El ministro de Economía, blanco de fuertes críticas del kirchnerismo, se anticipó al número de inflación y embistió contra los funcionarios cercanos a la vicepresidenta; todo, telón de fondo de una estrategia
Nada fue improvisado. El ministro de Economía, Martín Guzmán, se reunió con el presidente de la Nación poco antes de salir a la cancha de las declaraciones públicas. Lo hizo en la Quinta de Olivos, y con ese respaldo en mano, y mucho más que un espaldarazo en privado, no dudó en asistir a la entrevista en C5N con los mensajes “claves” -como se dice en la jerga de la comunicación- listos y preparados.
¿Por qué y a quién le habló el ministro? “Gestionaremos con los que estén alineados con este plan económico”, aseguró. Es decir, sin los ‘Federicos Basualdos’ de este mundo. El subsecretario de energía eléctrica que fue respaldado por Cristina y por La Cámpora no es compatible con esta declaración del Ministro. Tampoco Roberto Feletti, secretario de Comercio, quien no dudó en dispararle a Guzmán ante los datos que vienen de la inflación de marzo. Las sombras chinas, como los llaman irónicamente en el ‘albertismo’ a quienes responden a Cristina Fernández y a La Cámpora, y van a contramano de Alberto Fernández, tienen el reloj de arena dado vuelta. Claro que para ello Alberto Fernández debería tomar la decisión más difícil. Ese es el debate que hoy dirime puertas adentro con su mesa chica.
Si finalmente hace lo que anticipan fuentes del gabinete y echa a varios funcionarios que para él no funcionan, del otro lado amenazan con una retirada masiva. Ahí surge otro debate. ¿Será real que La Cámpora y el kirchnerismo volverían a la intemperie dejando un manejo de las cajas del 71% del presupuesto público? En privado lo ven poco viable. Así es que una de las jugadas que se analiza es despedir a algunos de los principales referentes de las líneas medias. Justamente a aquellos que utiliza el cristinismo más extremo para licuar el poder presidencial.
Esa decisión depende de varios factores que dirime el presidente en privado. Claro que quienes conocen a Alberto Fernández prefieren no darlo como certeza. Menos cuando los sorprendió con el agradecimiento por las flores y la muestra no correspondida de cariño tras el nacimiento de Francisco. Sin embargo, le asignan un nivel de viabilidad alto. La jugada es sencilla: no se tocaría a las primeras figuras sino a los actores de reparto. Y si estos deciden renunciar, la cancha estará liberada. Claro que lo que para el albertismo son actores de reparto, en el cristinismo los definen como figuras clave y el dominó posterior no está claro. Sí las encuestas que le marcan al presidente que le camino está por empezar a plantar algunos no. Tal como lo que hizo su ministro de Desarrollo Social, Juanchi Zabaleta, quien le puso límites a las organizaciones sociales y planteó un nuevo debate de cambiar planes por proyectos de trabajo.
Mientras tanto, todos, absolutamente todos en el Gobierno, esperan las palabras de Cristina, la formalización del dato del Indec que estará más cerca del 7% que del 6% y también la movilización que realizaran las organizaciones sociales rumbo a la plaza de mayo. Menos virulencia y más acción, se ilusionan quienes esperan para mañana un día tranquilo en ese sentido pero un miércoles negro para la economía.
Si bien tapado por las contradicciones de sus primeros años de Gobierno muchos olvidan que Fernández supo ser un estratega político. ¿Para qué Guzmán anticipa un número negativo? Lo hace por dos razones. Una es que Cristina romperá el silencio este miércoles y para el caso él ya abrió el paraguas. Anticipó la jugada. Advirtió que ese número de inflación será el más alto del año -supone- y lo justificó en el contexto internacional. Contexto internacional que será el principal argumento de Cristina para acercar la crisis global a la realidad local. En la Cámpora dicen no entender porqué Alberto Fernández sostiene a su ministro. “La pobreza es del 40%, la inflación rompe récords y el único que gana es el Fondo. Se necesita un cambio ya”, disparó una fuente camporista ante la consulta de LA NACION.
¿Cuándo va a tomar la decisión definitiva el Presidente, que tiene como contracara la amenaza de romper? En menos de diez días se decidirá por un sí o un no, aseguran altas fuentes del gabinete. Varios gobernadores le preguntan por qué no lo hace ahora con vistas a 2023, otros temen por la gobernabilidad y le sugieren un desgaste sutil y consistente, y una liga cada vez menor de moderados van por un acercamiento en privado aunque desconfían del gambito de dama y proponen un jaque a la reina. La misma reina que paradójicamente lo coronó.
José Del Rio
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/politica/por-que-martin-guzman-rompio-el-silencio-nid12042022/
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