Se trata de contratos de financiamiento por tres millones de pesos, mediante convenio correspondiente a Mendoza Fiduciaria, afectados en este caso al apoyo y desarrollo industrial vitivinícola.

Las dos bodegas que adhirieron este presente año son: Familia Anaya y Carlos Lalik, quienes obtuvieron un crédito dentro de los fideicomisos vitivinícolas, a los que acceden por coparticipación municipal de impuestos como garantía: “De este modo, el Intendente asume la garantía con una contraprestación posterior de los bodegueros a favor del municipio, que consta de un bloqueo de vino ante el INV”, explicó Carlos Ponce, quien además manifestó estar satisfecho porque se sumó la Bodega Anaya.

El Fideicomiso de asistencia a la actividad agroindustrial de Mendoza es una herramienta que tiene una dinámica muy corta y muy eficiente, porque estamos al final de la cosecha de la uva, por lo que en términos financieros es importante para las empresas del medio recibir este beneficio. “La semana pasada firmamos un convenio para la cosecha y elaboración de ciruelas, ahora se suma la actividad vitivinícola. Estoy satisfecho con las gestiones, tenemos algunas solicitudes pendientes y contamos con un monto actualizado de hasta veinte millones de pesos”.

Por su parte, el empresario Daniel Anaya manifestó su agradecimiento, porque a la industria vitivinícola, en esta época de molienda, nunca le alcanzan los recursos. “Agradezco a la Municipalidad porque se hace cargo de la garantía y por la confianza que tiene en nosotros. Ojalá que esta operatoria tenga continuidad en esta época tan difícil”. Respecto a la elaboración 2.022 expresó que la helada afectó a las uvas tintas, por lo que va a haber un faltante que va a sufrir tanto la industria como el agricultor. “La uva tinta que tenemos en la bodega es de excelente calidad y va a alcanzar para abastecer a nuestros clientes”.