San Rafael, Mendoza viernes 26 de abril de 2024

También es Sabina. (Parte dos) – Por:.Beatriz Genchi

La historia de amor de los padres de Sabina es, sobre todo, una historia de necesidad. Al volver de la guerra, Jerónimo no tenía a nadie salvo a un amigo con una hermana de cierta edad -aún sin pareja- que ejercía de madrina de guerra. En aquella época era común la figura de estas mujeres, solteras y falangistas, cuyo cometido era mandar víveres y cartas a los soldados seminaristas que volvían de la guerra. «Mi padre, que ya había visto en la guerra demasiada sangre como para querer cantar misa, se fue a Huelva a buscar a la hermana de su amigo. Y mi madre [que era la hermana soltera del amigo de su padre] se agarró a un clavo ardiendo porque era su última oportunidad». Así fue cómo Adela y Jerónimo se casaron y pronto tuvieron a Joaquín y a su hermano Francisco, que terminó siendo policía igual que su padre.

En Londres, Joaquín Sabina se distanció de su familia y de la represión que caracterizó durante décadas a la dictadura española. Allí descubrió, gracias a su novia Leslie, a Bob Dylan; la libertad intelectual y sexual, y los porros. Aunque el artista no tenía ni idea de inglés encontró en la música anglosajona gran disfrute. «No le entendía, pero sabía en lo más profundo que Dylan me estaba hablando a mí». Pero el exilio fue duro a pesar de la libertad que le daba el vivir en un país con un régimen democrático. Sabina no tenía identidad en el Reino Unido, vivía al margen de la ley, no conocía el idioma y no tenía dinero. Dependía completamente de Leslie.

Además de cubrir las necesidades de Sabina, Leslie se encargó de trazar una estrategia junto a unos amigos abogados para que el músico obtuviera asilo político en Inglaterra. El intérprete logró el permiso de residencia tras ganarse a la opinión pública apareciendo en diferentes medios británicos donde aseguraba estar perseguido en España debido a su implicación política.

Ya con los papeles del español en orden, la pareja se estableció en Edimburgo. Allí pasaron unos meses de convivencia que, como se relata en la biografía escrita por Menéndez, acabaron como el rosario de la aurora. Ella quería hacer de él un hombre de bien y él quería vivir una vida sin ataduras. Sabina se independizó, se mudó a Londres, vivió de ocupa durante un tiempo y trabajó como camillero de hospital y camarero antes de probar suerte como cantante en bares españoles de la capital inglesa.

Un fragmento de “Perdonen la tristeza” relata cómo el músico logró hacerse un nombre en la escena musical underground londinense: «Se convirtió, gracias a la mezcla infalible de talento y simpatía, en una pequeña estrella local dentro de un circuito de establecimientos de hotelería latinos. En uno de ellos, llamado “Mexicano-Taverna”, llegó a interpretar el Happy birthday to you para el mismísimo George Harrison».

En Londres, además de convertirse en un valorado intérprete, ejerció como activista político. Por ejemplo, se encargaba de instalar en el restaurante Barcelona, donde también actuaba, a los españoles que iban allí para conspirar contra la dictadura franquista. En 1973, Sabina quiso darse una segunda oportunidad con España. Sin embargo, un aviso que llegó a la comisaría de Jaén previniendo de que pretendía entrar de nuevo en España freno sus planes. Su padre, Jerónimo, pudo interceptar esta orden de detención y alertó a su hijo del peligro que corría si pisaba suelo español. Sabina tuvo que esperar hasta 1977, una vez finiquitada la dictadura, para volver a España.

«Mi vuelta a España se debió a varias razones. Entre otras, recuerdo con horror que a la vuelta de Edimburgo yo le dije a Leslie que quería ver a mi gente, a mis compatriotas. Tuvimos una gran bronca, ella no me quería dejar salir de su casa y yo me largué como alma que lleva el diablo», confesó en la entrevista. Tras la gran pelea, Joaquín y Leslie nunca más volvieron a verse.

Joaquín Sabina pasó siete años en el Reino Unido, allí recibió asilo político y vivió en libertad. Cuando aterrizó en España cumplió con el servicio en Mallorca. Luego Madrid, la paternidad (dos hijas), “La Mandrágora” … y el éxito.

Gentileza

Beatriz Genchi

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

beagenchi@hotmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

 

 

 

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