además gours, pisolitas. Etc.

La tendencia, si sigue habiendo aporte hídrico, es el rellenado, con lo que tendremos un paleokarst. Si no, una cueva fósil, muerta hidrológicamente, como Las Brujas.

Luego vienen el postre….. De qué se componen las estalactitas?. Ese es tema de investigaciones de la Comisión de Físico-Química del Karst de la UIS – Unión Internacional de Espeleología, a cargo del Dr. Paolo Forti (Universidad de Bologna, Italia), único presidente de la UIS que, estando en funciones, vino a la Argentina a inaugurar el primer congreso de espeleología científica en nuestro país, Malargüe, febrero de 1997. En una de sus cientos de publicaciones (“Minerali di Grotta”), hay un inventario parcial de los minerales endémicos de cavernas, es decir que se forman sólo en cavernas, por distintos factores ambientales que tambiérn veremos más adelante.

El único caso que conocemos de estalactitas de calcita pura, blanca  como la nieve, es el de la Cueva Chica, la que hace cuarenta años fue reducida a escombros por las extracciones mineras para la fabricación de cal. En 1986 todavía pudimos ver pedazos de estalactitas destruidas en un socavón minero cercano a La Falda, Córdoba. Pero en general las estalactitas contienen además otros minerales, por ejemplo ópalo. O sea, silicatos. Caso concreto pero no único: Caverna de Las Brujas. Son indicadores de que el agua que penetró hace miles o millones de años, atravesó una superficie de arena, es decir, ambienta árido.

En las cuevas basálticas también hay espeleotemas, que se forman gracias al agua que aporta minerales desde la superficie. El caso más emblemáticos, pero desconocido, fue el hallazgo de minerales fosfáticos en una pequeña cavidad de El Manzano, Malargüe:; la más alta concentración y variedad de fosfatos de cavernas en el mundo, tema que fue publicado en 1997 en un simposio en Rumania, pero que en Mendoza las autoridades prefieren seguir ignorando. La cueva está casi sobre la Ruta 40, a la vista de todo el mundo, y los espeleotemas se han formado por la interacción entre el guano de animales que moran allí, con el mineral madre (basalto) de la cueva, de sólo 10 metros de desarrollo., La última figura de esta nota muestra el resumen de la ponencia alguna vez presentada.

La figura 10 muestra estalactitas que contienen cobre, y de allí su coloración característica. Estalactitas de malaquita… en el Congo, en una sola caverna en el mundo. A la izquierda puede verse la gota que aún no termina de caer y a la derecha la acción del hombre depredador.

En la figura 11 vemos que no siempre la gravedad manda al momento de formar una estalactita. Puede haber corrientes internas de aire que fuerzan la formación horizontal, o minerales con un patrón de cristalización distinto al vertical.

La figura 12 es de 1992 y muestra una columna en formación en Las Brujas, como asimismo, al costado, “macarrones” rodeados de cristales de yeso

La figura 13 muestras más macarrones y una columna importante. Ambos están en la Zona Intangible de Caverna de Las Brujas, presumiblemente debajo de la casa del guardaparques, o sea que sospechamos que allí pueden estar yendo a parar las aguas servidas de esa casa y del baño de los turistas. No podemos afirmarlo, ya que a la FAdE no se le permite el ingreso libre a esta cavidad para inspeccionar su estado.

 La Figura 14 nos enseña que a veces las cuevas de yeso también forman espeleotemas. En este caso, la Boca de la Serpiente, así llamada por su forma, dentro de la Cueva San Agustín, Poti Malal, Malargüe. Aunque también el yeso se presenta interactuando con la calcita, como vemos en la Fig.15

Allí puede verse, también en la zona intangible de Las Brujas, la mano enguantada  del espeleólogo como telón de fondo de una estalactita de cristal de yeso. Qué hace el yeso allí?….. En ese año, 1992, se descubrió que emanaciones sulfurosas provenientes de depósitos petrolíferos a 8 km. de profundidad, habían interactuado con el carbonato de calcio y formado estos cristales de yeso. Fenómnenos similares habían sido observados, a mayor escala, en la Carlsbad Cave, USA.

La figura 16 muestra que muchas veces la temperatura media anual de una cueva no sube de 0 grado centígrado, y es por eso que las estalagmitas de hielo (sólo agua, sin carbonatos) no se derriten y nuevas estalagmitas se forman encima cada año. Las temperaturas PERMANENTES de las cuevas suelen ser las mismas que las temperaturas medias anuales de la superficie, pero sin amplitud estacional. No olviden esta regla de oro.

Las estalagmitas son las formas pavimentarias más importantes, en tanto conservan información paleoclimática y paleoambiental que puede cruzarse con información espeleobiológica, como veremos luego. Pero también también nos están diciendo qué pasa en la superficie hoy.

La figura 17 muestra que la Estalagmita “Gigante” de Las Brujas no es tan gigante. Una cueva europea como ésta lo desmiente. También hay fotos de cuevas brasileñas con estalagmitas más grandes, pero no tenemos fotos: la cueva de Escambray (Cuba) tiene la estalagmita más grande del mundo, con una base de 60 metros de diámetro. En la Fig, 17 la figura al pie del espeleólogo es elocuente acerca de los tamaños

Pero también están los gours, que son endicamientos, pequeños diques que se van formando de la misma manera que el sarro en las cacerolas de la cocina: el agua se evapora y los minerales que acarrea se vaN depositando formando diques. Si apelamos nuevamente a Wikipedia, veremos que “Un gour (un término usado originalmente en francés y procedente del occitano gorg [gur], «sima», «charco», a su vez del latín gurges, «sima», «gaznate») es una concreción carbonatada (espeleotema) que tiene forma de dique desarrollado sobre una pendiente por la que circula un curso de agua activo. Dan lugar a represamientos escalonados, siendo una forma bastante frecuente en cavidades kársticas”. Esos represamientos escalonados, en forma minúscula, pueden verse de a cientos en la estalagmita “gigante” de Las Brujas. En la figura 18 se aprecia un gran gours, que incluso, en tiempos de mucho aporte de agua, forma sobreritos en las estalagmitas que están en su interior, en una caverna suiza.

Así, cuando el agua baja, las estalactitas y velos del techo siguen haciendo crecer las estalagmitas, pero sobre una base de “sarro” en los contornos, que le dan esa forma de hongo.

La figura 19 muestra un gours dentro de una caverna de apenas 100 metros de desarrollo. Cueva Puente del Diablo en La Poma, que  está atravesada del principio al fin por aguas de las nacientes del Río Calchaquí, Salta. No muy lejos de allí vive Eulogia Tapia, “La Pomeña” del Cuchi Leguizamón (ver más fotos en http://fade.org.ar/images/prod/GAwnd6I0Urjt5ZCP6cVd1wM1D6lsBW.pdf).  La cueva presenta intensos colores rojos, marrones oscuros, beige, una especie de acuarela, producto de que las aguas que entraron desde el techo en el pasado eran muy ricas en ácidos fúlvicos y húmicos. La cueva está inundada, pero hubo tiempos en que no lo estuvo y eso explica la formación de espeleotemas pavimentarios.

Algunos gours conservan diminutos granos de arena que, al ser golpeados por la gota de agua que cae, se van formando costras en torno al grano y forman “pisolitas”, que es el nombre técnico de las perlas de las Cavernas (ver figura 20). En la Cueva del Arenal, Cuchillo Cura, Neuquén, hay galerías con millones de estas perlas, que se forman de la misma manera que las perlas marinas.

Tenemos que ver ahora qué información permite conservar este proceso evolutivo tan peculiar, tan lento e imperceptible. Es lo que viene en adelante….

(Si queremos profundizar estos temas leyendo a autores difíciles de entender, recomendamos ir a las publicaciones internacionales de la web oficial de la FAdE:  www.fade.org.ar,

 http://www.fade.org.ar/Bibliografia.html#Publicaciones_cientificas y http://www.fade.org.ar/Bibliografia.html#Publicaciones_internacionales).

carlos_benedetto@fade.org.ar

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